Produce Manuel Felguérez “más y mejor” porque el tiempo se agota
* El artista plástico hizo un recuento de su cercanía con el Palacio de Bellas Artes
JUAN CARLOS CASTELLANOS C.
México, DF.- Fresco en su apariencia y preclaro en su hablar, el pintor y escultor Manuel Felguérez (Zacatecas, 1928) advirtió que sigue produciendo con pasión porque sabe que pueden ser sus últimos tiempos, “y consciente de eso, cada instante se vuelve importantísimo, por eso ahora pinto más y mejor, entregado ciento por ciento al trabajo”.
Al hacer un somero balance sobre su quehacer artístico a lo largo del año que fenece, el artista mexicano internacional subrayó que el trabajo fue bastante, fecundo y sustancial. «Pude terminar la barda del Museo Nacional de Antropología, lo cual es muy importante para mí porque hace 50 años, para su inauguración, me tocó hacer la celosía de su patio interior”.
Y ahora, añadió en entrevista con Notimex, “medio siglo después, volver a trabajar en ese recinto, que es modelo de ingeniería y arquitectura, de belleza y funcionalidad nacional, es sumamente emocionante; me siento muy bien, todavía puedo trabajar, lo cual, a estas alturas de la vida, es suficiente para estar contento y agradecido con la vida”.
Tras asegurar que su vida sigue siendo igual que en el último medio siglo, dedicada a la creación de arte en sus diversas manifestaciones, el entrevistado subrayó que en materia de escultura este 2014 realizó una obra muy a la manera de lo que ha hecho toda su vida: Deshizo completo un automóvil Volkswagen y lo volvió a armar, como una escultura, “Crisálida”.
En ese sentido subrayó que el mundo de la geometría y el de la intuición son diferentes. “Me encanta la intuición, la improvisación y el accidente; al mismo tiempo, la precisión, el orden, la construcción y el armar las cosas”.
“Crisálida” es una suerte de síntesis de seis décadas de trabajo en la creación de un lenguaje propio, visual, de formas y figuras concretas.
“Cuando soy demasiado libre me falta orden y cuando soy demasiado ordenado me falta libertad. ¿Cuál es la única guía? Construir cosas. Lo importante es poder expresarme con un objeto, en el caso de esa escultura en la que convertí al automóvil, en forma intuitiva, porque me gusta el diseño, porque me gustan los coches, porque me gustan las máquinas y la mecánica”.
“Crisálida” es una escultura que parte de la intervención de un automóvil convertido en “un recipiente de aquellos más de 60 años de una carrera de investigación por medio del arte, la tecnología, la ciencia y la composición”, reveló el artista plástico, quien no firmó esa nueva escultura hecha para ser itinerante.
Con el tono y timbre afable que siempre lo ha caracterizado, el artista añadió que “el Volkswagen perdió su función utilitaria, para ser algo exclusivamente estético. Después de 60 años de trabajo, la gente es capaz de saber reconocer que una obra es mía y consecuentemente, no tiene que buscar la firma”, puntualizó el artista, con una sonrisa blanca y radiante.
Luego, recordó, en este año también, el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) rescató la obra monumental “Mural de Hierro” que él realizó para el Cine Diana en 1961. La pieza de 28.5 por 3.85 metros fue parte medular de la exposición “Desafío a la estabilidad. Procesos artísticos en México 1952-1967”. “Ese fue un gran homenaje a mi trabajo”, dijo.
“Para rematar”, agregó, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) a través del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), montó la exposición-homenaje a Octavio Paz “En esto ver aquello”, donde incluyó un cuadro suyo de gran formato y se puso en el mejor lugar. “Eso, más otras exposiciones que tuve, es algo extraordinario para mí”, aseveró el artista.
¿Con qué ánimo iniciará el año 2015, maestro Felguérez? “Todos los años los he iniciado igual, sin la menor idea de lo que voy a hacer, ni de lo que me va a pasar. Igual que todos los periodistas, siempre tengo mucho quehacer pero ignoro en qué me voy a ocupar el día de mañana. Siempre soy optimista y me digo ‘a ver qué pasa’, pero lo que me pasa hoy, es extraordinario”.
Ubicado en un mundo ideal, si un mago fabuloso se lo concediera esta Navidad, Manuel Felguérez quisiera echar atrás el tiempo y poder cruzar, nuevamente, la puerta del Palacio de Bellas Artes por primera vez.
“Quisiera hacerlo para sorprenderme como cuando yo estudiaba la preparatoria y escuché en ese palacio a la Orquesta Sinfónica Nacional dirigida por Carlos Chávez”.
Instalado en esa evocación, el entrevistado recordó que fue precisamente en el Palacio de Bellas Artes donde vio por primera vez expuestas obras de Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y las primeras Bienales Panamericanas.
“Era mi inicio en la cultura, por eso cada vez que regreso a ese recinto, inevitablemente vuelvo al pasado y, nostálgicamente, a recordar muchas cosas”.
Presumió, orgulloso, caballeroso y galante, que fue también en el Palacio de Bellas Artes “donde conocí a mi actual esposa, Meche (Mercedes Oteyza).
“Me la presentaron en la puerta del palacio. Ella trabajaba en la Coordinación de Artes Plásticas del INBA y me acuerdo que yo pasaba horas esperándola enfrente, en el Palacio Postal, para ir a tomar café”, concluyó.
LNY/JCC