¿De la universidad obsoleta, a la de innovación?
MANUEL IBARRA SANTOS
Las instituciones de educación superior que mejor pueden apoyar el desarrollo de una sociedad <eso está fuera de toda discusión y duda>, son aquellas que contribuyen a estimular los procesos de innovación científica. En Zacatecas por lo tanto se deben sentar las bases para transitar del modelo napoleónico o de “universidad imperial”, obsoleto y tradicional, al de universidad del conocimiento.
Los argumentos académicos sobran: el economista austro-norteamericano Joseph Schumpeter (1888/1950), desde hace más de ocho décadas afirmó que la innovación científica es el motor del desarrollo y el bienestar económico de un pueblo. Sin este componente no puede existir prosperidad.
En el caso específico de Zacatecas, la mayoría de sus instituciones de enseñanza superior, excepto La Máxima Casa de Estudios, están desvinculadas de los procesos de estímulo a la innovación y por si fuera poco se agrega la existencia de un sistema de educación pública poco comprometido con la creación de una sólida cultura de la ciencia.
En el escenario actual, cuando se requiere de la formación de científicos y tecnólogos, en Zacatecas sólo se cuenta (con cifras de Conacyt, a diciembre del 2015), con 199 investigadores acreditados al SNI, lo que significa que en nuestra entidad tenemos un investigador por cada ocho mil habitantes. En las sociedades avanzadas la proporción es uno (1) por cada 300 personas.
El drama y la crisis en la materia se observa, cuando queda debidamente comprobado el hecho de que la mayoría de las instituciones de educación superior en Zacatecas están disociadas del compromiso de alentar la innovación científica.
Lo anterior revela que en nuestro Estado prevalecen las instituciones de educación superior de corte napoleónico, destinadas exclusivamente a la formación profesional, saturadas con una oferta de licenciaturas de corte “liberal”, muchas de ellas obsoletas, propias del siglo XIX.
Ranking de Zacatecas en inserción a la economía del conocimiento
Conforme a indicadores oficiales del 2013/2014, Zacatecas ocupa en el contexto nacional, en promedio, la posición número 23 en inserción a la economía del conocimiento.
Existen algunos componentes en este ámbito que deben en verdad preocupar: en infraestructura académica y de investigación ocupamos el lugar 29; en productividad científica e innovadora, el 24; en infraestructura empresarial, 26; y en la dimensión de género en el ámbito científico, en el 32.
Una sociedad científicamente innovadora se evalúa y mide por el número de patentes que se crean. Y Zacatecas es la entidad que menos produce en ese sentido en el país.
Del modelo de “universidad imperial”, al del conocimiento.
A inicios del siglo XIX, con la llegada al poder de Napoleón a Francia, se inaugura el modelo de “Universidad Imperial”, destinada exclusivamente a la formación de profesionistas y a controlar por el “Estado”, los espacios de la enseñanza, en cualquier nivel educativo.
Simultáneamente, en la misma época, en Alemania surge el paradigma de “Universidad para la Innovación”, promovida por Guillermo de Humboldt (1767/1835).
Para Humboldt la Universidad debe “ser el centro de la unidad del saber y el espacio donde se despierte la idea de ciencia en los jóvenes”.
En Zacatecas, es tiempo de crear las condiciones para transitar del inoperante modelo napoleónico, al paradigma de Universidad de la innovación.
El desafío de la calidad en la educación superior
Los retos cuantitativos y cualitativos de la educación superior son innumerables en Zacatecas. En el primer desafío es pertinente avanzar hacia la universalización de los servicios, en razón de que en la actualidad solo se atiende al 30 por ciento de la población en edad potencial de cursar una licenciatura.
Urge dar el salto a la universidad de la innovación.