La absurda spotizacion
HÉCTOR A. ALVARADO GÓMEZ
Durante las campañas electorales, que actualmente se viven en nuestro país para renovar a los 500 diputados federales, serán proyectados 13 millones 300 mil spots en los siguientes 60 días, lo que significa 221 mil 600 spots por día, nueve mil 230 por hora y 154 por minuto. Esto es un excesivo bombardero de mensajes unidireccionalidad y verticales que saturan y fastidian a los indefensos ciudadanos.
El actual modelo de comunicación electoral, establecido en la Constitución y en las leyes electorales, obliga a la población a tener que escuchar, a través de la radio o ver en televisión, spots que solo proyectan el pensamiento de los partidos políticos, que solo intentan imponer un mensaje derivado de una sola visión: La de los políticos.
Durante esta campaña se están proyectando mensajes que buscan denostar a los partidos adversarios. Se transmiten spots que tratan de vender electoralmente algunos apoyos que los gobiernos le dan a la población.
Algunos otros hablan de glorias pasadas que tuvieron los partidos, glorias que ya nada tienen que ver con la realidad actual. Otros casos, los spots los dedican a presumir leyes ridículas que están causado el sacrificio de animales. Y muchos otros a proyectar historias baratas, canciones ridículas y mensajes sin contenido.
Los spots que vemos y escuchamos, insisto que en una dosis excesiva, nada tienen que ver con ofrecerle a los ciudadanos alternativas que solucionen los problemas que viven de manera cotidiana.
El modelo de comunicación electoral que tiene México, basado en la spotizacion, privilegia la comunicación vertical y la invasión del espacio mediático por parte de los partidos políticos; dejando de lado la posibilidad de la retroalimentación, de que los ciudadanos puedan expresar sus ideas, sus sentimientos y su visión sobre la realidad del país.
Comparto la opinión de quienes piensa, que gran parte de la crisis de credibilidad y confianza que viven los partidos políticos y los actores políticos en general, se debe a su incapacidad para comunicarse, a su incapacidad de establecer un diálogo con los ciudadanos, a su incapacidad por escuchar lo que la gente piensa o quiere.
En la comunicación electoral, hoy se privilegia la invasión y la imposición de los spots, por encima de la búsqueda de canales de comunicación que permitan una interacción entre los ciudadanos y los candidatos.
A pesar de que existen plataformas de comunicación interactivas como son las redes sociales, principalmente Twitter y Facebook, es muy difícil que los políticos abran su espacio para dialogar con los ciudadanos, porque casi nunca contestan los mensajes que se les envían, tratan de evitar las discusiones o simplemente optan por poner a otra persona a manejar sus perfiles de redes sociales.
Coincido plenamente con el maestro Sergio Contras cuando dice que los políticos y candidatos consideran a sus perfiles de Facebook y a sus cuentas de Twitter como si fueran un medio convencional más, simplemente un periódico más, y no un lugar para el diálogo y la interacción con los ciudadanos.
Creo que esta campaña demostrará que el modelo de comunicación electoral, basado en la spotización, ya está agotado y debe cambiar, porque lejos de tener un impacto positivo en los ciudadanos, lo que yo percibo es hartazgo y fastidio de la gente, incluso de los mismos medios de comunicación.
De seguir así, el modelo de comunicación electoral será una causa más de la crisis de confianza y credibilidad que viven los partidos y los políticos.