Jerez… Miel y veneno a la vez
RICARDO EVODIO CABRAL VERA
Crece el comercio
Una muestra de que el comercio y no el turismo –como nos han querido vender la idea–, representa la vocación natural en el municipio, es la aparición de poderosas empresas nacionales e incluso transnacionales, que en los últimos años han llegado y seguirán arribando a nuestro municipio, con los beneficios, pero también con las consecuencias que puedan tener las facilidades que aquí encuentran.
Viendo el intenso trabajo para transformar el edificio de la Construnal, una delas empresas jerezanas más exitosas del siglo pasado, líder su ramo y que pronto se convertirá en Coopel, nos hace reflexionar respecto a los cambios que las grandes compañías han provocado en el Jerez típico y tradicional, supuestamente tan cuidado y vigilado y que va desapareciendo paulatinamente.
La Ordeña es Waldo´s, Construnal será Coopel
Hace mucho tiempo que la finca conocida como Las Hacienditas no existe, pero tampoco está su primer vecino que fue la Quesería y Cremería La Ordeña, una de las industrias pioneras de la era moderna, netamente jerezana y que permitió en su momento procesar gran parte de la producción lechera de la región, además de generar empleos y lo que es más importante, prácticamente todo el capital quedaba aquí.
Esto a diferencia de la tienda Waldo’s, empresa que hoy ocupa el espacio de la Quesería; indiscutible generadora de empleos, aunque casi siempre al límite de lo que la benévola ley permite, en el tema de salarios mínimos.
Y así como a la vuelta de 30 años la Ordeña se convirtió en Waldo’s y Construnal en Coopel, hemos visto transformarse otros espacios, como la enorme huerta de la que siempre sobresalían hacia la calle Alameda Sur y Emilio Carranza, las ramas cargadas de aguacates o naranjas y ahora es un Oxxo, oficinas, comercios, una privada y uno de los restaurantes de mariscos más prósperos del municipio. Al menos este es de jerezanos.
La historia se repite
Los grandes negocios de lo que fue la última época de bonanza, los ochentas, tuvieron que ceder, por diversas circunstancias, que no necesariamente tiene que ver con la invasión extranjera; aquel Gigante de los hermanos Sánchez es hoy una Farmacia Guadalajara y lo que fue su competencia directa, Panorama, se transformó en mueblería que afortunadamente sigue en manos de la misma familia, aunque el enorme espacio se ha visto seccionado, por diversas circunstancias.
Uno de los edificios de Al Ferrocarril, es hoy una zapatería tipo tianguis y el otro, alberga oficinas del gobierno municipal, aunque por mucho tiempo estuvo en el abandono.
La Bodega Roja es una de las múltiples farmacias del gordito de la botarga; El local de La Bola, aquella tienda en la que sorprendía todo lo que uno podía encontrar, se ha subdividido y en la esquina principal se realiza el trámite de visas, mientras que La Fragata de Jerez es una de las varias florería que llegaron de otros estados a instalarse en Jerez.
Por la fuerza de la costumbre para muchos pasó desapercibido el momento en que la tienda de la Zapatería Canadá, cambió su giro a bar, como casi todos los negocios del área peatonal que hoy es la calle Juárez.
Sobreviviendo
Por este motivo, es digno de reconocer a otros negocios que se sostienen pese a las dificultades, a la inseguridad, a las tentaciones y sobre todo a los embates de la apertura comercial y la consecuente llegada de poderosas empresas que han acabado con muchos, aunque otros se fortalecieron con la competencia.
Plausible el aguante de la familia de don Leoncio Martínez que sostiene y además con todo lo que fue su esencia, la Comercial Mexicana, (nada que ver con la cadena de tiendas); caso similar el de Nevería el Paraíso, las jarcierías de la familia Carlos, la Panadería Santa Cruz, la refaccionaria de Beto Ortiz, la Farmacia Flores, entre varios más, incluyendo la mayoría de locales al interior del Mercado Benito Juárez que se han mantenido en más de 50 años que tiene el inmueble.
Los bares tradicionales, Carta Blanca, Tizoc, La Oriental, Venadito, El Maguey, Moctezuma y otros que se apegan a los orígenes e incluso al espacio, sin demeritar a otros que se han visto en la necesidad de cambiar de local y de variar su estilo como el caso del 30-30, todos ellos asediados por la fuerte y a veces desigual competencia.
Pasos a la modernidad
La transformación que hasta ahora se ha visto, orillada por la llegada de empresas del exterior, es apenas el comienzo de lo que se vendrá en los próximos años. Se dice que Soriana, Aurrerá, Autozon, Farmacias Similares, Farmacias Guadalajara, Waldo´s, Oxxo, Extra y otros sólo vinieron a abrir la puerta.
Los cambios son inminentes, la modernización lo exige, muchos hablan de que es favorable, que impacta al bolsillo, y se tiene disposición inmediata de productos que antes había que encargar y esperar por semanas; otros se dicen perjudicados por las desventajas competitivas.
Siempre será un tema de debate especialmente por asuntos como los salarios, la fuga de capital y el poco apoyo para comercializar lo que aquí se produce.
Y por otro lado, los de casa se topan con inconvenientes que los foráneos salvan con facilidad; por citar un ejemplo, mientras que los jerezanos no pueden cambiar ni el color de su fachada, adaptar una puerta e incluso iluminar a su criterio un aparador, a los que llegan de fuera regularmente no se les aplican con tal severidad las normas de imagen urbana.
La saturación de las cadenas comerciales, sobre todo en quincena hace suponer que la población los prefiere, por temas como variedad, precio, servicio, e incluso por las compras a crédito a que no pocas veces resultan más caras. Finalmente es la misma ciudadanía población la que los rechaza o les da el visto bueno y regularmente sucede lo segundo.