Un manejo adecuado de la basura para la mejora social
LUIS GERARDO ROMO FONSECA
Hoy en día, en México la cantidad de basura que generamos cada día va en aumento al punto de que ocupamos el lugar número 10 entre los países que más producen: hace 50 años cada mexicano generaba 300 gramos de desechos diarios y hoy la cantidad alcanza los 900, sumando en total 84 mil toneladas al día. Sumado a ello, nuestro país registra un atraso de hasta cien años cuanto al manejo de residuos sólidos y se ubica en el lugar 45 a nivel internacional en la materia: en todo el territorio nacional apenas operan poco más de 110 rellenos sanitarios de acuerdo a la norma oficial, mientras que los tiraderos a cielo abierto se cuentan por miles. Estos últimos originan graves daños para la salud de la población y un deterioro ambiental considerable porque producen metano, que al llegar a la atmósfera, se convierte en uno de los gases de efecto invernadero que más contribuyen al calentamiento global.
Desgraciadamente, a pesar de ser una labor de primera importancia, la gestión de residuos sólidos y su disposición final es inadecuada en la mayoría de los municipios del país y, por tanto, está presente en muchas de nuestras ciudades y poblaciones. Sin embargo, este problema se agrava aún más en determinadas regiones a causa de diversos factores como el acelerado crecimiento de la población y su concentración en áreas urbanas; el desarrollo industrial, los cambios en los hábitos de consumo, el uso masivo de envases y empaques de plástico, así como todo tipo de materiales desechables que aumentan la cantidad de desechos que se generan.
En cuanto nuestro marco jurídico, la Ley de Manejo de Desechos se aprobó en 2003 y se reglamentó en 2006, por lo cual ahora estamos en proceso de transición y es necesario que los recursos destinados a esta modificación, se apliquen de manera efectiva para proyectos que sean técnica y ambientalmente viables y socialmente justos. La opción real consiste en que los municipios presenten buenos proyectos a nivel ejecutivo, que apliquen bien los recursos, que exista una efectiva supervisión estatal y federal para saber qué se hace con las partidas presupuestales otorgadas para la recolección y tratamiento de la basura; pues éste sigue siendo el principal problema en los servicios públicos de los Municipios; que en su mayoría, no cuentan con un plan de manejo de residuos sólidos, ni con una estación de transferencia para la basura, según señalan especialistas en la Materia.
En Zacatecas, prácticamente ningún municipio posee una estación para transferir la basura sólida y no se llevan a cabo los procesos de almacenamiento temporal, separación, compactación y trituración. Por otro lado, carecemos de centros de acopio operados por las autoridades municipales, por lo que no se dispone de información clasificada respecto a la cantidad recolectada de acuerdo al tipo de material como papel y cartón, PET, aluminio, cobre, vidrio, plásticos, electrónicos y electrodomésticos. De los 58 municipios del estado, 56 realizan procesos de recolección y disposición final pero únicamente dos incluyen algún proceso de tratamiento. De esta forma, en Zacatecas diariamente se recolectan en promedio un millón 52 mil 540 toneladas y éstas no se manejan de manera selectiva, ya que solamente 10 de los 58 municipios cuentan con un programa local orientado a la gestión integral de residuos sólidos urbanos.
Desgraciadamente, la norma son los tiraderos de basura de cielo abierto (como en el caso de la capital de nuestro estado), donde no se separa ni clasifica la basura. Por supuesto, el servicio de limpia es una de las demandas más sentidas de la población pero en muchas colonias no se alcanza a cubrir la recolección, obligando a los propios vecinos a depositar su basura en las calles o en diferentes predios, con lo cual se van creando focos de infección.
Ante esta situación, es imprescindible construir más rellenos sanitarios para procurar un almacenamiento y tratamiento de la basura adecuado, pues éste sigue siendo el principal problema en los servicios públicos de los municipios. Es preciso lograr que nuestros rellenos sanitarios funcionen de manera óptima, porque en el corto plazo podríamos producir biogás con la basura como una nueva energía sustentable, pudiéndose utilizar no sólo para las labores domésticas sino también para impulsar vehículos ecológicos destinados al transporte público.
Desafortunadamente, el problema de la basura ha rebasado a los municipios debido al crecimiento de la mancha urbana; situación que ha provocado que algunas administraciones opten por concesionar el servicio de limpia a empresas privadas; durante el último trimestre, los cabildos de 10 de los 11 municipios zacatecanos hicieron reformas a sus respetivos códigos municipales para avalar esa medida. A nivel general, fue a partir de la década de los noventas, fue cuando inició una escalada de privatizaciones de empresas y servicios públicos tradicionalmente a cargo del Estado, en la actualidad este fenómeno se ha incrementado porque existen grupos empresariales “cuyo único interés es la ganancia indiscriminada de dinero”. Así lo señala el doctor en derecho Daniel Márquez, académico del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, quien afirma que aunque el Estado se reserva algunos aspectos de orden normativo o de carácter tarifario, también es verdad que estos servicios quedan en manos de particulares, sobre todo en algunos estados y municipios del país.
No obstante, antes que aplicar este tipo de medidas, los ayuntamientos deben incluir al sector académico en este rubro, puesto que no se le ha integrado para la realización de proyectos de reciclaje y en cuanto al manejo de basura. Hay que “establecer evaluaciones de la eficacia de las acciones o medidas implementadas, y en el estado se debe trabajar en un plan integral del manejo de basura en el que se involucre a los municipios, la ciudadanía y al sector académico… Para un plan de manejo integral no se necesitan millones, se requiere voluntad; se debe implementar un programa que incluya la disminución de residuos y genere las condiciones de disposición final y estrategias de reciclaje donde se involucre a la ciudadanía” tal como advierte Verónica Paniagua, consejera por el Sector Académico del Consejo Consultivo para el Desarrollo Sustentable Núcleo Zacatecas, y coordinadora técnica de la Red de Cambio Climático de la región occidente.
Las autoridades deben aplicar diversas medidas con la participación activa de la ciudadanía, tales como: incentivar un programa de separación domiciliaria de residuos para lograr que en las ciudades de Zacatecas disminuya la cantidad de basura generada, a la vez de incrementar su procesamiento, reciclándola biológicamente para convertirla en materia prima y en nuevos productos con valor económico. Cabe señalar que buena parte de los residuos son metales, vidrio, envases de plástico y envolturas de papel y de cartón, así como bolsas de polietileno; que previamente separados, son industrialmente reciclables.
Los municipios están obligados a buscar vías de financiamiento buscando establecer convenios con los demás órdenes de gobierno, así como con el sector social y privado para ampliar la infraestructura y llevar a cabo una gestión integral de los residuos sólidos; es decir, bajo procesos de separación, reutilización, reciclaje, co-procesamiento, tratamiento biológico, químico, físico o térmico, acopio, almacenamiento, transporte y disposición final. Por otro lado, hay que emprender estudios realizados sobre el diagnóstico del manejo de la basura y las campañas efectuadas para su mejora, ya que éstos han contribuido a la concientización de la población sobre el daño ambiental que ésta produce.
Tenemos que acompañar la aspiración ciudadanía de procurar un entorno limpio, emprendiendo una transformación en los métodos de gestión de residuos. De entrada, lejos de cargarles la mano fiscalmente a los pepenadores, se debe apoyar a los recicladores en pequeña escala para tratar los residuos plásticos como el PET, polietileno y polipropileno, a fin de facilitar su acopio, transporte y reciclaje. Por otro lado, en el rubro de los residuos riesgosos, las pilas y los focos de nueva generación o ahorradores, medicinas caducas y componentes electrónicos, tienen que acopiarse en contenedores especiales o en sitios dispuestos por las autoridades ambientales.
Indudablemente, estos procesos de mejora social son un gran punto de partida para una comunidad viable y con futuro, que refrende el compromiso común con la salud y el bienestar de todos los habitantes.