Que las palabras no se las lleve el viento: justicia para Dafne
LUCÍA LAGUNES HUERTA
Hace un mes la Secretaría de Gobernación decidió “acelerar los cambios hacia la igualdad” y “desmontar aquellas prácticas que nos alejan de la igualdad”. Los compromisos asumidos no son cualquier cosa y no pueden quedarse sólo en palabras; las acciones contundentes tienen que sellar lo firmado el pasado 22 de febrero y la justicia para Dafne Fernández es una gran oportunidad.
Pisar el acelerador es más que necesario, sobre todo cuando desde hace una década contamos con una Ley para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, que busca precisamente acelerar los cambios hacia la igualdad. ¿Cómo? Marcando los lineamientos y mecanismos institucionales para lograr la igualdad sustantiva en lo público y lo privado.
Una de las acciones, que mandata la ley, es “adoptar las medidas necesarias para la erradicación de la violencia contra las mujeres”.
Lograr la igualdad implica garantizar a las mujeres violentadas protección y justicia, no dejar ni un resquicio por el cual los agresores gocen de impunidad.
Es la oportunidad para demostrar que las palabras no se las lleva el viento y que lo firmado en febrero realmente es una acción de gobierno y de Estado, que no se queda en las paredes de Bucareli, sino que llegan hasta Veracruz, por ejemplo.
El caso de Dafne Fernández es la oportunidad de mostrar que ese acelerador inicia ya, y que los violadores de la joven reciben el castigo que marca la ley. Es garantizarle a ella y su familia un acceso a la justicia digno, sin revictimización.
Es necesario ser intolerante hacia la impunidad, sobre todo cuando la evidencia de la mala aplicación de la justicia es brutal. Veracruz, por desgracia, es el ejemplo de la mala aplicación de la justicia, de la impunidad y la colusión de autoridades con la delincuencia.
Dafne escribió en Facebook que había tocado fondo, que había decidido romper el silencio para defenderse ante los ataques sexistas que ha recibido, culpabilizándola por lo ocurrido.
No hay medios pasos en éste ni en ningún caso de violencia contra las mujeres, la acción debe darse y remover, si es necesario, a todo funcionario que obstaculice la justicia para Dafne. A las víctimas no se les responsabiliza, se les protege.
Eliminar toda justificación de la violencia contra las mujeres es necesario para que el acelerador anunciado funcione.
Eliminar la tolerancia ante la violencia contra las mujeres debe abarcar los videos musicales que promueven, justifican y hacen apología de la violencia contra las mujeres, especialmente la música grupera. El ejemplo salta a la vista con el video de la canción “Fuiste mía”, de Gerardo Ortiz.
La autoridad responsable de aplicar la ley no puede conformarse con la condena social, ésa la realizamos la sociedad civil. La autoridad está obligada a sancionar cuando sea necesario, aplicar la ley y demostrar que las declaraciones hechas son respaldadas por un actuar coherente con lo dicho.
Construir la igualdad de género no debe quedar reducido a declaraciones ni la difusión en Twitter. Sin lugar a dudas implica la forma de pensar, de comunicar y sobre todo, para la autoridad, de actuar. Si no se actúa desde todas las instancias de gobierno, se corroborará que lo firmado y declarado el 22 de febrero son palabras que se las llevó el viento.
Twitter: @lagunes28
* Periodista y feminista, directora general de CIMAC.