La impunidad, sus efectos en el desarrollo y en la desigualdad social
* La impunidad, una amenaza para el desarrollo democrático de toda sociedad
* A mayor grado de impunidad, corresponde una más elevada tasa de desigualdad social
* La investigación de frontera, mecanismo por el cual la universidad puede ganar prestigio y no sólo a través de la “grilla”
MANUEL IBARRA SANTOS
El Índice Global de Impunidad (IGI) 2015, medición realizada en 39 naciones, con el aval de la Organización de las Naciones Unidas, otorga a México el penúltimo lugar internacional en este ámbito y señala que dicho fenómeno, enraizado hasta la médula en el sistema político, obstaculiza la aplicación de procesos económicos con equidad, dificulta la defensa de la justicia y de los derechos humanos. Las consecuencias fatales de ese problema se manifiestan de diversas maneras en los Estados de la República, circunstancia de la que Zacatecas no escapa ni es la excepción.
La impunidad que, de acuerdo a sus raíces etimológicas significa <crimen sin castigo>, ha sido considerada como una amenaza para la vida democrática de México, debido a que está relacionada con la creación de caminos accidentados que han generado por años fuertes desigualdades en el acceso a la justicia y propicia el desprecio, a la vez que la violación permanente, de los derechos ciudadanos.
La desigualdad social es un indicador íntimamente relacionado con la práctica y la cultura negativa de la impunidad. Lo anterior quiere decir que a mayor grado de impunidad corresponde una más elevada tasa de rezagos y de desigualdad en una sociedad.
En Zacatecas la pobreza es padecida por más del 54 por ciento de su población (contra el 45% que es el promedio nacional) y el índice de desarrollo humano coloca a la entidad en el lugar 25 de las mediciones nacionales. Vivimos en uno de los ochos Estados con mayor producción de volúmenes de pobres.
Lo anterior quiere decir, según ésta teoría, que una ruta a explorarse para reducir los índices de desigualdad social, está relacionada con políticas públicas que ayuden a combatir la impunidad y la matriz que la origina, manifestada a través de la corrupción endémica en el manejo los asuntos públicos.
Los factores de la impunidad: seguridad y justicia
El incremento exponencial de la impunidad en nuestra sociedad involucra a dos sectores críticos para la responsabilidad del Estado Mexicano. Y estos son básicamente, seguridad y justicia.
Cuando se enfrentan problemas estructurales en estos dos importantes campos sociales, entonces nos colocamos en la antesala de un fenómeno que retroalimenta la inseguridad pública, la violencia, la corrupción y las violaciones sistemáticas a los derechos humanos.
La interrogante es cómo se combate la impunidad:¿Con mejores leyes?¿Con un más óptimo sistema de justicia penal?¿Con un moderno mecanismo público de rendición de cuentas? o bien: ¿con una sólida cultura de respeto a la legalidad?
Lo que ha quedado comprobado producto de la experiencia internacional, es que la violencia criminal no sólo se puede combatir con más cantidad de policías, sino con un más eficiente sistema de justicia penal y con programas sociales que vayan al fondo del problema.
Respecto al sistema de impartición de justicia, los países con menor índice de impunidad son aquellos que tienen mayor cantidad de juzgadores altamente profesionales, que operan con absoluta transparencia y se conducen con honestidad. El promedio mundial es de 17 jueces por cada cien mil habitantes.
El recientemente publicado Índice Global de Impunidad (IGI) revela, por ejemplo, que Bulgaria tiene 57 jueces por cada cien mil habitantes; Eslovenia 48; Croacia 45; Montenegro 42; y México sólo cuenta con 5 juzgadores en relación a esa cantidad importante de ciudadanos.
En tal sentido, la inoperancia y la ineficacia del sistema de justicia penal en México se encuentra en el ojo del huracán, como uno de los motivos que ha ocasionado la apabullante proliferación del fenómeno de la impunidad. Otro elemento estructural es la concentración insultante del poder político y económico de la Nación en unas cuantas manos.
Para atacar las causales de la impunidad en el país habrá que ir al fondo de estos dos grandes problemas estructurales que padece el sistema político mexicano, y que encuentran en la corrupción a su principal detonante.
Índice global de impunidad y la universidad
El diseño, integración y elaboración del Índice Global de Impunidad (IGI), publicado por primera ocasión en el presente año, es producto de una exhaustiva investigación cuantitativa realizada en más de 190 naciones, que ya cuenta con el reconocimiento de organismos y agencias internacionales, y tiene el mérito de haber sido ejecutado por académicos de Universidad de las Américas de Puebla.
Este es un ejemplo más de cómo las Universidades en México pueden adquirir relevancia, prestigio y apoyo internacional, a través de la realización de trabajos de investigación de frontera. No sólo con grilla se avanza. Este último es un camino falso.