Hasta pronto Don Camerino Márquez
CAMERINO ELEAZAR MÁRQUEZ MADRID
La reflexión que hago hoy es meramente personal y la dedico a quien me enseñó que en esta vida lo más importante son los valores. Nada puede sustituir el vivir con congruencia entre el hacer, el decir y el pensar. Eso, me lo enseño mi padre, Don Camerino Márquez Fraire, a quien el viernes le dijimos hasta pronto.
Aún con la tristeza reciente de haberlo perdido escribo estas líneas y pido a los lectores su comprensión por utilizar este espacio para resaltar y reconocer lo importante que para todo individuo es la familia. En este caso, hago alusión a la propia, porque es en el seno familiar donde se nos forma y lo que determina lo que en el futuro seremos o ya somos en el presente como personas y seres humanos.
Mi padre me crió y me formó y a él le debo lo que soy. Él, Camerino Márquez Fraire, nació en Sombrerete, Zacatecas, el 24 de febrero de 1931 y murió el 28 de febrero del 2014, en esta capital bizarra.
Fue un hombre dedicado al campo, amante de la tierra, encomendado a Dios y de mucha fe. Siempre fue un eterno agradecido con los demás, ayudante del prójimo, sobresaliente y con anhelos. Él conoció de cerca el sufrimiento y los triunfos, porque fue migrante, cruzó la frontera atravesando el Río Bravo y el desierto para llegar a Estados Unidos.
Me enseñó que cuando una persona cumplía una meta era porque ya tenía otra que realizar, luchador constante, impulsor del progreso y del desarrollo, tuvo siete hijos, de los que le sobrevivimos cinco y era abuelo de seis nietos.
De ese hombre recio del campo aprendí muchas cosas. Fue lector de Paco Ignacio Taibo II, conocía la historia de Zacatecas y era fiel admirador de Fidel Castro y de Pancho Villa.
Soñó con ser marino, pero lamentablemente las condiciones económicas por las que desde muy niño vivió no se lo permitieron. Afortunadamente apostó por el proyecto educativo de sus cinco hijos, el cual dio como resultado una enfermera, dos abogados y dos ingenieros agrónomos, egresados de instituciones públicas, como la Universidad Autónoma de Zacatecas y la Universidad Autónoma de Chapingo.
A ti, padre, te digo que desde las diferentes trincheras cada uno de tus hijos ejercemos nuestra labor profesional poniendo en práctica los valores que nos inculcaste desde siempre, basados en el esfuerzo, la honestidad, la buena voluntad y la lucha constante contra cualquier adversidad.
¡Te fuiste, pero dejaste aquí tú legado! como tu hijo Ricardo Márquez Madrid que continúa luchando en el extranjero para obtener su derechos como residente americano y volver algún día a esta su tierra natal. Él no pudo acompañarte físicamente en tu partida, pero con su corazón y su alma nunca te dejó solo.
Te recuerdo que Miguel también continuará laborando en el Centro Regional de la Universidad Autónoma de Chapingo y seguirá con tu legado de proteger al campo; y Luz María, siempre de carácter firme, defenderá a la familia desde la función pública, ambos poniendo en práctica tus enseñanzas hacia el prójimo.
Rosa Guillermina Márquez Madrid, quien estuvo contigo los últimos 22 días de tu vida en el hospital, continuará su labor ejerciendo la noble profesión de enfermera.
Recuerdo claramente cuando el 3 de enero el doctor Óscar Rosas Carrasco, en la Ciudad de México, te diagnosticó neumonía atípica y te recomendó retirarte de tu actividad como productor del campo, práctica que no dejaste de hacer hasta el sexto día de febrero, ya que continuaste vendiendo tu frijol y tu ganado.
Yo me quedo con el grato recuerdo de escucharte por última vez ese día en el que tomaste mi llamada. Contigo me comprometo a que continuaré trabajando, tal y como me lo inculcaste. Ayer ya me presenté en la Sesión del Consejo General del IFE, en la que se aprobaron los nuevos estatutos del PRD.
Aunque ya no estés físicamente te seguiré platicando de los proyectos nacionales de Andrés Manuel López Obrador y del Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, personas que tú siempre admiraste.
De Frida, Tania, Miguel, Emily, Beto y Kevin, tus nietos, te diré que están orgullosos de ti; así como de la familia que tú y mi madre crearon.
Vete feliz padre que nosotros cuidaremos de quienes nos quedamos, en especial de tu esposa, nuestra madre, quien a sus 82 años y ante tu partida ha demostrado entereza, firmeza y gallardía. Ella se sigue planteando ideas por y para el rancho y el campo.
Finalmente, agradezco mucho las muestras de apoyo ante tu partida. Gracias a quienes dejaron un comentario confortante y solidario en las redes sociales, a quienes utilizaron espacios en los medios de comunicación para expresar el pésame que tu adiós provocó a quienes te queremos papá.
Esta vez, firmaré sólo como tu hijo Camerino Eleazar Márquez Madrid.