Parroquia de Mazapil, Zacatecas, resguarda arquitectura barroca
Mazapil, Zac.- Mazapil es uno de los pueblos mineros más influyentes del norte de México. Su riqueza no sólo se limita a los minerales extraídos del subsuelo, posee otro tesoro adicional al oro y la plata: la Parroquia de San Gregorio Magno, segundo templo más antiguo del estado.
El municipio cumplió el pasado 4 de octubre 444 años de su fundación. La parroquia tiene 403 años de existencia y podría considerarse como un museo de arte sacro y prototipo de la arquitectura barroca, aseguró el párroco Filiberto Octavio Campos Nájar.
El sacerdote consideró que este es uno de los recintos religiosos en pie más antiguos y mejor conservados de Zacatecas, ejemplo de la arquitectura barroca, que fue edificado con las aportaciones de los ricos mineros de la época.
Es poseedor de obras de arte de más de cuatro siglos de antigüedad y su valor es histórico y cultural, porque da muestra de la riqueza que el municipio Real de Minas de San Gregorio Magno de Mazapil tenía en sus inicios y que contrasta con la pobreza que hoy exhibe.
Constituido unos pocos años después de la ciudad de Zacatecas, en la época colonial la importancia de Mazapil fue tal que de aquí partieron sus pobladores para fundar las actuales ciudades de Saltillo y Monterrey. Este municipio se integra en el Camino Real de la Plata.
Enclavada en el semidesierto zacatecano, justo en el centro de esta población de tradición minera en el norte del país, la primera construcción del templo data del siglo XVI, pero fue hasta el año de 1612 que tuvo su primer párroco, fecha que se toma como oficial.
La construcción muestra el arte del barroco popular tallado en cantera blanca y en su pórtico principal tiene los escudos del Papa y del Rey de España esculpidos a cuchillo.
Su interior resguarda importantes pinturas del siglo XVII, varios de la autoría de Mateo Montes de Oca, destacado artista plástico de la época barroca, quien a principios del siglo XVIII hizo el cuadro del Padre Jesús, que todavía se exhibe.
Tiene cuatro hermosos retablos tallados con estilo churriguresco, con columnas griegas y romanas, todos laminados con oro de 24 quilates, y dedicados a los nombres de la Sagrada Familia, Jesús, María y José. Además, todavía cuenta con el piso original de madera de pino.
Sus paredes, capillas y esculturas están bellamente adornadas, aunque cuatro siglos de existencia han causado en ellas estragos por la falta de recursos económicos y las restricciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INHA) para repararlos, afirmó.
El deterioro de la pintura y caída de parte de los muros, causada por la humedad y el paso del tiempo, es muy visible e imposible de reparar por ahora, ya que el proyecto de mantenimiento del INHA requiere de 30 millones de pesos.
Aún y con todos los problemas que posee la parroquia de Mazapil, ésta es un verdadero tesoro, que ya en otras ocasiones fue remodelada, como en 1648, con el apoyo del rico minero Francisco de Elizondo, informó el sacerdote.
En 1682 el entonces templo volvió a ser reparado y en 1695 se construyó la capilla de Nuestro Jesús Nazareno, escultura de madera de roble, que tiene un hermoso retablo en el que la efigie es venerada con efervescencia por la comunidad.
Jesús de Nazareno es un Cristo ensangrentado, que está encorvado y tiene un rostro de sufrimiento, de belleza única y que tiene miles de devotos en la región del norte del país.
La imagen fue encontrada en el interior de un baúl cubierto de cuero, en la comunidad de Pinito, entre los años de 1550 y 1560; es decir tiene alrededor de 465 años de antigüedad, es más viejo que el lugar que lo alberga.
El responsable de guiar a la feligresía de este lugar dijo que fue en 1695 que se funda la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno por parte de Fray Felipe de Jesús Galindo, obispo de Guadalajara, para resguardar al Cristo ensangrentado. Y el 6 de agosto se funda la fiesta en honor del santo patrono San Gregorio Magno.
La parroquia cuenta, además con un pequeño museo, que tiene pinturas e imágenes antiquísimas, como un Cristo que data del año 1905 y una pintura de San Gregorio Magno que tiene más de 400 años y se cree que fue la primera que tuvo el lugar.
Por todos esos elementos arquitectónicos, de arte sacro y de costumbres de los mineros e indígenas de la época, la parroquia de San Gregorio Magno es un edificio cultural e histórico que debe preservarse y que por ahora está en el olvido.
LNY/MaryChávez