Jerez… Miel y veneno a la vez

RICARDO EVODIO CABRAL VERA

De nuevo la Mudanza del gobierno
La mudanza de diversas áreas del gobierno municipal, se vuelve una costumbre, ante la falta de espacios propios, para albergar todo el aparato administrativo y operativo; como ocurre casi cada tres años el actual gobierno iniciará nuevamente el cambio de oficinas que hace poco menos de tres, se habían reubicado frente a la Plaza Tacuba; ahora se van otro emblemático edificio jerezanos, el que fuera por muchos años la mueblería y luego también papelería de la emblemática tienda Al Ferrocarril, un lugar al parecer más amplio, más cómodo y sobre todo más funcional que el anterior.

Provoca Descontrol

Esta reinvención de cada tres años, obviamente desorienta un poco a la ciudadanía, que hoy debe realizar su trámite en un lugar y a la siguiente ocasión se encuentra con que ya no es ahí, sino en uno completamente diferente; algunos entienden a la primera dónde es, pero otros, sobre todo muy mayores o que no conocen la ciudad, deben dar vuelta y vueltas para llegar y animarse a entrar. La información nunca parece ser suficiente, al grado que a estas alturas todavía llegan personas a la presidencia municipal, buscando la oficialía del Registro Civil en la planta ala, cuando des de hace casi tres años, se ubica a la entrada del edificio.

Sin proyección a futuro

Hace poco más de 31 años, fue inaugurada la presidencia municipal que se considera una de las más bonitas de la entidad; aun entonces ya era insuficiente para dar cabida a todas las áreas y hacía necesario echar mano de otros espacios y de pagar alguna rentas; sobra decir que el edificio se adecuó a lo que existía, en lo que antes era la cárcel municipal, pero nunca se proyectó pensando en el crecimiento de la ciudad, en el incremento de la población y naturalmente la mayor exigencia de servicios; asimismo, en que la burocracia, en ese mismo lapso se disparara al triple, por lo que es imposible que todos quepan en un lugar que tiene capacidad para unas 120 personas y laborando en forma apretada, como ocurre en algunos casos, Desarrollo Económico y Tesorería serían los más claro ejemplos.

Caos vial y de estacionamiento
Por otro lado, para quien acude a la presidencia municipal o al edificio alterno, la primera complicación es –en medio de un constante caos vial–, encontrar un lugar en donde dejar su vehículo; un cajón de estacionamiento en el primer cuadro de la ciudad y cerca de la presidencia, es algo que requiere más que un golpe de suerte.

En el sector hay al menos cinco estacionamientos de iniciativa privada ubicados a una cuadra de distancia, sin embargo no existe la cultura de pagar por utilizar esta clase de lugares y la mayoría prefiere perder largos minutos en buscar un espacio, con el riesgo permanente de dejarlo en manos de los amantes de lo ajeno.

Un nuevo edificio

Romántica o nostálgicamente, nos hemos acostumbrado a ese edificio central del Ayuntamiento, algo digno de admirar y de presumir, pero completamente rebasado por las exigencia actuales, de ahí que quizá sea tiempo de pensar un nuevo edificio amplio y funcional, que permita tener en un solo lugar todos los servicios al público, que el estacionamiento no represente un problema mayor y un motivo para perder tiempo valioso; en la periferia de la ciudad, donde las normas de monumentos coloniales no impidan hacer algo moderno, de dos o hasta tres plantas, en un área donde además se impulse el desarrollo comercial y que haga efectivo el argumento de que cada vez que se cambian de lugar, lo hacen por ahorrar en gastos de alquiler, aunque a la larga viene siendo lo mismo o peor.

El egoísmo se impone

Pero hay dos problemas a considerar, uno es el de los recursos que no es cualquier cosa, a pesar de que podrían ahorrarse el costo del terreno si se utiliza uno de los espacios propiedad del municipio; con voluntad y coordinación con los otros dos niveles de gobierno, podría resolverse este punto; pero el otro problema y más complicado, es el hecho de que cuando un nuevo gobierno se da cuenta de la necesidad de espacios, por lo regular ya pasó un año y echando cálculo, los dos restantes le resultarían insuficientes para proyectar, gestionar el recurso y ejecutarlo, por lo que lo más seguro es que a quien esté en turno le toque colocar la primera piedra pero la última, que es la importante y la que todos recuerdan, le corresponderá a su sucesor, tal como le ocurrió a Jesús Sánchez García en su primera vuelta, su gobierno llevó a cabo la construcción de la actual presidencia, pero la estrenó Gonzalo González del Río, aunque diez años más tarde el señor de la gavia estaba de regreso.

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