Miguel Alonso y el mejor arranque de la historia
El lunes pasado, la Secretaría del Trabajo (del gobierno federal) dio a conocer las cifras de generación de empleo correspondientes al mes de marzo. En Zacatecas se han creado, entre septiembre del 2010 y marzo del 2011 (los primeros seis meses del gobierno de Miguel Alonso), cuatro mil 973 empleos, número que contrasta con los 67 empleos creados entre marzo y septiembre del 2010.
Los datos fueron anunciados en el Campo Marte, por un exultante secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón. Entre septiembre del 2010 y marzo del 2011, para compararnos con la dinámica nacional que tanta alegría provoca a Lozano, en México el empleo formal creció en 1,6%; sin embargo, en lo que respecta a Zacatecas, el empleo formal creció a un ritmo más de dos veces mayor: 3,8%.
A usted le podrá parecer exagerado mi optimismo. ¿Qué significa generar cinco mil empleos en un estado con tantas necesidades como Zacatecas? Debo decirle que significa mucho más de lo que parece. Especialmente en el contexto de los siempre difíciles arranques de gobierno que suelen significar contracción económica ante el proceso de entrega-recepción que deriva en falta de liquidez para los gobiernos estatales.
Mire usted: de todos los estados que tuvieron cambio de gobernador en 2010, y en los que ya se dio el cambio de estafeta, sólo Zacatecas (con el crecimiento de 3,8%) y Durango (con un crecimiento de 3,7%) muestran saldos positivos en cuanto a empleo formal entre septiembre del año pasado y marzo del 2011. Puebla, Oaxaca, Aguascalientes, Chihuahua, Sinaloa y Veracruz tuvieron un crecimiento en ese rubro de menos del 1%, mientras que Tamaulipas incluso perdió empleos formales.
Si a usted esas cifras no le bastan para documentar su optimismo, y es de los que creen que “no debemos compararnos con otros, sino con nosotros mismos”, quiero poner a su consideración otros elementos para el análisis.
Partiendo del principio de compararnos con nosotros mismos, podemos observar las cifras de empleo frente a inicios de otras administraciones de Zacatecas.
El arranque de Amalia García Medina, por ejemplo, fue menos halagüeño. El saldo neto de los primeros seis meses fue de 836 empleos creados; y es que, mientras el número de nuevos asegurados permanentes fue de mil 343, los trabajadores asegurados eventuales disminuyeron en 507.
En cuanto al inicio del gobierno de Ricardo Monreal Ávila, las cosas fueron mucho más complicadas. De septiembre de 1998 a marzo de 1999, no sólo no se crearon empleos, sino que se perdieron un total de 152 trabajos asegurados ente el IMSS. Y es que, aunque se registraron mil 631 empleos permanentes en los primeros seis meses de dicho sexenio, se perdieron mil 783 fuentes de trabajo eventuales.
En resumen, mientras los primeros seis meses de gobierno de Ricardo Monreal Ávila dejaron un saldo negativo de 152 empleos, y los primeros seis meses de gobierno de Amalia García Medina arrojaron la creación de 836 empleos, en el primer semestre de la administración de Miguel Alonso se crearon cuatro mil 973 nuevos empleos empleos.
Quiero aclarar que mi intención no es menospreciar los gobiernos de Ricardo Monreal Ávila, ni de Amalia García Medina. En términos de generación de empleos, ambos fueron extraordinarios. Con Monreal, en seis años, se tuvo un incremento de más de 16 mil fuentes formales de trabajo y con García Medina de más de 28 mil.
Por ello, aunque en estos primeros seis meses de gobierno de Miguel Alonso Reyes las cifras nos permiten ser optimistas, el reto no es menor, pues para el sexenio la meta debe ser la generación de 40 mil nuevos empleos.
Esa cifra la he sostenido como posible desde que en agosto pasado presentamos “Un destino para Zacatecas” y solo requiere que no cometamos errores mayores. Con esos 40 mil empleos, los zacatecanos podríamos duplicar la cifra de empleos formales en solo 18 años, además de que dejaríamos en el olvido, de una vez por todas, nuestra nada honrosa posición dentro de los 10 estados con menor desarrollo humano del país.
Queda claro que las voces del pasado que atacan al gobernador no se fundamentan en el deseo de bienestar colectivo para los zacatecanos, pues hemos presenciado el mejor arranque de gobierno, en materia de empleo, de la historia. No lo digo yo; son cifras del gobierno federal, aunque les cueste reconocerlo a quienes perdieron privilegios individuales que obtenían de forma anti-ética e ilegal.
Pero tampoco se trata de echar las campanas al vuelo. Aunque la forma de arrancar es muy importante, no servirá de nada si ambiciones políticas personales y de grupo se imponen a nuestros objetivos trascendentales: devolverle la seguridad a los zacatecanos y generar fuentes de empleo suficientes y bien pagadas. Y para eso nos necesitamos todos.