Jerez… Miel y veneno a la vez

RICARDO EVODIO CABRAL VERA

Tierra de tostadas

Aunque en un inicio fue considerado como una mera ocurrencia que carecía de sustento, la realidad es que el Festival de la Tostada nació con buenos cimientos y ha sido capaz de resistir el celo político que pueda traer el cambio de administración y la tentación casi natural que sufren algunos proyectos, cuando se heredan de un gobierno surgido de una ideología partidista distinta.

De entre algunas otras, es quizá la propuesta más jerezana, aunque hay que reconocer que su origen tiene el tinte (o la copia pues), de otros eventos similares en diversas partes del país; los festivales del reboso, del calzado, el cinto pitiado, de la cajeta, del taco, del pulque, del mezcal, de la nieve, de la manzana y lo que distinga a los diversos pueblos de México.

Llegó para quedarse

Pero siempre será bueno ofrecer al mundo lo que se tiene y no quiere decir que en jerez haya un solo producto consistente en tortilla dorada y bañada en salsa, hay decenas, quizá cientos de cosas que podrían distinguirnos, pero se optó por la tostada y se optó bien.

Seguramente en cada pueblo hay tostadas, lo que hace que no sea un producto único en su género, sin embargo, las tostadas estilo Jerez, con las diversas variedades e innovaciones, a decir de quienes gustan de venir exclusivamente a eso o bien aprovechar la visita a la tierra de López Velarde, para acudir a uno de los puntos de venta, no saben igual en ninguna parte, a pesar de que en algunos lugares ya imitan las nuestras, presentándolas como si de verdad fueran de aquí.

El festival llegó para quedarse, se dijo allá en sus inicios y para amarrar, el Ayuntamiento que impulsó este nuevo motivo de fiesta, determinó institucionalizar el evento y se acordó que fuera el primer fin de semana de agosto, de cada año; aunque las últimas ediciones se ha recorrido a la segunda semana, lo importante es la continuidad, pues otros intentos por impulsar nuevas ideas, simplemente no han encontrado voluntad de un seguimiento.

El fallido Día del Duaznero

Hace casi 30 años, un visionario gerente de la empresa distribuidora de tractores e implementos agrícolas, con el emblema del venado, impulsó la realización del Día del Duraznero, que si bien tenía fines comerciales para la compañía, tuvo un objetivo social al agrupar a los productores y hacer un emotivo reconocimiento a los pioneros de lo que fue la principal actividad económica del municipio y cuyo volumen de producción dio fama internacional a las huertas jerezanas.

Hoy tristemente quedan apenas unos pocos terrenos que producen el tradicional y gustado Criollo Pulpa Amarilla, cuyo sabor y consistencia atrajo a decenas de compradores, incluidas las industrias más importantes del país.

La realidad es que ahora no hay ni durazno, mucho menos Día del Duraznero, aunque hay que decir que aquel intento no alcanzó ni siquiera a convertirse en tradición, luego de que Felipe Flores Castor fuera removido a otro lugar y quien llegó en su sitio, consideró que el gasto no era redituable y tras un intento más, desapareció.

Tradición interrumpida

En años más recientes, el festival de la Tambora que parecía también tener una buena intensión, tampoco corrió con toda la suerte y a final de cuentas perdió su continuidad, sin descartar que pueda todavía rescatarse, pues aún está en la memoria de la población, sobre todo de los filarmónicos, pero será necesario replantear los objetivos e incluso tal vez sea necesario el cambio de nombre y de formato, porque indudablemente la intensión era buena.

Desarrollo Económico

Volviendo al tema de la tostada, será este el último año de la actual administración y se plantea para esta vez, superar la derrama económica que aseguran se generó en la edición anterior, estimada en 8 millones de pesos, además de superar la captación de 16 mil visitantes y mejorar la ocupación hotelera ese fin de semana que de acuerdo con sus cifras, en 2015 fue del 39 por ciento.

Será pues la despedida del actual gobierno, porque es prácticamente el último evento popular del trienio, de acuerdo con el calendario festivo, pues lo que viene es el Novenario a la Virgen de la Soledad, atribuido totalmente a la iglesia, no propiamente al gobierno, incluido el Festival de la Pirotecnia, donde la participación oficial se limita a apoyo económico si es que hay voluntad de hacerlo.

Continuidad

No existe duda de que el próximo gobierno le dará continuidad, no sería bueno llegar con la cegadora y cortar de tajo, sobre todo cuando se tiene poco tiempo para el ejercicio, por lo que es casi seguro que el Festival de la Tostada y otros, tengan garantizado un seguimiento al menos por las dos ediciones siguientes.

Sería importante pensar en una reorganización general de los festivales y eventos populares que permiten tener fiesta y motivo de captación de visitantes, prácticamente los doce meses del año. Se hace necesaria una buena calendarización y que como ya ocurre con algunos eventos como La Jerezada, el Festival de la Tostada y la propia Feria de Primavera, se implementen estrategias que permitan despertar el interés en visitar este pueblo mágico y hacer más atractiva la presencia de turistas todo el año.

Pero eso ya le corresponderá al nuevo gobierno. Esperemos que sin egoísmos, den cabida a lo que les heredan los que le anteceden y con mucha imaginación aporten las innovaciones que siempre son necesarias, sin dejar de lado el origen.

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