Zacatecas. Cuidado con la ‘seducción política’
RAÚL SILVA
La contienda electoral en Zacatecas se encuentra en pleno apogeo, todos los candidatos se desviven por darse su ‘baño de pueblo’ con la única intención de engatusar el voto de la ciudadanía.
En el argot político se llama campaña o proselitismo político, yo como ciudadano, lo llamo técnica de seducción política. Cada candidato a gobernador, diputado y alcalde hace su luchita por tener en la bolsa al mayor número de electores.
La seducción, etimológicamente, proviene del latín seductio que significa «acción de apartar». Su primera acepción, «engañar con arte y maña». Eso es seducir.
Cuando un candidato en campaña se dirige al pueblo, tiene la intención de inducirlo y persuadirlo para que modifique su opinión y hacerle creer que él es la mejor opción en el plano electoral. Eso es seducir.
Muchos de los aspirantes se comprometen a desarrollar un gobierno de propuestas, honestidad, transformación y desarrollo económico, político y social sin tener un sustento firme. Eso es seducir.
Las últimas tres elecciones de Zacatecas han marcado su historia. La ciudadanía ya no vota por el partido político como se hacía décadas atrás, cuando se votaba por tal partido por tradición familiar.
Ahora la variante es la imagen que proyecta el candidato. Lamentablemente, las propuestas siempre han quedado en último término.
En 1998 arribó a la gubernatura Ricardo Monreal, arropado por la izquierda, pero fue su carisma y popularidad lo qué lo alzó con el triunfo electoral. Para muchos el mejor gobernador en los últimos tiempos.
Amalia García se convirtió en la primera gobernadora del estado, su candidatura resultó ser la novedad de la contienda del 2004, y más aún con la idea de que era el tiempo de las mujeres. Su gobierno estuvo marcado por la equidad de género.
Luego en 2010, la ciudadanía optó por el cambio con Miguel Alonso, y gracias a su galanura enloqueció a las mujeres y terminaron llevándolo al poder. Su administración tiene la característica de haber endeudado al estado.
En los tres casos, las mujeres determinaron las elecciones, aunque sin el razonamiento lógico de sus propuestas, ya que votaron por la guapura, la popularidad y el carisma.
Muchos politólogos han estudiado el desarrollo de las campañas electorales del país, y han encontrado que en muchas ocasiones ganan los candidatos que carecen de una visión clara de estado o un plan de acción de gobierno.
Una vez más, víctimas de la seducción, el pueblo cae en las garras de los partidos políticos y de los candidatos.
Y es que la ciudadanía actual, que presume de ser muy moderna, tiene el tino de votar por el más guapo, el mejor vestido, el más popular, el más carismático, y nunca por el más inteligente o preparado.
En pocas palabras no se razona el voto. No se analiza el discurso de los candidatos, es decir, si las propuestas son viables o son producto de la ocurrencia.
Esta semana se dio a conocer una encuesta, donde el candidato del PRI, PVEM y Panal, Alejandro Tello, lleva la delantera con 25.8%, seguido del abanderado de Morena, David Monreal con 22.1 por cierto.
En estudio levantado por Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE), el tercer lugar es para el candidato del PAN-PRD, Rafael Flores con 14.4 por cierto.
Será el próximo 5 de junio cuando se conozca el nombre de los ganadores a puestos de elección popular, pero sin duda el más importante es el de gobernador. Aquí también hay candidatos populistas, carismáticos y galanes, espero que ello no determine su voto amable lector.
Mi invitación es una, es tiempo de dejar de lado la ‘ignorancia social’ y el de escuchar cada propuesta que llega a sus oídos y vista.
Quién ganará las elecciones de Zacatecas, el carisma, la galanura, la popularidad o la ignorancia?