Tendencias electorales y cambio en Zacatecas
JUAN GÓMEZ
En un escenario en el que el principal protagonista fue la guerra sucia entre los contendientes por la gubernatura del estado, los zacatecanos salieron a votar con tranquilidad este día, pese a los puntos de confrontación y acciones de impacto que sucedieron en algunos municipios.
No se tiene memoria social o mediática de una guerra sucia tan intensa y prolongada como la que se ha registrado en Zacatecas, en donde el espionaje telefónico jugó un papel preponderante, así como las acusaciones de vinculación con la delincuencia organizada a través de mantas, espectaculares y espoteo en medios de comunicación.
Ante esta situación el Instituto Nacional Electoral, a petición del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Trife), determinó suspender el spot en el que se vinculaba al candidato de Morena, David Monreal, con el narcotráfico, pero el material televisivo y radiofónico continúo unos instantes al aire.
El otro escenario es el declive de una administración que, lejos cerrar con una buena aceptación social por el cúmulo de obra pública que resguardó para el cierre del sexenio, los zacatecanos se muestran decepcionados no solo por la ineficacia administrativa, sino por los cuestionamientos de corrupción que predominan en la opinión pública.
Indudablemente que esta campaña tan intensa, sobre todo para elegir gobernador, dejará dividida a la sociedad zacatecana, la cual tardará un buen tiempo en restañar
Al cierre de la jornada electoral que vivieron los zacatecanos este día.
Las primeras informaciones que empezaron a circular por parte de los aspirantes, era en el sentido de ambos, Alejandro Tello y David Monreal, se adjudicaban la victoria.
El candidato de la coalición Zacatecas Primero dio a conocer una encuesta de salida de la empresa Demoscopia Profesional para la Democracia, que le otorgaba 7.4 % de ventaja sobre su oponente, dato que calificaba de “irreversible”.
En tanto el abanderado de Morena en su cuenta de Facebook se mostraba triunfador, basado en sus encuestas de salida personal o de su equipo de campaña.
¿Qué significa ganar o perder una campaña electoral?
Si la tendencia favorable para Alejandro Tello se consolida en los próximos resultados oficiales que publique el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), se convertiría en el gobernador electo, pero la aparente elección cerrada podría generar un conflicto postelectoral por las características de la contienda comicial.
Dicho conflicto generaría una gran movilización en el estado que podría llegar también a algunos municipios, en donde la contienda también se cerró en los últimos días del proceso electoral.
La división social de los zacatecanos a causa de la política y en especial al presente proceso electoral, podría escalar a niveles de desestabilidad en un estado debilitado en su economía y en la credibilidad en las instituciones.
El candidato priista Alejandro Tello declaró en las últimas horas que hará un llamado a la unidad y a la reconciliación entre las distintas fuerzas políticas participantes, lo que refleja una voluntad más conciliatoria.
No solo la conciliación política es necesaria sino, a partir del primer día de gobierno, iniciar una reconstrucción no solamente de Zacatecas, sino de la propia democracia local, puesto que además de la guerra sucia que se generó en el proceso, el dinero ilegal es otra de las constantes que no ha sido sancionada por las instituciones electorales.
Claro que es difícil mostrar las evidencias de la ilegalidad que se vive en los procesos electorales, pero es urgente que los gobiernos modifiquen este tipo de prácticas corruptas. De ahí que los ciudadanos hagamos una serie de acciones para conformemos una cultura de la legalidad en el estado.
Si se consolida el triunfo de Alejandro Tello, o si David Monreal se alza con un triunfo electoral, ambos están obligados a implementar los cambios que requiere Zacatecas en la eficacia y transparencia de los recursos públicos, sino también en el fortalecimiento de la democracia.
La guerra sucia es una muestra de la degradación de la política y ello, sin duda, repercute en las formas de gobernar a los ciudadanos.
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