El PRI ¿al ritmo de Tello?
GABRIEL CONTRERAS VELÁZQUEZ
Es cuestión de días para que el Revolucionario Institucional en Zacatecas defina una agenda electoral para los comicios extraordinarios en la capital. Sin embargo, el partido en el gobierno no parece tener en claro la oferta electoral que brindarán a la ciudadanía.
Por un lado, el gobernador Alejandro Tello se pronuncia por la legislación de un Sistema Estatal Anticorrupción que genere “certeza” en la gente de que su administración trabajará de “manera transparente”. Horas más tarde, el nuevo dirigente estatal de su partido, Roberto Luévano Ruiz, califica como “embates” al PRI las informaciones que publicó El Universal semanas atrás, donde se detalla el modus operandi que privó durante el sexenio de Miguel Alonso para la irregular asignación de obra pública, entre otros probables ilícitos.
El tema no es menor. Mientras el gobernador intenta recomponer el tejido legal y el cuerpo administrativo con el que operará la propuesta de gasto público transparente durante los próximos cinco años, su nuevo compañero al frente del PRI se inclina por imaginar que la oposición empuja el desprestigio (nacido en casa).
Pero si algo de todo este conjunto de sospechas alrededor de la figura de Juan Manuel Alonso es cierto, es que muchas de las conjeturas y comentarios que lo calificaban de concesionario plenipotenciario de las compras y licitaciones, venían precisamente de altos funcionarios de la pasada administración y de “camaradas” priistas bien enterados. No hay sorpresas ni sorprendidos.
Roberto Luévano está obligado a modular el discurso pensando en la administración de Alejandro Tello (y su agenda anticorrupción-transparencia) y no en el sexenio de Miguel Alonso. La crisis de credibilidad en la que se encuentra su partido –como aquí señalamos en una entrega anterior- le exige mayor sensibilidad con respecto a conceptos como: corrupción, fraudes y privilegios económicos. Conceptos con los que normalmente la ciudadanía imagina al Revolucionario Institucional de acuerdo a la reciente encuesta “México: política, sociedad y cambio” del grupo GEA-ISA.
De no modificar su posición, además de entrar en contradicción con el proceso de adopción de nuevas normativas, en este quinquenio, que limitan el ejercicio de recurso público como multiplicador de la hacienda privada, facilitará la percepción de una suerte de acuerdo implícito para blindar al ex mandatario en la opinión pública, desde el partido en el gobierno. Ya una vez lo permitió el Comité Ejecutivo Nacional tricolor al dar Enrique Ochoa un voto de confianza a Miguel Alonso para que demuestre su inocencia, mas del ex gobernador no se ha sabido algo distinto.
Una segunda evaluación que debe permitir el Revolucionario Institucional hacia la elección extraordinaria es el comportamiento del Comité Municipal en Zacatecas. La división nada disimulada entre la presidenta Jazmín Barrón, y las ex candidatas Judith Guerrero y Lucía Alonso, hablan de un órgano partidista debilitado y sin consenso, además de incondicional a las directrices políticas del ahora diputado, Carlos Peña Badillo.
El juego de desentendimiento y traiciones que narra constantemente Judith Guerrero entre sus allegados para explicar la anterior derrota, la versión de distanciamiento que asegura haber sufrido Jazmín Barrón de parte de sus otras dos colegas, y una Lucía Alonso nunca convencida de contender por una diputación, tuvieron como principal contrincante al “malhumor social” y el “hartazgo” ciudadano.
¿En qué momento privilegiaron los acuerdos para construir una campaña a la altura de su reto? La respuesta queda pendiente pues mantienen las quejas como argumento central. Ninguna de las tres involucradas antepone su responsabilidad. En dicho contexto, la propuesta de renovación del Comité Municipal tricolor no encuentra mejor espacio de oportunidad que ahora.
En estas dos primeras encomiendas, Roberto Luévano comenzará a escribir la historia de su liderazgo político. La elección extraordinaria con la ausencia del Movimiento de Regeneración Nacional, y con las pretensiones de Pedro de León Mojarro de encabezar la candidatura de la coalición PAN-PRD –sin la anuencia de sectores clave- por encima de las divisiones que subsisten en ambos institutos, dejan la contienda sin una oferta opositora atractiva.
El PRI estaría por imponerse como amplio favorito en el voto clientelar. Sin embargo, la capital zacatecana alberga una importante masa de votantes que se distinguen por tener mayor acceso a las tecnologías de la información, mayores niveles educativos y de ingresos. A ese segmento poblacional es al que los partidos intentarán conquistar con campañas focalizadas.
Ya sin la beligerancia de Morena, y sin la presencia de un candidato de consenso en la coalición PAN-PRD, dependerá del criterio ciudadano para calificar –no elegir- al Revolucionario Institucional en las urnas. Es ahí donde el tricolor podría potenciar la imagen fresca de Alejandro Tello y su propuesta de apertura a distintos sectores que antes se encontraban política y comunicacionalmente relegados.
Se verá si Luévano puede entregarle a Tello un partido en el gobierno que mantenga el paso comprometido de su agenda.
Twitter: GabrielConV