Jerez… Miel y veneno a la vez
RICARDO EVODIO CABRAL VERA
Entre el futbol y la crisis
La soledad que se palpó el día de ayer, durante el encuentro entre México y Brasil correspondiente al Mundial de futbol que se realiza en el país sudamericano, en la mayoría de los comercios de la ciudad, es sólo una muestra de las dificultades económicas que se viven en el municipio y que en estos momentos afectan prácticamente a todos los sectores, y aunque el mundial de futbol y la participación de un representativo nacional hacen por momentos olvidar las crisis de tipo político, como la que aún se respira en Jerez desde hace dos meses, la económica se siente en forma severa y para muchos alcanza niveles de preocupación; pero pasados los 90 minutos reglamentarios, todo tiene que regresar a la realidad que no es muy halagüeña.
Repunte en la venta de alcohol
Como siempre ocurre en este tipo de eventos, podemos estarla pasando de la patada, literalmente, pero para una cerveza siempre habrá un guardadito o un voluntario que las patrocine. Y es justamente la venta de alcohol lo que puede salvar un poco la actividad económica, hablando de esta crisis.
Pero desafortunadamente son sólo tres o cuatro antros los que ayer acapararon al público, casi en su totalidad juvenil y, en su mayoría, varonil, quienes para justificar su presencia en dichos establecimientos, tenían por lo menos que consumir una o dos cervezas, o alguna bebida.
Se supo de algunos negocios que expenden alimentos, se prepararon con un poco más de comida para la venta a la hora del encuentro, sin embargo, no les resultaron las cosas, pues tal como lo pudimos constatar en un recorrido por todo el primer cuadro de la ciudad, no les fue nada bien, había negocios que no tenían un solo cliente.
Falta imaginación
Nuestra realidad es otra, y salvo por el festejo del Día del Padre, que es muy inferior en resultados económicos al del Día de la Madre, cada año, junio es casi natural el rezago comercial y en la mayoría de las actividades productivas, talleres, papelerías, zapaterías y a las autoridades, incluidas las actuales que hablan mucho del desarrollo económico; les ha faltado imaginación para revertir un poco esta situación cíclica, tomando en cuenta que los calendarios están bien identificados; Navidad, Semana Santa y Feria de la Primavera, fin de cursos y regreso a clases, pero es necesario pensar en algo en los lapsos intermedios que son largos y críticos.
Un poco de esperanza
La esperanza de reactivar un poco –algunos de ellos–, en estos días, son las graduaciones, que en algunos casos como bachillerato y profesional, comienza desde estos días, pero en su mayoría son hasta la primer semana de julio, de acuerdo al calendario escolar, cuando se elevan un poco las ventas de telas, zapatos, ropa, flores y otros que tienen que ver con estos acontecimientos, pero igualmente es para un número reducido de comercios.
Otra situación que ayuda un poco es la presencia de migrantes que comienzan a llegar desde la segunda quincena de junio, pero debido a que una gran mayoría decidieron venir en abril, se ve poco probable que regresen en grandes cantidades como hace muchos años no ocurre.
La gran esperanza es que por segundo año consecutivo pueda presentarse un buen temporal, sin embargo, ello es totalmente incierto.
La ley se aplica sólo a los niños
Que mal se ven las autoridades educativas pretendiendo aplicar la ley a rajatabla e impidan que algunos niños tengan la posibilidad de ver los partidos de México, como ocurría en la mayoría de los mundiales anteriores, al menos desde 1978; mientras tanto, hay oficinas públicas en las que se llevan hasta fritanga y se olvidan de la atención al público y hasta lo publican en Facebook; por otra parte, hay diputados que abandonan la chamba en horas de oficina, se van a ver el encuentro con toda la comodidad y piden que nadie los moleste e igualmente lo presumen, como lo hace el legislador por Jerez, Ismael Solís Mares, en su cuenta de Facebook, que por cierto no le fue muy bien con los comentarios de la población.
Y ciertamente nada malo tiene que se sumen también a la algarabía popular, pero ofende las condiciones en que a costas del erario público lo hacen, mientras cientos de sus representados, no tienen ni siquiera lo más elemental para llevar a sus hogares y obviamente, no pueden separarse de sus labores un solo minuto para disfrutar de estos lujos.
