Jerez… Miel y veneno a la vez
RICARDO EVODIO CABRAL VERA
El abrazo de Judas
A pesar del saludo que parecía sincero, con apretón de manos y abrazo incluido, el pasado 12 de septiembre en el informe de gobierno municipal, para nadie resulta novedosa la difícil relación entre el diputado local Ismael Solís Mares y el presidente José Manuel de Jesús Viramontes Rodarte, situación que este fin de semana llegó a su punto más álgido (hasta el momento) cuando el gobierno pastelista le negó el uso de un espacio público como lo es el Teatro Hinojosa al legislador local, para que rindiera su informe legislativo.
La argucia fue de lo más arcaico e infantil, de repente se sacaron de la manga que el DIF tenía programado un evento en el lugar, aunque a decir de personas de su equipo, a Solís Mares nunca le fue notificado el cambio de opinión y sólo se enteraron al momento de acudir por las llaves del inmueble un día antes.
Lo cortés no quita lo valiente
La cortesía política, es una de las muchas reglas no escritas, pero es además necesaria y hasta conveniente; el establecimiento de acuerdos que puedan derivarse de una armónica relación –así sea de dientes para afuera–, tiene mayores posibilidades de arrojar resultados en favor de la sociedad, que es finalmente a la que todos los servidores públicos se deben, todos incluidos el diputado y el alcalde.
Lo cortés no quita lo valiente, reza el refrán popular, sin embargo, nos queda claro que al interior del gobierno, hay asesores que han demostrado en más de una ocasión ir contra la lógica y apuestan a la generación de esta clase de problemas, por el simple hecho de molestar a quien haya demostrado ser un adversario político.
Las vueltas de la vida
En política nada es definitivo y lo más vulnerable en la actualidad, es la permanencia de los actores en un mismo partido o corriente, de manera que quienes hoy se pelean mañana tienen la posibilidad de estar del mismo lado.
Ismael Solís Mares puede dar constancia plena de ello, pues ahora resulta que se codea como si nada hubiera pasado, con sus enemigos acérrimos, concretamente Jaime Viramontes Miranda y Teresina Casas Castro, aquellos que siendo presidente municipal le tomaron la presidencia en dos ocasiones, exigían su salida, le gritaron toda clase de improperios, le pusieron los más grandes obstáculos para tratar de impedirle hacer un buen gobierno y lo más grave, lo acusaron de todo a él y a su familia.
Hoy también se rosa con la clase política que siendo alcalde le externó un rechazo sistemático, que se oponía aceptarlo como parte de la misma y el sábado estuvieron ahí para respaldarlo en la rendición de su informe legislativo.
No pierde el estilo pero…
Pero por otro lado hay que decir que Solís Mares tampoco se ha comportado justamente como una perita en dulce y si bien no pierde el estilo en su comportamiento caballeroso, es un hecho que le ha intentado meter presión al alcalde con una propuesta de obras casi todas fuera del programa municipal y que al no incluirse, provocan –premeditadamente–, el enojo de los beneficiarios que responsabilizan al municipio de negarse a darles respuesta satisfactoria y evidentemente lo consideran un gobierno irresponsable y de lo peor.
Estrategia similar había utilizado el expresidente, en el gobierno de Alma Araceli Ávila Cortés, a quien igual que en esta ocasión, le echó montón para exigir –respetuosamente–, la realización de obras, algunas de las cuales tuvieron éxito, otras se repiten en este nuevo paquete de exigencias que encabeza.
Apenas comienza
Pero tal vez el origen de la reyerta, sea la evidente intensión de ambos, por buscar un resquicio para filtrarse a la candidatura por la diputación federal, de sus respectivos partidos; alguien se ha encargado de hacerles creer que esta es una posibilidad real, aunque al no tener todavía ninguno de los dos la bendición suprema, quizá aplique aquello de nadie sabe para quién trabaja.
Por lo pronto ellos se la creen y están dispuestos a dar la más grande de todas las batallas; de ser ese el motivo que los ha llevado a subirse al ring, el espectáculo apenas comienza y no esperemos que la armonía prive entre ambos, quizá puedan saludarse de abrazo, de apretón de manos, pero seguirán su lucha. Esperemos que sea cual sea su determinación, por lo menos prive la madurez.