Antorcha es progreso
OSVALDO ÁVILA TIZCAREÑO
Se dice fácil cuarenta años, si hablamos de un ser humano y consideramos que la esperanza de vida supera con mucho esa edad, sin duda para muchos podría ser intrascendente, pero sin temor a equivocarme puedo afirmar que hablar de la existencia de un ser humano de esa edad, implica múltiples vivencias, grandes dificultades y diversas experiencias en el tránsito de cuatro décadas.
Pero hablar de cuarenta años de existencia de un movimiento social, que inició sumando la voluntad de poco más de treinta hombres y mujeres que añoraban una patria más justa, y más aún, decir que hoy a este proyecto se han sumado más de un millón de mexicanos, es sin duda una auténtica hazaña. Este año el Movimiento Antorchista Nacional cumple cuarenta años de existencia luchando y organizando al pueblo trabajador, ni los intentos de desaparecernos de la escena política en los primeros días de existencia, ni la eterna campaña mediática de desprestigio contra los dirigentes, ni el bloqueo absoluto a las demandas populares que encabezamos, ni los crueles asesinatos o los secuestros políticos efectuados recientemente, han detenido al único proyecto social que se ha mantenido lealmente combatiendo de frente la pobreza y los efectos de la misma.
Producto de esta tesonera lucha a lo largo y ancho de la patria son las evidentes obras materiales, fruto del trabajo incansable de gestoría, pueblos enteros e incluso municipios importantes como Tecomatlán en Puebla o Chimalhuacán e Ixtapaluca en el Estado de México, se han transformado gracias a la suma de voluntades de miles de mexicanos que inconformados con sus condiciones de vida, se han dispuesto a luchar a fondo por cambiar su entorno.
En Zacatecas también, aunque con resultados más modestos, hemos venido trabajando en congruencia con nuestro proyecto nacional, diversas obras de infraestructura básica, acciones de carácter social o caminos rurales, por mencionar sólo las más importantes, han beneficiado, particularmente a los guadalupenses, a título de ejemplo baste citar los tramos carreteros: Tacoaleche-La Era, El Bordo-San Juan, Tacoaleche- La Cocinera, San Ignacio- San Salvador, Zóquite-Tacoaleche, El Bordo- La Cocinera o la construcción de las unidades deportivas de Lomas de Guadalupe y El Bordo o la pavimentación de más de 30 calles en comunidades y colonias.
Además, producto de la gestión de los diputados antorchistas, este año se realizará la pavimentación de más de 40 calles en Santa Mónica, Zóquite, Tacoaleche, El Bordo, Casa Blanca, Lomas de Guadalupe, La Luz, Ojo de Agua, colonia Osiris, Tierra y Libertad y se construirán las unidades deportivas en las comunidades de Ojo de Agua, Lomas de Guadalupe, La Luz y El Bordo.
Las obras ya están en marcha y con ello la faz de las comunidades cambia paulatinamente, y se suman a las acciones anteriormente enlistadas dando muestras de la vocación progresista del antorchismo, llevando con ello progreso a las comunidades que por años han estado abandonadas, es decir, sin ser tocadas por el presupuesto público.
Pero como no podía faltar, bien lo decía Napoléon Bonaparte “La victoria tiene cien padres y la derrota es huérfana”, han sobrado los políticos que pretenden acreditarse la gestión e incluso hay quienes perversamente pretenden marginar a los promotores iniciales de la gestión, de ahí la importancia de resaltar el esfuerzo que hizo posible las obras; desde el primer momento los antorchistas dimos puntual seguimiento a la gestoría, en la elaboración de los proyectos, la presentación ante la Secretaría de Hacienda y las gestiones respectivas para que llegara a las arcas municipales, incluso, fue necesario realizar varias movilizaciones para que se liberaran los recursos.
Sin duda las obras en marcha son trascendentes y más aún porque constituyen una prueba de lo que puede lograr el pueblo organizado, pero queda claro que falta mucho por hacer, pues se requiere mucho más para cambiar las comunidades y sobre todo porque el mal fundamental de la patria, la injusta distribución de la riqueza, sigue lastimando a la mayoría de los mexicanos y requiere sin duda de la acción organizada de grandes núcleos sociales que estén dispuestos a luchar por un mundo mejor, eso es perfectamente posible, pero hay que ocuparse de ello. Durante 40 años eso hemos hecho los antorchistas y nos hemos mantenido al lado del pueblo, luchando por su progreso y bienestar, los hechos lo demuestran.
