La burocracia
NORMA JULIETA DEL RÍO VENEGAS
Existen excelentes burócratas que realizan su trabajo con eficiencia y eficacia, y si esto es remunerado con detalles motivacionales y económicos, es muy satisfactorio, pero más aún si el titular o jefe en mando suele dar las indicaciones con respeto y motivación y hacer sentir que va junto con los subordinados en los buenos o malos resultados.
Al paso de los años, existen servidores públicos que logran permanecer en sus lugares de trabajo en cualquier transición de Gobierno, eso habla de su institucionalidad y de que son elementos valiosos para la Administración Pública.
La importante labor que desempeñan es y será siempre indispensable para que los estados ejerzan sus funciones, sus facultades son amplias, por tal motivo su ética es fundamental para una mayor eficiencia y eficacia en los compromisos de sus entidades ya que las demandas de la población requieren de una nueva cultura en el servicio.
En algunas ocasiones, la «institucionalidad» sufre ciertas variaciones o desviaciones, en virtud de que el término se empieza a confundir pasando de ser institucional a servil o sumiso. Hay que decirlo, existen servidores públicos que tienen ganas y entusiasmo pero hay titulares que no los dejan crecer, ser y avanzar, no hay humildad.
Cuando esto pasa, el servidor público equivoca o desconoce el concepto como tal, ya que considera que nada ni nadie puede ni debe de estar por encima de su «autoridad», aun por encima de otros niveles jerárquicos.
Es aquí cuando la formación profesional que se tiene debería de ayudar al servidor público para ubicar su lugar real; sin embargo, existen innumerables ejemplos de gente que demuestra que su educación no va de acuerdo con su profesión, ya que hacen uso de la «institucionalidad» para allegarse un sequito de seguidores que lo alaban sin mediar razón y lo llevan al grado de perder el piso, o de mal aconsejar para lograr objetivos personales y maquiavélicos.
La «institucionalidad» debe ser ejercida responsablemente, delegando funciones a sus subalternos de manera «diligente» para poder llevar a cabo el orden y la cooperación necesaria para el correcto desempeño de las funciones.
Hay gente muy eficaz y eficiente, pero también se requiere de astucia, imaginación y creatividad para llegar aun más lejos. Una persona que solo trabaja para cumplir alguna jornada diaria y no se esfuerza en buscar su constante capacitación, aprendizaje, y tener la capacidad de trabajar bajo presión y relacionarse con otras esferas, jamás obtendrá lo que aspira o lo que sueña, si es que se atreve a soñar.
La superación de ningún modo nos llegará por sí sola, debes tomar decisiones que por mucho que impliquen cambiar de vida, de proyectos, se deben valorar las ventajas que esta decisión te dará a largo plazo. En ocasiones por temor a perder un trabajo, se toman rumbos equivocados que en la etapa final de la curva de la vida te dejarán sin afectos y relaciones, mismas que siempre son requeridas como base para consolidar lo que desees, he aquí cuando entra la confusión de ser institucional o simplemente estar y hacer todo porque no pierdas tu trabajo, hasta en ocasiones, faltar a la lealtad y a la ética.
Analizando algunas teorías al respecto, se dice que en ocasiones somos nosotros mismos los que conspiramos en contra de nuestra superación personal, dejándonos llenar de temores, presiones, y esto da pauta a que se cree un ambiente de rumorología a nuestro alrededor, teniendo como efecto la desacreditación, convirtiéndose esto en una comunicación extraoficial.
Un comentario extraoficial tiene varias finalidades, ayuda a combatir el aburrimiento y que avancen las horas de trabajo que se deben de cumplir, y desvía la atención de otro tipo de pretensiones. En ocasiones se terminan retirando buenos elementos por propia voluntad o por descarga de malas energías de otras personas que en definitiva, no son los mejores de la empresa o institución.
La prudencia y discrecionalidad hablarán bien de cualquier persona para su contratación, sobre todo para su permanencia, aunado a su capacidad y talento claro, pues la institucionalidad es el accionar del Estado, ya que los servidores públicos brindan un servicio de utilidad social y de responsabilidad para el Gobierno.
Siempre será la mejor carta de presentación ante la llegada de un nuevo superior o de un nuevo reto, ser institucional, pues así como el servidor público actúo en su anterior tarea debe responder ante cualquier régimen y que ante todo promueva permanentemente los principios y valores éticos que les exige el ejercicio de la gestión pública, teniendo la certeza de que seguirá siendo un buen elemento que responderá cabalmente con los planteamientos de la sociedad, de lo contrario, se pensara que actúa conforme intereses y no será confiable en lo subsecuente.
Tener nuevos conocimientos y aprovechar todas las técnicas de administración ayuda para el avance o alcance más rápido del éxito y mantenimiento del mismo, aquí entra en juego el líder, del cual destaca su habilidad y conocimiento para dirigir al grupo, además de ser el responsable de fomentar la capacidad de aprendizaje de todo el personal, el líder nace no se hace.