Jerez… Miel y veneno a la vez
RICARDO EVODIO CABRAL VERA
La simulación y las cifras alegres
De la manera que se desarrollan las campañas electorales en la actualidad, el manejo de cifras alegres, aparte de ser la mayor de las falacias es una forma de autoengaño para los propios aspirantes, situación que a la hora de contar los votos puede generar el mayor desencanto.
Pero mientras haya candidatos a los que les guste que les hablen bello aunque les mientan, habrá activistas y operadores expertos en simulación que les hagan mantener la esperanza viva de un triunfo sustentado en números que sólo existen en su sistema de captura e incluso en la imaginación.
De manera ingenua los aspirantes compran con facilidad esas cifras irreales; que si las famosas redes multiplicadas por cientos, pueden generar 10 mil votos; que si un supuesto líder organizó un evento con cinco mil personas y que si otro le arrimó dos mil y alguno otro tres mil y a la hora de la votación, las sumas alegres no coinciden.
Estrategia obsoleta y autoengaño
Tales estrategias son obsoletas en una realidad electoral en la que la mayoría de las personas van a un mitin con la única esperanza de que su presencia les alcance para solventar la necesidad alimenticia del momento y unas horas después, se quitan la camiseta que les regalan y se ponen la del contrario, buscando la papa del siguiente día.
La presencia de multitudes, a veces reflejadas sólo en las fotografías, podrían considerarse mera mercadotecnia política, para mostrar cantidad; es imagen que refleja preferencia falaz.
En otros tiempos tenía su impacto, pero en la actualidad, poco influye en el resultado, sobre todo si el elector es mínimamente observador y ve que las personas que aparecen al lado del candidato, en el primer plano de la foto, son las mismas en Tlaltenango que en Jerez, en Florencia, Jalpa y otros lugares, pero en la realidad son sus respectivos equipos de campaña los que hacen aparentar montón.
Insisto, mientras haya candidatos que les guste hacerse de la vista gorda, habrá simuladores que les jueguen el dedo en la boca y les hagan creer que van de gane; en el conteo de las boletas llevarán la penitencia.
Un candidato mandilón
En el segundo distrito y concretamente en Jerez, el candidato oficial malorientado por sus (des) coordinadores, desestima la visita a comunidades importantes, donde incluso ya están listos para recibirlos, sólo porque quienes lo manipulan consideran poco productiva la presencia física del abanderado.
Aparte, se ven operadores que saludan con sombrero ajeno, invaden el espacio de sectores y organizaciones y en forma descarada se roban el trabajo de verdaderos líderes, abusando de la cercanía que el propio candidato les ha permitido y de la misma manera bloquean a quien tenga ganas de aportar pero les representa algún riesgo en sus planes políticos futuros.
Si el triunfo llega, darán todo el crédito exclusivamente a la obsoleta estrategia, desacreditando el trabajo de los demás, como ocurrió en el anterior proceso federal; pero si el resultado es adverso, buscarán culpables por todas partes, igual que hace dos años.
Análisis televisivo
Un buen ejercicio resultó el programa Punto de Encuentro al que nos invitó el periodista Héctor Cortés Martínez, para intentar debatir en torno al proceso electoral y aportar nuestra modesta opinión, al lado de Pablo Alejandro Torres Corpus y Efrén Fernández Bañuelos.
En lo particular nos sentimos muy lejos de ser analistas de la política local, sin embargo, las aportaciones tanto del conductor como de los compañeros de pánel, nos permitió la exposición de ideas y llegar a conclusiones que si bien pudieran no representar nada nuevo, sí permiten avizorar una realidad política a tres semanas de las votaciones.
Campañas raquíticas y sin propuesta
De entrada hablamos de la pobreza de las campañas; debido principalmente a que se trata de un proceso intermedio que no genera más rebanadas para repartir y el único interés que puede despertar en la clase política, es construir para lo que sigue.
Asimismo lo raquítico de las propuestas basadas en el señalamiento del contrario e incluso la confrontación grupal y la diatriba. Es complicado para un candidato a diputado que su propuesta legislativa sea escuchada y entendida por el grueso de la población, por eso se van a la promesa fácil y comprometen aspectos que rayan en la invasión de esferas de carácter ejecutivo que no corresponden a un diputado.
El ejercicio permitió ratificar la visión en el sentido de que la actual es una contienda de dos y que las posibilidades de crecimiento de un tercero, son más por lo que los que están a la punta de las preferencias han dejado de hacer, que por un ascenso real de la otra figura, quien parece trabajar duro y de manera diferente, pero lo más seguro es que no le alcanzará
La vulgar compra de votos
Y a la pregunta más insistente del conductor y moderador, intentamos dejar en claro que ganará en las urnas el que tenga mayor capacidad de repartir los fondos de los que se dispongan para la vulgar compra de voto, que hoy más que nunca se sujetará a la ley de la oferta y la demanda.
Concluimos asimismo que el final de la carrera será de fotografía y la mínima diferencia en el conteo, propiciará que el desenlace definitivo se dirima en los tribunales, como se anticipa que ocurrirá en una gran cantidad de distritos electorales.
Finalmente, lo único que se puede augurar es que el gran triunfador será nuevamente el abstencionismo y si por lo regular este proceso intermedio registra una participación más baja de lo común, habrá una cifra histórica en los niveles de votación que a decir de los que sí saben de esto, apenas si rebasará ligeramente el 40 por ciento del padrón.
Ojo Pancho Escobedo
De por sí las cosas no andan muy bien con la guerra de grupos que tienen políticamente secuestrado al candidato, y con ese inepto que le impusieron para manejar el área de prensa en el municipio de Jerez, no va a llegar a ningún lado. No tiene ni idea de que medios circulan, ni conoce a los representantes o de plano es elitista y sólo convoca a quienes sus jefes le palomean. Ojo Alberto Esquivel, alguien te echa a perder el buen trabajo que intentas desarrollar a nivel estatal. Tal vez ese Luis Corre… pero no escribe.