Jerez… Miel y veneno a la vez
RICARDO EVODIO CABRAL VERA
Caballada flaca
Inicia una contienda electoral que se antoja competida, pero no por el alto nivel de sus contendientes sino más bien por el pobre desempeño político demostrado hasta ahora por los que aspiran a gobernar el municipio durante los próximos dos años. Dicho en términos coloquiales de la vieja usanza política “la caballada está flaca”.
Aunque es muy prematuro vaticinar lo que ocurrirá en los próximos dos meses y sobre todo el reflejo que el trabajo de cada uno pueda tener en las urnas, lo más seguro es que a falta de figuras y consecuentemente de propuestas realizables, el asunto se resolverá a billetazos con una marcada competencia entre el gobierno del estado y el municipal, sin descartar que “desde el cerro de la silla se divise el panorama”.
Rasguños que no cicatrizan
El descontento por la designación de candidatos, parece no dejar contenta a las militancias y la llamada operación cicatriz no es del todo efectiva, luego de que las decisiones al interior de los partidos, fueron encomendadas a grupos de poder muy reducidos y que pareciera de entrada que no fueron las acertadas, aunque es aventurado hacer juicios y ya serán los propios candidatos quienes tengan que demostrar lo contrario.
Así, se habla de una imposición en la coalición PRI-Verde-Nueva Alianza que comandó el grupo de Artemio Ultreras Cabral, pero contando con el aval absoluto de Ismael Solís Mares y Eduardo López Mireles, además de las leoninas negociaciones con los partidos chicos, que apuestan poco y ganan mucho.
Y en ese estira y afloja, Fernando Uc llevará la difícil tarea no sólo de conseguir votos para su persona y su planilla, sino que por inercia tendrá que jalar consigo a la desconocida (al menos en política) candidata turquesa Patricia Mayela Hernández Vaca a la diputación local.
En la raya
En la coalición PAN PRD, habría sido el propio alcalde José Manuel Viramontes Rodarte, quien no obstante sus diferencias con la dirigencia estatal de su partido, llevó el peso de palomear a su extesorero Octavio de la Torre por la presidencia y a su exdirector de Desarrollo Económico Héctor Márquez, por la diputación, la disciplina panista no es ya la misma de hace mucho y si bien sólo Pablo Rodríguez alzó la voz y se fue, son varios blanquiazules históricos que no comparten la decisión.
En Morena las cosas no pintan diferente, a pesar de los esfuerzos que hace por ser medianamente conocido en Jerez, Gerardo Espinoza Solís, no termina por hacer efectivo el motivo que llevó a la familia real a su designación y que sin venderles, los jerarcas le compraran la idea de que el haber sido dirigente de un partido a nivel estatal, garantiza el triunfo.
Una de sus ventajas se llama Alma Eva Coronel, su compañera de fórmula y a quien dicen que el Panal y consecuentemente el PRI, despreció; la locutora antes tricolor y hoy morenaza podría representarle votos al proyecto estatal y municipal, pero no existe la menor seguridad de que les alcance el triunfo al menos en uno de los tres espacios en contienda.
La hora de la verdad
Respecto de los candidatos independientes, se encuentran en la fase de enfriamiento natural, luego de que tuvieron un tiempo considerable, para promocionarse, con el pretexto de recabar las firmas de respaldo ciudadano a su candidatura.
El momento de la verdad ha llegado, Serafín Bermúdez sabe que tiene que hacer mucho más de lo que realizó hace tres años, cuando prácticamente sin partido, sin dinero y sobre todo sin estructura, logró una votación muy superior a lo que calcularon sus operadores (o manipuladores).
Felipe Salazar prácticamente estuvo desaparecido por un mes, tiempo en el que se le vio conformista, con la certeza de que las firmas que reunió, se transformen en votos no sólo de los firmantes sino también de sus familias; el problema es que ahora no es la competencia contra sí mismo, como fue hace algunas semanas, puesto que partidos e independientes se reactivan a la par y no dejarán un solo minuto sin trabajar por conquistar el voto, de la manera que sea.
Sobra decir que los institutos políticos comenzarán a recoger sus canicas, esas que con plena libertad le dieron la firma a Felipe Salazar o Serafín Bermúdez, pero que no les aseguraron nada y una vez con la contienda en marcha, la gran mayoría, con sus excepciones claro, se reintegrarán a donde se sientan identificados o bien, –hay que decirlo–, a donde les ofrezcan mejor beneficio.
Placeo en La Jerezana
Ahora sí se dejaron ver en la corrida de toros, casi todos los candidatos a presidentes municipales y diputados locales; faltaron los aspirantes a la gubernatura que seguramente en el arranque de sus campañas tuvieron agenda llena.
La nueva costumbre es irse a la barrera de sol, así sean minoría; Felipe Salazar mostró oficio en las lides taurinas y se colocó junto a un numerosos pero callado equipo, en el área del tendido cálido en el que alcanza más rápido la sombra; Fernado Uc Jacobo en el costado opuesto, donde el sol deja de calar a eso del quinto toro y acompañado también por un grupo considerable que ocasionalmente coreaba su nombre.
Ahí como escondida y con cierta pena de darse a ver, Patricia Mayela Hernández Vaca, levantaba el brazo gritando el nombre de su candidato, pero el de ella jamás se escuchó.
Alma Coronel y Gerardo Espinoza decidieron sacrificar el cuidado de la piel por un rato de sol, olvidaron o nadie les aconsejó comprar boletos a algunos de sus seguidores para hacer un poco más de presencia, se vieron muy solitarios.
Por ahí se alcanzó a ver al candidato de Encuentro Social, Tony de Marco Ramírez, aficionado regular a las corridas, solitario, discreto y escondido entre la porra Desmadrosos de Sol, de la que es parte; la más ruidosa de la plaza, los que ponen la pimienta en la fiesta; los que solicitan cartones al gobernador, al alcalde o a algún candidato; esos que de vez en vez coreaban el nombre de Tavo (de la Torre) y los mismos que iniciaron el clásico un, dos tres, chingue su madre el juez, durante la bronca por la nula calidad del sexto de la tarde y que luego se generalizó en toda la plaza.
Ni sudan ni se asolean
Los panistas no rompen la tradición y obvio no se asolean, en su barrera de primera fila Héctor Márquez Medina y Octavio de la Torre con un grupo de simpatizantes, en su mayoría funcionarios municipales y respaldados en sus esporádicas porras por los Desmadrosos de Sol; ambos recibieron un brindis de los toreros. Octavio de la Torre curiosamente abandonó la plaza a media corrida.