Jerez… Miel y veneno a la vez
RICARDO EVODIO CABRAL VERA
Luego se quejan de la anarquía
La flexibilidad mostrada por las representantes de la Junta Estatal de Monumentos Coloniales y Zonas Típicas, motivada por su indecisión, podría derivar en la anarquía por parte de algunas personas y hasta por instituciones y, sobre todo, que vengan justos reclamos por otros profesionales de la construcción porque no se les trate de la misma manera por el hecho de no estar haciendo algún trabajo para el Gobierno del Estado, como ocurrió ayer en la calle Zaragoza, donde la instancia primero intervino la calle, suspendió la obra, luego se arrepintió, con el argumento de que un retraso en la construcción afectaría al área comercial, que efectivamente se perjudica con la reducción del paso peatonal, pero de ninguna manera la obra ha impedido que la circulación de personas se desarrolle.
Histórico abandono
A pesar de ser una arteria céntrica, que sirve de enlace en el área comercial del sector donde se ubica la sede del gobierno local, con el Mercado Municipal, este pasaje convertido en peatonal a principios de los años ochenta, es una de las arterias que históricamente ha sufrido el abandono de las autoridades, al grado que no contaba con línea de conducción para agua potable y drenaje y, de no ser por la presión que ejercieron algunos vecinos, se habría colocado el nuevo adoquín sin meter la tubería, lo que habría sido un gran error, pues la instalación hidráulica tarde que temprano se tendría que realizar y romper la nueva superficie.
Falta jardinería y alumbrado
A esta zona peatonal le hace falta un buen proyecto en materia de jardinería de ornato, que la haga más atractiva a la vista; recientemente se retiraron unos barandales con banca incluida, que en realidad no ayudaban en nada a la imagen urbana; en la pequeña calle de unos 60 metros de largo y donde existen alrededor de 20 comercios de diversos giros.
Hay al centro algunos árboles de diversa variedad y descuidados, que evidentemente no reciben la mínima atención, ni siquiera la poda periódica y aseguran los vecinos que si los troncos están encalados, es porque ellos mismos lo hacen.
Asimismo, hace falta un adecuado alumbrado, pues las lámparas que existían ya ni siquiera alumbraban. Con eso mejoraría bastante la pequeña calle, aunque por su ubicación, debería considerarse dentro de los proyectos de rehabilitación de fachadas y cableado subterráneo de Pueblos Mágicos, pero por lo pronto parece que no hay nada.
De la vista gorda
Por cierto, ya que la Junta Municipal de Monumentos Coloniales tuvo a bien echarse una vuelta por el lugar e intervenir a medias y con titubeos, sería prudente preguntarle por qué motivo permitió la colocación del transformador atravesado a media calle, la enorme caja verde no favorece en nada la vista y, mucho menos, va acorde con la estructura de la ciudad que tanto dice proteger la Junta, y ya no digamos lo ocurrido en la calle González Ortega, donde el transformador obstaculiza totalmente la banqueta; pero volvemos a lo mismo, cuando se trata de particulares se ponen exigentes, cuando se involucra alguna instancia del gobierno se hacen de la vista gorda.
Pésimo trabajo en el mercado
Y otros solapadores son los inspectores de obra del Gobierno del Estado, que avalan las porquerías que los constructores realizan, basta ver el pequeño pasaje comercial ubicado en el costado sur del mercado, donde existía un piso en buenas condiciones y sobre todo parejo, relativamente nuevo, pero tuvieron la ocurrencia de retirarlo y sustituirlo por adoquín disparejo, no apropiado para áreas peatonales, con bordes de hasta un centímetro o más, con los que frecuentemente tropiezan las personas que circulan por el lugar, quienes que se han salvado de sufrir algún accidente de consideración; para los supervisores la obra fue correcta y la avalaron sin la mínima observación, ya que sólo se concretaron a medir que la superficie fuera la contratada, pero omitieron ver la calidad.
