Homenaje al zacatecano José María Cos en Sultepec

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JAIME ENRÍQUEZ FÉLIX

Entre el 9 y el 11 de abril se entregará en Sultepec el Pergamino “José María Cos” al Mérito periodístico y se realizará una ceremonia de hermanamiento inter-periodístico mexiquense-zacatecano en el auditorio principal del municipio, que lleva precisamente el nombre del zacatecano Cos.

Se realizarán una ceremonia particularmente sugestiva: la instalación de paños bordados en honor de periodistas asesinados en México, sus nombres “escritos” con hilo y aguja por manos solidarias del colectivo “bordando por la paz”.

Cada año he sido invitado al evento, como zacatecano y como periodista. Esta vez se tratará de manera especial sobre la visión histórica del legado periodístico de José María Cos y la faceta periodística de José María Heredia y Heredia, en una reflexión paralela con la historiadora Onoria Céspedes de Cuba y periodistas zacatecanos.

Se presentarán temas especialmente interesantes, como un proyecto de geo referenciación de “Los que faltan en México”, relativo a los asesinados y desaparecidos en el país. Se presentarán, con el tema “Tú y Yo coincidimos en la noche terrible”, comentarios sobre pequeñas historias de 127 periodistas asesinados en México.

Se llevarán a cabo talleres diversos y mesas de reflexión sobre periodismo ambiental; Ley de transparencia y acceso a la información pública como herramienta indispensable para el periodismo de investigación; periodismo comunitario desde la sociedad civil; periodismo cibernético, sus retos y posibilidades; Periodismo por la Democracia; Periodismo por la paz; la radio y su sitio innegable en los procesos de comunicación; talleres periodismo infantil, juvenil y comunitario con pobladores de Sultepec y estudiantes que elaborarán un periódico mural basado en el periódico editado por José María Cos.

Tres días gloriosos para el pueblo de Sultepec, que culminarán con la develación de una placa – homenaje a José María Cos, cuando en Zacatecas apenas le hacemos caso.

Se le considera el ideólogo de la Independencia de México. Zacatecano, por más señas, como un ejemplo más de lo bueno que nuestra entidad ha dado a México y al mundo. En Sultepec, Estado de México, lo tienen como su personaje más prominente, pues fue el 11 de abril de 1812, cuando en la Villa de Sultepec, el doctor José María Cos publicó el primer número del periódico insurgente que dio a conocer motivos y tácticas empleadas por los protagonistas del movimiento libertador de 1810.

El Dr. José María Cos Pérez fue director tanto de El Ilustrador Nacional como de El Ilustrador Americano. Era sacerdote con doctorado en teología por la Universidad de Guadalajara. Fue párroco en La Yesca (Nayarit) y en el Burgo de San Cosme (hoy Villa de Cos, Zacatecas).

Lo tenían por hombre valiente y letrado. no tardó en comulgar con las ideas de Hidalgo, por lo que fue enclaustrado en el convento de San Francisco, en Querétaro, de enero a octubre de 1811. Una vez libre, viajó a la capital mexicana para entrevistarse con el virrey Venegas, quien le dio tan mal recibimiento, que sólo lo ayudó a confirmar su adhesión al bando enemigo. En el camino de regreso a casa, fue capturado por los rebeldes, quienes lo llevaron ante Ignacio López Rayón, secretario del movimiento insurgente, que no tardó en convencerse de su sincera adhesión a la causa y lo nombró vicario general castrense del ejército en rebeldía.

El Dr. Cos dejó para la historia, no solamente los dos periódicos que publicó, sino escritos de gran talento político, como el “Manifiesto de la Nación Americana a los europeos de este continente”, un Plan de Paz y otro Plan de Guerra, en los que expresaba que “la soberanía reside en la masa de la nación” y que ésta se hallaba lógicamente representada por los nacidos en suelo americano, ya que “después de lo ocurrido en la Península y en este continente desde el trastorno del trono, la nación americana es acreedora a una garantía para su seguridad, y no puede ser otra que poner en ejecución el derecho que tiene de guardar estos dominios… por sí misma, sin intervención de gente europea”.

Se le considera además, como uno de los primeros defensores de los derechos humanos en nuestro país, pues propuso que la lucha se hiciera respetando la condición humana de ambos bandos y que los prisioneros “no sean tratados como reos de lesa majestad”

A Don José María Cos se le atribuye, entre otros méritos, el haber impedido que Zacatecas fuera arrasada por la violencia de la guerra y contribuyó a facilitar su incorporación como plaza simpatizante de los insurgentes con el mínimo de sangre derramada.

Cos formó parte de la Junta de Zitácuaro, convocada por Ignacio López Rayón en 1811. Él mismo construyó la imprenta en la que publicó las ediciones de sus dos periódicos insurgentes. Incluso fue co editor con Andrés Quintana Roo del Semanario Patriótico Americano de julio de 1812 a enero de 1813.

Cuando se instituyó el Congreso de Chilpancingo, el doctor Cos participó en él como diputado por la provincia de Zacatecas. Contribuyó en la redacción de la Constitución de Apatzingán, primera ley que rigió el gobierno de la naciente República Mexicana.

José María Cos aprendió sus primeras letras y su amor por el conocimiento en Zacatecas, su ciudad natal. Estudio Dramática y Retórica en el Real Colegio de San Luis Gonzaga. Fue su preclara inteligencia la que le ganó una beca para estudiar en el Seminario Tridentino de Guadalajara y no interrumpió sus estudios hasta alcanzar los títulos de licenciado y doctor de Teología por la Universidad de Guadalajara en 1798.

El doctor Cos se ordeno sacerdote en 1800 y al poco tiempo se trasladó al Burgo de San Cosme (actual Villa de Cos, Zacatecas) para ejercer su ministerio. Pasaron 10 años desde entonces: a finales de 1810, las autoridades de Zacatecas lo comisionaron para que fuera a Aguascalientes a pactar con Rafael Iriarte, la toma pacífica de la ciudad de Zacatecas. Y así ocurrió. El 2 de noviembre de 1810, la ciudad fue tomada por primera vez en la historia… En ese caso, por las tropas de Iriarte. El doctor Cos primero fue una especie de “embajador” ante los insurgentes y las circunstancias lo fueron atrayendo cada vez más al centro de la sublevación popular.

El 22 de octubre de 1814, el Congreso de Anahuac publicó en Apatzingán el Decreto Constitucional para la libertad de la América Mexicana (que también se conoce como la Constitución de Apatzingán, la primera escrita en territorio mexicano), de la que el doctor Cos fue redactor y signatario. En ese documento se hablaba de la división de poderes, a lo que se le dio cumplimiento. Se establecía en él que el gobierno estaría conformado por un triunvirato. Lo integraron José María Morelos, José María Liceaga y José María Cos, quienes en 1815 instalaron el primer Tribunal de Justicia de la Nación. De ese tamaño era el zacatecano Cos, a quien José María Morelos había conocido años atrás en Valladolid, y a quien el ilustre prócer admiraba.

Falleció el 17 de noviembre de 1819 en la ciudad de Pátzcuaro, Michoacán a consecuencia de una inflamación en la garganta. Fue sepultado al día siguiente en el presbiterio de la parroquía de Nuestra Señora de la Salud, actual templo del Sagrario.

El 11 de abril estaré presente en Sultepec, a donde he sido convocado, en mi carácter de zacatecano, de periodista y escritor, de admirador de un ilustre paisano. Esta vez estaré allí, como alguna vez he estado en el pasado, para atestiguar con el orgullo puesto en el corazón, este homenaje importante, que sabe muy bien y tiene amplia resonancia, porque se hace fuera de nuestro propio terruño, donde no siempre se acuerda el gobierno de recordar a los grandes e inolvidables personajes como este, cuyo nombre lleva uno de los municipios más pujantes de nuestra entidad, del que fue cura durante 10 años, y del que salió para conquistarnos la libertad y la independencia que hoy disfrutamos los mexicanos. Honor a quien honor merece.

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