Regreso a la realidad

Desde esta semana hemos tenido que enfrentar la cascada de impuestos y aumentos en el precio de los servicios y consumibles que al inicio de cada año se registran. Siempre es la misma historia: sufrir la cuesta de enero.

La cuesta de enero no es sólo porque en diciembre se gastó la quincena y el aguinaldo, está más relacionada con la elevada carga impositiva que a principios del año se nos presenta, por la obligación de pagar los impuestos predial y la tenencia, ésta última que en Zacatecas se mantiene a pesar de que la mayoría de la población vive en situación de pobreza.

Este año además de recibir un raquítico aumento del 3.9 por ciento en el salario mínimo vigente, que representa más o menos 2.50 pesos al día, tendremos que aguantar los “gasolinazos” y los aumentos mensuales en los combustibles en general.

Y todos sabemos que al subir el costo de la gasolina se registra una cascada de alza en todos los demás productos, como el transporte público, los alimentos y los servicios en general, por mencionar algunos.

Peña Nieto gastó millones de pesos del presupuesto público en publicidad para defender las reformas energética y educativa, según las organizaciones Artículo 19 y Fundar en el 2013 utilizó 186 millones de pesos para convencer a la población de que eran necesarias tal y como estaba proponiendo las reformas. Las empresas más beneficiadas con ese gasto fueron Televisa y T.V. Azteca, claro.

Enrique Peña Nieto defendió la Reforma Energética, que rápidamente se aprobó en el Congreso de la Unión, bajo el argumento de que bajarían los precios de la gasolina, el gas y la luz. Pero resulta que no sucedió y no pasará.

En cambio, nos enteramos que tras las modificaciones constitucionales para privatizar los recursos naturales mexicanos ya existen compañías y países que se acercan al gobierno federal para manifestar su interés de adquirir contratos, como es el caso de China y Estados Unidos, de los primeros en levantar la mano para enriquecerse con nuestros hidrocarburos.

Recordemos que desde agosto en que comenzó la discusión sobre la reforma energética las primeras empresas en apuntarse para “invertir” en nuestra nación fueron Ecopetrol, General Electric y Chevron.

Y mientras las naciones y las empresas extranjeras se pelean por conseguir los contratos para invertir y explotar los hidrocarburos mexicanos los partidos de izquierda, especialmente el Partido de la Revolución Democrática (PRD) continuaremos con nuestra lucha por revertir las modificaciones a los artículos constitucionales 25, 27 y 28, por las cuales se permite la participación de la iniciativa privada.

Por ello en este año tenemos el gran reto de unirnos como partido, de convencer a la población de que se sume al gran movimiento en la defensa del petróleo y de PEMEX, para lograr que se haga la consulta popular y la ciudadanía emita su opinión en contra de lo que Enrique Peña Nieto y su grupúsculo de políticos cercanos le hicieron a la nación, que no es otra cosa que una traición a la patria.

También en el Sol Azteca tendremos que trabajar para modificar nuestros estatutos y renovar la dirigencia nacional. Todo ello caracterizado por la unidad y la cohesión. Los gobiernos estatales y municipales perredistas deberán dar resultados a sus gobernados.

Es decir, tenemos que trabajar para convencer a la población y tener su respaldo con miras a las próximas elecciones locales y federales.

La tarea no es fácil, pero estoy seguro que podremos alcanzarla, no como un propósito de año nuevo, sino como una realidad para México.

Representante del PRD ante el IFE