Octavio Paz y Zacatecas: ¿Una sociedad desmemoriada?
MANUEL IBARRA SANTOS
La presencia intelectual en nuestra tierra en 1997, de Octavio Paz, en el marco de la realización del Primer Congreso Internacional de la Lengua Española, ubicó a Zacatecas en la cima y en la cúspide de la proyección mundial, por mediación del diálogo y el debate sobre la fuerza y el don de la palabra, como arma transformadora de la sociedad. “Ella – la palabra- es nuestra morada y somos lo que la lengua nos permite ser”, nos recordó el autor de El Laberinto de la Soledad.
El nombre de Zacatecas se escuchó, tal vez como nunca, en los confines del mundo, más allá de las fronteras multiculturales del habla castellana, gracias a la presencia excepcional, aquí, de Camilo José Cela, Octavio Paz y Gabriel García Márquez, este último quien tuvo la osada iniciativa de proponer la simplificación de la gramática y la jubilación de la ortografía. La respuesta virulenta de los “puristas” de la lengua, en contra del famoso “Gabo”, no se hizo esperar.
Zacatecas trascendió a todos los espacios del planeta y su nombre se escuchó, aún más cuando su riqueza minera apuntaló la existencia y sobrevivencia de muchas de las monarquías europeas del siglo XVIII y XIX. En ese foro de la palabra de 1997, destacó el discurso “Nuestra Lengua”, que pronunciara Octavio Paz, y que fuera reconocido por los escritores puristas más exigentes, como una de las piezas oratorias más notables en toda la historia, en defensa de la lengua castellana. Los periodistas especializados en cultura del mundo, particularmente los de España, otorgaron a Octavio Paz una calificación de 8, por su participación, a Camilo José Cela un 7 y a Gabriel García Márquez (algunos lo nombraron el “Premio Novel Jarcía Marqués”), lo distinguieron con un 4 reprobatorio de calificación.
En la extensa, rica y vasta obra literaria de Octavio Paz, encontraremos siempre la referencia a la fuerza de la palabra. “Somos como individuos y como nación, lo que la palabra nos ha permitido ser. Ella es origen, principio y fin. Por eso, la democracia es, ante todo, una construcción lingüística realizada a través del uso correcto y adecuado de la palabra”, enfatizó el creador de Libertad Bajo Palabra.
Frente a Camilo José Cela, Gabriel García Márquez, los Reyes de España y de intelectuales de todo el mundo hispanohablante, Octavio Paz contundente afirmó: “La palabra es nuestra morada. Por la palabra nacimos y en ella morimos. La patria y la nación no son sino lo que la palabra es”.
El creador de textos excepcionales como Piedra de Sol, Los Hijos del Limo o Pasado en Claro, nos refrendó la idea –expresada en otro contexto-, de “que la corrupción de una sociedad, comienza con la corrupción del lenguaje”.
Octavio Paz: Origen y destino
El Premio Nobel de Literatura Octavio Paz, a cien años de su natalicio, es sin duda, una de las figuras mexicanas más importantes del pensamiento hispánico del siglo XX, sin cuya obra es impensable el entendimiento del México de nuestro tiempo.
Nació Octavio Paz en la ciudad de México, al seno de una familia maderista, dos meses antes de la heroica guerra de La Toma de Zacatecas, en la encrucijada de dos de las primeras revoluciones sociales de inicios del siglo XX en el mundo –La Revolución Mexicana y la revolución Rusa- época en que la historia se desplazaba a la conquista del futuro y que era además tiempo de promesas, de utopías y de esperanza.
En el siglo de las revoluciones políticas y sociales, en la etapa de las revoluciones literarias y artísticas, y en la era de las revoluciones de la moral y la costumbre, nació Octavio Paz.
Se puede afirmar sin equivocación, que la creación literaria de Octavio Paz caminó siempre de la mano de la reflexión. Fue un poeta ante todo; es decir, hizo suyo el atávico conflicto que desde el principio de los tiempos enfrentan las palabras con las cosas. Pero también fue un extraordinario ensayista, género literario moderno por definición en el que se refugió para ejercer su crítica y sus dudas.
La desmemoria de una sociedad y la fuerza de la palabra:
Que importante es recordar a Octavio Paz, en el centenario de su natalicio (- y a 17 años de su presencia intelectual en Zacatecas-), porque en 1997 llevó a la cumbre del conocimiento universal a Zacatecas, debido y gracias al debate emprendido sobre la importancia de la lengua y la palabra.
Pero hay que decirlo, también, que una sociedad es fatalista, por desmemoria, por insolencia y por ignorancia. Se requiere poner acento en la aplicación de políticas efectivas de promoción de la lectura, y alejarnos de la frivolidad de los temas públicos
En muchas partes del mundo, se integraron amplios archivos y bibliotecas, con los innumerables artículos, textos y libros presentados en el Primer Congreso Internacional de la Lengua Española. En Zacatecas no sucedió eso. Una omisión y una ausencia lamentable, que genera desmemoria y ausencia de historicidad de los temas del desarrollo de la entidad.
Toda sociedad con ímpetu de transformación y cambio, requiere que se le dé importancia a la difusión y uso de la palabra, de la lectura y de la lengua.