Zacatecas en el umbral del caos
JUAN GÓMEZ
Este fin de semana se llevaron a cabo elecciones extraordinarias en la capital del estado, en medio de un clima gélido y desangelado con escasa participación ciudadana, en el que reinó el desánimo y la desesperanza entre los zacatecanos.
El estado de Zacatecas se encuentra en una situación extraordinaria por varios motivos, principalmente por la inseguridad que predomina desde hace prácticamente diez años y que en los últimos meses se ha recrudecido; por la “quiebra” financiera de la administración pública y por la orfandad política que prevalece en la toma de decisiones y cuyo cauce, será reorientado en los próximos meses.
Los zacatecanos de la capital del estado acudieron nuevamente a las urnas este domingo, para emitir otra vez su decisión por la mujer que gobernará y administrará el municipio de la capital.
No lo hicieron con mucho ánimo. Los 105 mil 842 ciudadanos registrados en la lista nominal difícilmente lograrán una regular votación. Las campañas realizadas en tan solo 20 días no lograron motivar a la acción electoral y menos aún, entusiasmar a la población votante.
De acuerdo a las primeras informaciones del secretario del Consejo del Instituto Electoral del Estado de Zacatecas (IEEZ), Juan Osiris Santoyo de la Rosa, a las 18:30 horas, la tendencia ubicaba en poco más del 30% la participación electoral.
Los capitalinos no salieron a votar y esa decisión debe preocupar no solamente a los contendientes de la jornada electoral extraordinaria, sino a las dirigencias de los partidos y en especial al partido gobernante, por la respuesta ciudadana que recibe.
La ausencia de los zacatecanos en las urnas en la jornada electoral extraordinaria es también una manera de mostrar descontento, frustración y quizá coraje, por la conducción y el comportamiento político en el estado.
La triunfadora de este proceso electoral tendrá que legitimarse con el trabajo diario, con el compromiso de hacer un gobierno verdaderamente diferente y de estrecha comunicación con la población, en el que se ponga de manifiesto el compromiso de mostrar las irregularidades de la pasada administración municipal, el deslinde de responsabilidades y sobre todo realizar un ejercicio eficiente y transparente de la hacienda pública municipal.
En el actual período que se vive en Zacatecas el escenario no solo es retador sino preocupante, sobre todo por la ausencia de experiencia política y de administración pública de los actuales responsables de la conducción del estado.
En menos de cien días se ha puesto de manifiesto la fragilidad y precariedad de las finanzas públicas del estado, puesto que desde el inicio de la actual administración se dio a conocer la “asfixia” financiera que ha generado una serie de paros, movilizaciones, huelgas y bloqueos en la Secretaría de Finanzas, a causa del incumplimiento de pagos en el sector educativo estatal.
En el contexto para “explicar” la debilidad de las finanzas públicas hubo escarceos para evidenciar la serie de irregularidades de la administración del gobernador Miguel Alonso Reyes, pero se metió reversa en el Instituto de Cultura Física y Deportes de Zacatecas (Incufidez) y en el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (Sedif).
En paralelo, el gobernador del estado, Alejandro Tello Cristerna, inició una cruzada en la ciudad de México para gestionar recursos extraordinarios para el estado y apoyar la situación de emergencia financiera en la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), a la que el Sistema de Administración Tributaria (SAT) le retuvo 136 millones de pesos debido a la deuda que tiene con Hacienda.
Hasta ahí todo marchaba perfectamente bien, pero el Consejo Universitario de la UAZ se sumó a la gestión que realizaba el gobernador zacatecano en Hacienda, acción que no fue bien recibida por la dependencia. La presión que de esa manera se ejerció incomodó a la federación.
En este contexto, tanto rector como gobernador fueron recibidos por funcionarios de Hacienda y después por el secretario de la dependencia, José Antonio Meade Kuribreña, quien se mantuvo inflexible en la retención del presupuesto federal a la UAZ.
La necesidad de obtener mayores recursos extraordinarios ante la contingencia financiera, se dio a conocer un programa de matriculación de autos de procedencia extranjera pero de permanencia ilegal en territorio zacatecano, pero fue frenada una semana después por la Secretaría de Hacienda, al invadirse atribuciones de su competencia.
El pasado 18 de octubre el secretario de Finanzas, Jorge Miranda Castro, volvió a la carga y anunció en una nueva conferencia de prensa la posibilidad de incorporar un impuesto estatal para empresas contaminantes entre las que se contempla a la industria minera y a la empresa cervecera Modelo instalada en Calera, Zacatecas, con el cual se estimaría una recaudación de 400 millones de pesos anuales.
La reacción de las empresas mineras instaladas en el estado fue inmediata, los directores Fernando Alanis Ortega y Octavio Alvidrez, manifestaron su enérgico rechazo a la figura impositiva para la industria extractiva propuesta por el secretario de Finanzas del gobierno zacatecano.
En respuesta el mandatario estatal Tello Cristerna respondió que consensuaría con las empresas mineras sobre la factibilidad en la aplicación del nuevo impuesto estatal a las mineras, pero se ignora si en realidad el paquete presupuestal 2017 que se entregó el pasado miércoles cerca de la media noche en el congreso estatal lo contiene en su Ley de Ingresos.
Por cierto la entrega del documento generó una fuerte controversia entre diputados de oposición por la forma cómo se presentó la propuesta del Presupuesto de Egresos y la Ley de Ingresos 2017 en la 62 legislatura, debido a que se negó la entrega de una copia a los legisladores, quienes denunciaron ante la prensa local que el documento de marras tenía capítulos en blanco.
El citado paquete presupuestal fue entregado por el procurador Fiscal de la Secretaría de Finanzas, Uriel Márquez Cristerna, primo hermano del gobernador Alejandro Tello Cristerna, sin que los diputados fueran informados para la recepción.
La puntilla que complica el escenario político en el estado es la designación del ex gobernador Miguel Alonso Reyes en la dirección del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), lo que no solamente blinda temporalmente al ex mandatario estatal de acciones que están bajo investigación en la Procuraduría General de la República, derivadas de las denuncias y observaciones por separado en la Auditoría Superior de la Federación y en la Secretaría de la Función Pública, sino que fortalece a su grupo político en el congreso y en los municipios.
Mientras que el ex gobernador goza del apoyo del presidente Enrique Peña Nieto, el actual gobernador no logra todavía afianzar una buena relación con la federación, sino al contrario.
Zacatecas se encuentra en el umbral del caos financiero y político y el gobernador Tello tendrá que actuar rápida y eficazmente para evitar una crisis institucional.
Al tiempo.
* Director general de Pórtico Online
Twitter: @juangomezac