La credibilidad

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JUAN GÓMEZ

Los últimos acontecimientos que se han generado en Zacatecas y que han desatado una serie de cuestionamientos en la sociedad, me han hecho reflexionar sobre un concepto que, desde mi punto de vista, va íntimamente atado al ejercicio gubernamental y a su relación con los gobernados.

En una sociedad democrática los gobiernos tienen la obligación de informar a sus ciudadanos sobre las políticas públicas que afectarán o beneficiarán a la comunidad, particularmente cuando en los últimos años se ha hecho un serio esfuerzo por trasparentar la vida pública.

En México se ha avanzado de manera importante –aunque no definitiva- al legislarse sobre el derecho de los ciudadanos, por ejemplo, de acceder a la información pública, al tiempo que se han  creado organismos para facilitarlo, como es el Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI).

¿Qué es, por ejemplo lo que alienta a los gobiernos a trasparentar la información? Creo que no solamente es el uso honesto y eficaz de los recursos públicos, sino en el fondo lo que se pretende también es, acrecentar su credibilidad en la sociedad gobernada.

El ascenso al poder debe ser, sobre todo en el mundo Occidental, una forma legítima de gobernar mediante la voluntad ciudadana; pero la toma de decisiones de los gobiernos debe ser creíble.

El inicio de este año 2014 marca un reiterado cuestionamiento a la actual administración del gobernador Miguel Alonso Reyes, en cuanto a las decisiones que en las últimas semanas se han aplicado.

Por ejemplo el uno de enero los usuarios del transporte público urbano amanecieron con la sorpresa de que el pasaje había aumentado un Peso. Previo a esta medida, la población en general no había sido informada sobre esta decisión gubernamental, a grado tal que el Secretario General de Gobierno, Francisco Escobedo Villegas admitió al diario La Jornada Zacatecas la omisión de informar a la ciudadanía sobre el incremento, al señalar lo siguiente:

“Yo creo que no era exactamente necesario hacer un pronunciamiento anterior”.

Después complementó:

“Normalmente no se le da gusto a la gente y esta sabe además lo que han subido los combustibles y los insumos por ser estos asuntos parte de la vida ordinaria”. (La Jornada Zacatecas, 4 de enero de 2014).

Pero después los medios de comunicación zacatecanos buscaron también la entrevista con el gobernador Miguel Alonso, a quien preguntaron por qué no se había informado a la ciudadanía sobre la mencionada medida, ante lo cual el mandatario estatal respondió que sí se había informado en tiempo y forma, y rechazó tajante que se ha haya tratado de un “madruguete”.

Existen otros ejemplos como el “perdón” o retiro de la denuncia penal de la empresa Pepsico en contra de cinco estudiantes de la Escuela Normal Rural “Matías Ramos” de Loreto, Zacatecas, quienes habían secuestrado unidades de reparto de dicha empresa y además, habían presuntamente chantajeado a los empresarios para que repartieran sin problemas el producto en la región.

En este conflicto la mediación gubenamental permitió que los jóvenes normalistas fueran liberados y además, no ser fichados por el sistema penitenciario estatal, lo que dejó entrever que la Ley también es un sujeto de negociación en los conflictos que se generan en el estado.

En este contexto se da la situación de salud pública que hoy vivimos en Zacatecas, en la que de acuerdo a la información que proporcionó el director de los Servicios de Salud, Raúl Estrada Day el lunes pasado, se han comprobado clínicamente 75 casos positivos de Influenza, de los cuales 69 corresponden al virus A (H1N1), cinco casos al virus tipo “B” y un caso al virus tipo A (H3N2).

Estrada Day dio a conocer que debido a la infección provocada por el virus A (H1N1) han muerto hasta el momento 12 personas y que la tendencia es ascendente en las próximas tres o cuatro semanas, pero que después de ese período se iniciará un descenso en la incidencia.

 Sin embargo un amplio sector de la población cuestiona la credibilidad de la información que se ha proporcionado, puesto que ha visto en su entorno un aparente mayor número de personas infectadas por la cepa.

De hecho el gobernador Miguel Alonso Reyes declaró a los medios de comunicación que, sobre este caso, el director de los Servicios de Salud ha dado puntual información y que no se ocultan los datos.

Pero algo sucede en la emisión del mensaje a la sociedad que no está generando credibilidad en la información que se da a conocer a través de los medios de comunicación, puesto que cada vez hay una mayor incredulidad entre la población.

La credibilidad es una cualidad que todo gobierno debe cuidar celosamente, particularmente en los momentos de contingencia o extraordinarios, porque de ello dependerá la confianza que le proporcione quienes le dieron mayoritariamente su voto.

En este sentido es importante subrayar que la credibilidad está íntimamente ligada con la honestidad, puesto que no se puede construir una relación entre gobierno y sociedad a base de mentiras, ya que cuando emerge la verdad de los hechos la estructura que se creó se desmorona.

Es por ello que el gobierno en general y los políticos en lo particular deben analizar qué está fallando en las formas de enviar el mensaje, porque la sociedad cada vez más no le proporciona crédito a ciertas informaciones.

La credibilidad en los políticos es también un valor que debe aquilatarse, especialmente en tiempos de conflicto.

Al tiempo.

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