Jerez… Miel y veneno a la vez

RICARDO EVODIO CABRAL VERA

Hormiguitas en acción

Sin importar que sean los trabajadores que menor salario perciben, y que se considere por algunos el nivel más bajo en el escalafón del Gobierno Municipal, las llamadas hormiguitas merecen todo el respeto, no sólo de la autoridad municipal, sino de la sociedad en su conjunto.

El hecho de desestimar sus demandas no es sólo una falta de respeto, sino atentar contra los derechos que todo trabajador tiene, y políticamente es un riesgo, independientemente de que sean pocos o muchos, de que haya de por medio asuntos personales que no se descarta en este caso y sobre todo, de que sean utilizados políticamente como también parece ocurrir en esta nueva acción de resistencia civil que, aseguran algunos, no tardará en encontrar los patrocinios requeridos e incluso podría pasarse al centro de la ciudad, pues mediáticamente en el sector donde se realiza representa muy poco.

El Taller es afectado

Por lo pronto, esta mañana amanecieron tomadas las instalaciones del parque vehicular, donde predomina unidades viejas, muchas de ellas reducidas a chatarra, otras con aparente buena carrocería, pero con fuertes fallas mecánicas, el caso es que los vehículos que debieran estar ahí, no fueron resguardados al concluir las labores diarias, como lo establece el Reglamento.

Quizá la única afectación real sea el taller para reparación de vehículos oficiales que se encuentra al interior del sitio bloqueado; a la distancia se aprecian dos o tres unidades, entre ellas la nueva ambulancia que está a cargo de la Unidad de Protección Civil, y en todo caso, podría repercutir en la falta de atención de alguna emergencia, aunque si está descompuesta, de poco servirá que esté afuera, y en el taller municipal no son justamente los mecánicos más rápidos del mundo, sobre todo con las complicaciones actuales para poder contar con las refacciones adecuadas, a causa del plan de austeridad y a que se han cancelado algunos créditos.

Lo anunciaron demasiado

Tal vez por ello, o por la previsión que pudo haber tenido la autoridad con respecto a lo que durante varios días había anunciado Ramiro Cabral, en el sentido de bloquear el lugar si no encontraban respuesta satisfactoria a las peticiones, es decir, no hubo factor sorpresa y se dio todo el tiempo y las facilidades al municipio para prevenir, al menos en lo que se refiere a servicios básicos como la recolección de basura, bacheo, parques y jardines y otros.

Obviamente, con la mitad de camiones será más complicado y se requerirá redoblar recorridos para cubrir todas las rutas y con la eficiencia necesaria, pero finalmente, el trabajo parece ser que no se detendrá y en ese sentido, insistimos, le falló el cálculo a los paristas o lo anunciaron demasiado y alertaron a la autoridad sobre la movilización.

Alerta por posibles confrontaciones

Aunque por ahora las aguas marchan tranquilas, no se descarta la confrontación entre grupos bien definidos, unos los manifestantes y otros, los que están con la autoridad, en este caso con Mary Cruz, incluidas personas ajenas a la administración, que laboran por su cuenta en la recolección, por alguna propina o algo de reciclaje y que esta mañana rondaron la manifestación a una distancia que se acortaba peligrosamente, como a la espera de una señal; finalmente, igual que llegaron se fueron retirando poco a poco, pero eso no quiere decir que no puedan regresar incluso en mayor cantidad, pues como lo advirtió la propia jefa del área, “se van a venir los pepenadores y esos sí vienen con todo, porque les están afectando su trabajo”, aunque en realidad su trabajo se ve ha afectado desde hace meses, por quienes acaparan todo lo que se puede reciclar, mucho antes de llegar al basurero.

Un apretón de tuercas

El sentido común indica que no hay ninguna necesidad de convertir un problema pequeño en algo grande; pero no sólo la autoridades desestiman la magnitud, lo hacen también quienes mueven los hilos de esta nueva revuelta que no parece tener grandes dimensiones y quizá sólo se trate de un estate quieto al presidente municipal, o un aviso de lo que podría venir conforme se acerque la presentación de su primer informe de gobierno.

Por parte de la autoridad, es válida su postura de no ceder con tal facilidad a la dimisión de un trabajador de confianza, por grande que le quede el cargo, o por incómodo que le resulte a sus superiores, pero a la par, tendría por lo menos que estar intentando el diálogo, como lo pretendió hacer el secretario de gobierno Samuel Berumen de la Torre, quien incluso planteó una salida que dejaba contenta a la contraparte y le daba tiempo a la administración para actuar en consecuencia, pero simplemente recibió instrucciones superiores y echó su palabra por tierra.

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