Poder legislativo, gobernabilidad y kakistocracia
MANUEL IBARRA SANTOS
El futuro del Poder Legislativo en la entidad, en su etapa renovada que inicia el próximo mes de septiembre, para que sirva al desarrollo de la sociedad, tendrá que trascender su rol tradicional <profundamente cuestionado por los ciudadanos>, para constituirse en vitrina de una auténtica pluralidad y en espacio que abone a la gobernabilidad democrática del Estado. De lo contrario, sólo auspiciará en los hechos, la consolidación de la denominada “kakistocracia”, es decir, según su traducción literal, en la existencia de gobiernos sin contrapesos, en manos de mediocres, ineptos y corruptos.
Zacatecas requiere de un renovado parlamento con una nueva agenda política que promueva el bienestar de los ciudadanos, que impida que los diputados se conviertan en abusivos servidores públicos, en traficantes de influencias, en políticos con privilegios medievales y en ineficaces representantes del pueblo.
Para que el Poder Legislativo sea moderno, no es suficiente que se dedique sólo a diseñar y aprobar leyes, en muchas de las ocasiones leyes basura, que no producen justicia para la sociedad.
Se requiere además que desempeñe su fundamental tarea de control de los actos de gobierno, que no claudique a la división de poderes y que sea pivote de la gobernabilidad democrática, no de la complicidad mafiosa.
Un parlamento moderno adicionalmente, como parte de los mecanismos para la construcción de consensos, tendrá que potenciar la discusión de una agenda legislativa que contemple aspectos centrales de política social como educación salud, empleo, cultura, seguridad, vivienda, combate a la pobreza, a la impunidad y la corrupción.
Los líderes parlamentarios en Zacatecas
La próxima legislativa en el Estado se integrará por lo menos de seis fracciones parlamentarias, cuyo funcionamiento eficaz en mucho dependerá de contar con liderazgos profesionales y honestos. Sin esto, será imposible ofrecer buenos resultados a los zacatecanos.
Los líderes parlamentarios del partido en el gobierno (PRI) pasarán indiscutiblemente por el aval del gobernador electo, porque éste requerirá de gente de absoluta confianza. Lo anterior significa que aquellos legisladores – si es que los hay-, que han preferido rebasar las instancias locales de representación y han buscado “increíblemente” apoyo en latitudes federales, estarán fallando y mostrando poco y estrecho oficio político.
Mónica Borrego, la sorpresa política
La maestra Mónica Borrego Estrada, quien logró el triunfo contundente, contra todos los pronósticos en el distrito electoral uno (1) de la capital, es la sorpresa política. Nadie debiese minimizar el hecho. Es la primera legisladora de mayoría relativa de Morena en el país, lo cual constituye un acontecimiento histórico sin precedentes.
Son ingenuos por inconsistentes aquellos que la descalifican en automático. Ella, con merecimientos propios, se ha forjado culturalmente en una de las familias zacatecanas de mayor honestidad y abolengo, encabezada por Don Genaro Borrego Suárez del Real, un gran humanista zacatecano de reconocimiento nacional, de amplísima trayectoria en la academia y el servicio público. Es hermana, ni más ni menos, que del ex/gobernador Genaro Borrego, hombre que goza por su trabajo del aprecio y respeto en la entidad y de Felipe, el abogado prestigiado, actual consejero de la Judicatura Federal, personaje de probada honorabilidad y trayectoria en el Poder Judicial de Zacatecas y el país.
Mónica Borrego realizará un trabajo que trascenderá su propia circunstancia personal. Esto sin demérito de sus compañeros de bancada. Los hechos rebelan, como ya quedó demostrado, que ella sabe enfrentar retos y superar resistencias.
Un poder legislativo que elimine la kakistocracia
Requerimos, sí, de un poder legislativo moderno y eficiente, que cierre el paso a la kakistocracia, es decir, a los gobiernos mediocres y corruptos, según su etimológico significado.