Una golondrina no hace verano

“Una golondrina no hace verano”, reza un popular refrán que hoy quiero aplicar al hecho que está en boca de todos y es la captura del capo mexicano más buscado en el mundo: Joaquín “El Chapo” Guzmán.

El sábado fuimos sorprendidos con la noticia de su recaptura, tras 13 años de haberse escapado del penal jalisciense de Puente Grande, hecho por el que la gente se mofó y le cambió el nombre a “puerta grande”, pero que además originó la investigación de 71 personas, entre ellas varios funcionarios.

Si bien es cierto que su aprehensión significa un golpe a la delincuencia organizada, sobre todo en lo que se refiere al narcotráfico, también es cierto que esta acción por sí sola no significa un cambio en las políticas públicas en la materia en el país, pues como lo hemos pedido lo que se requiere es una estrategia integral de seguridad.

Ante el crecimiento y organización de la delincuencia que se ha registrado en los últimos años en esta nación, lo que se necesita es una estrategia de seguridad pública que incluya un verdadero combate a la delincuencia, medidas efectivas para la prevención del delito y el fortalecimiento de las instituciones de justicia que dan sustancia y sustento al Estado de Derecho.

A la par, se requiere ofrecer a la niñez y juventud alternativas para el sano esparcimiento, el eficaz uso del tiempo de ocio y alternativas para su desarrollo, de trabajo y estudio, por mencionar algunos puntos claves que se necesitan para realmente enfrentar esta gravísima situación de inseguridad que afecta a la sociedad mexicana.

La captura de “El Chapo” Guzmán no debe convertirse en un espejismo como la “eficaz” actuación del Estado Mexicano en materia de inseguridad pública, en la que por cierto se contó con el apoyo de las autoridades de Estados Unidos en el trabajo de inteligencia realizado para dar con el paradero del líder del cártel de Sinaloa.

Más bien, desde mi punto de vista, resulta vergonzoso que Joaquín Loera se haya escapado de una de las cárceles de máxima seguridad del país y que durante más de una década haya actuado impunemente fortaleciendo su “imperio ilícito de tráfico de drogas” en México y la Unión Americana.

Peor aún, que la propia revista Forbes lo haya catalogado como uno de los hombres más ricos y poderosos del mundo, enriqueciéndose a costa de la salud y la vida de nuestros jóvenes, corrompiendo autoridades y policías para expandir sus actividades ilícitas y amasar una gran fortuna.

Ahora, el Estado Mexicano, con esta recaptura, enfrenta una situación todavía más complicada, pues al “descabezar” al Cartel del Pacífico se corre el riesgo de que la disputa interna entre los grupos se recrudezca en busca de que los terratenientes “el Mayo Zambada” y “El Azul” luchen entre sí por ocupar el puesto que quedó vacante, con la posibilidad de que ese enfrentamiento produzca más muertes que dañen a México.

No caigamos en el juego del golpe mediático ni del impacto que causó en las redes sociales la detención del “Chapo”, porque si se queda como una mera acción aislada y no se prepara una verdadera estrategia integral que vaya más allá del perfil punitivo o policiaco-militar, entonces no habrá ningún avance.

Si la voluntad política el gobierno federal es realmente combatir el crimen organizado, entonces exigimos que se logre la aprensión de otros líderes criminales, que se desmantelen las redes financieras de las organizaciones delictivas y se acabe con la impunidad.

Atacar la impunidad en este país significaría un paso firme y adelante para terminar con la inseguridad pública, pues es la impunidad el cáncer que ha alentado a la delincuencia y ha mellado la paz y justicia con que merecemos vivir las y los mexicanos.

Exijamos más acciones concretas por parte de los gobiernos federal, estatales y municipales para que nos devuelvan la tranquilidad y la paz a la que estábamos acostumbrados, que vivamos otra vez con la felicidad de ver a nuestros niños y jóvenes sanos y salvos jugando en la calle, sin temor a que caigan en las adicciones ni sean víctimas de un secuestro ni ningún otro delito.

*Representante del PRD ante el IFE