Alianza de fuerzas progresistas
CAMERINO ELEAZAR MÁRQUEZ MADRID
Iniciado el proceso electoral 2015-2016 y a punto de que los partidos políticos comiencen sus procesos internos para la elección de candidatos, surgen voces a favor de la realización de alianzas.
Un servidor está convencido de que es necesaria la alianza entre las izquierdas y fuerzas progresistas del país, que a su vez permita la elaboración y aplicación de un programa social de gobierno y no sólo un gobierno de coalición.
En esa visión, el Partido de la Revolución Democrática, en su Congreso Nacional de septiembre, estableció la política de alianzas que aplicará para las elecciones del 2016 y que permite claramente los acuerdos con los partidos de izquierda y grupos progresistas.
Precisamente esa política prohíbe para este periodo electoral establecer alianzas con el PRI, debido a todo lo que representa; aunque casuísticamente sí podrían realizarse con el Partido Acción Nacional y dependería quiénes sean sus candidatas y candidatos.
Considero que los objetivos políticos presentados, como la necesidad de alcanzar alternancias gubernamentales en algunos estados, no deberían ser superiores a la necesidad de combatir el programa neoliberal e impulsar reformas sociales.
Ya se ha visto que la alternancia por sí misma no suele resolver problema alguno de la mayoría de la sociedad, pero sí empeorar la situación.
El propósito es lograr alternancias hacia un rumbo congruente con el Estado democrático y social.
Entonces, nuestras alianzas electorales sólo podrán establecerse a partir de que estén sostenidas en agendas legislativas y programas de gobierno que prioricen el interés superior del país y de la gente; que tengan carácter social, democrático y progresista; que sean de conocimiento público y estén avaladas por la dirección nacional del PRD.
En estas alianzas casuísticas se deberá considerar, especialmente, en qué medida se beneficiará la vida democrática del país, el avance en el bienestar de la población, el impacto en los propósitos del crecimiento del partido y de su constitución como sólida alternativa de gobierno.
Los gobiernos emanados de las coaliciones electorales en las que el PRD participe deben ser instrumento para impulsar los grandes cambios políticos y sociales que demandan las y los ciudadanos.
En aquellas entidades en donde arribemos al gobierno en los procesos electorales como parte de una coalición, deberemos procurar y garantizar que se aplique el programa de dicha coalición, el cual deberá tener un carácter democrático, igualitario y progresista.
Debemos lograr que nuestros triunfos electorales se traduzcan en cambios importantes en la vida política y democrática de la sociedad mexicana. Por lo tanto no podrá haber coalición electoral si no se encuentra sustentada en una agenda legislativa y en un programa de gobierno de coalición que incorpore algunas de las propuestas básicas del PRD.
Esos requisitos se deberán cumplir también en Zacatecas para concretar un frente amplio de las izquierdas, con miras a las elecciones locales del próximo año, cuando se renovarán la gubernatura, 58 alcaldías y 30 curules.
En Alternativa Democrática Nacional (ADN), expresión interna del PRD, le apostamos a la unidad de las fuerzas progresistas y de izquierda.
En lo personal, siempre he manifestado mi apoyo total a la unidad; sin embargo, creo necesario que en el caso de conformar una coalición primero debe presentarse un programa de gobierno, que contenga el compromiso de combatir la pobreza, corrupción, impunidad y violencia.
Además, que promueva el progreso y desarrollo; así como la equidad social con empleo y salarios dignos y bien remunerados.
Los perfiles a ocupar las candidaturas de una amplia alianza deben ser ciudadanos con trayectoria y experiencia, con ideas progresistas y de izquierda y tener un programa social.
El PRD ya trabaja internamente para cumplirle al pueblo de México, para elaborar las mejores propuestas de gobierno y elegir a las y los mejores candidatos.
*Consejero Nacional del PRD