La disidencia y parálisis burocrática

Juan GómezJUAN GÓMEZ

A una semana de la movilización del magisterio zacatecano que rechaza la aprobación de la reforma educativa, Zacatecas ha experimentado dos aspectos que son importantes tomar en cuenta para el análisis de los movimientos magisteriales y que marcan, en cierta manera, el rumbo de la actual administración:

1.      La parálisis burocrática y

2.      La incorporación de expresiones sindicales ajenas al MDMZ.

Ciudad Administrativa que nació como una de los proyectos de modificación urbana y de prestación de servicios públicos, cuyo antecedente está sin duda en  el sexenio de Arturo Romo Gutiérrez cuando concibió al “Nuevo Zacatecas” desde donde se impulsaría el desarrollo urbano de la capital del estado para desahogar al Centro Histórico, pero el error fue aventurar una iniciativa sin recursos económicos. El plan fracasó estrepitosamente.

Ciudad Gobierno fue concebida por la entonces gobernadora Amalia García Medina, como un complejo arquitectónico que albergaría los servicios que la administración pública presta a los usuarios, con lo cual se simplificarían los trámites y se optimizarían los recursos humanos de la burocracia estatal, lo que además facilitaría la prestación de servicios a la ciudadanía.

Empero lo que durante el gobierno de la gobernadora perredista se denominó Ciudad Gobierno, se ha convertido en la actual administración priista del mandatario Miguel Alonso Reyes, en “piedra de escándalo” y objeto para el ajuste de cuentas o bien, para la trascendencia sexenal.

Por si algo faltaba en el escenario que vivimos en Zacatecas de agitación social, política y en seguridad, lo que ahora se llama “Ciudad Administrativa” se ha convertido en un punto vulnerable para la actual administración, desde el punto de vista de la vulnerabilidad que ofrece para las acciones de los movimientos sociales o magisteriales radicales.

Basta que un puñado de activistas se congreguen para que cierren los accesos principales, en especial el lado ubicado a un costado del Bulevar Héroes de Chapultepec, para que paralicen las actividades burocráticas y se dé un golpe mediático al gobierno en turno.

En la presente administración Ciudad Administrativa ha sido tomada en repetidas ocasiones y en este momento, constituye el “Talón de Aquilés” del actual gobierno, por la facilidad que ofrece para inmovilizar las actividades neurálgicas, económicas y administrativas, en el presente sexenio.

La parálisis burocrática hasta el martes pasado registraba, de acuerdo al balance de daños hecho en la reunión del gabinete ampliado, más de mil 200 trámites administrativos sin ejecutar, un numeroso grupo de proveedores que no han podido ni entregar mercancía unos ni obtener el pago de los servicios otros; así como nueve mil burócratas en la inactividad y 30 mil docentes a punto de no recibir su pago quincenal.

El estrangulamiento de la actividad pública, en donde se concentra más del 80 por ciento de los servicios públicos y financieros, ha durado más que la huelga del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Zacatecas (STUAZ) en la Máxima Casa de Estudios de la entidad, pero sus repercusiones políticas son más profundas y ello no se tiene que minimizar.

Tan solo hay que tomar en cuenta que cualquier  paro en una institución  pública, sea de gobierno o académica, muchas de las resoluciones del conflicto del que se trate, se da con la renuncia o despido del responsable, ya sea un gobernador (como sucedió en San Luis Potosí con la salida de Fausto Zapata, por un conflicto postelectoral),  secretario de despacho, un presidente municipal o un rector universitario.

Por otro lado, los conflictos prolongados denotan no solo el radicalismo de los grupos promotores, sino también la incapacidad para resolverlos políticamente.

El prolongamiento del conflicto magisterial en Zacatecas ha ido escalando en cuanto a la radicalización de las acciones, pero también ha ido sumando a otros actores de los movimientos vinculados a instituciones educativas en el estado.

Dejar crecer en ese sentido las acciones del Movimiento Democrático del Magisterio Zacatecano (MDMZ), ha permitido en este momento la incorporación del Sindicato de Personal Académico de la Universidad Autónoma de Zacatecas (SPAUAZ); del Sindicato Oficial de los Colegios de Bachilleres (el Supdacobaez), así como al Sindicato Independiente de Trabajadores de Telesecundarias del Estado de Zacatecas (Sittez), y de la Universidad Pedagógica Nacional, además un grupo de padres de familia de colonias populares se han incorporado a la protesta.

Esta incorporación de organizaciones ajenas al MDMZ es síntoma del manejo deficiente de un movimiento que empezó a crecer a partir de los errores que se han cometido con el endurecimiento de las medidas en su contra, y ante el deterioro de un sindicalismo que cada vez se vuelve más débil y menos representativo de los maestros zacatecanos.

El encarcelamiento de la lideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo Morales, sin duda ha contribuido a este desdibujamiento del sindicalismo magisterial en Zacatecas, carente de un liderazgo sólido en el estado.

El rechazo a la Reforma Educativa está también desnudando las grietas de una administración en la que es necesario hacer los ajustes correspondientes, no solo en el equipo de trabajo, sino en la estrategia de vinculación social en el nuevo escenario que se vive en México y en Zacatecas, en donde las movilizaciones numerosas están mandando signos de descomposición en la forma de conducir la política doméstica.

Aferrarse a los viejos esquemas autoritarios solo empeorará el escenario que hoy se vive, y además acelerará el desgaste de una administración que apenas ha rebasado la mitad de su periodo, y a la que aún le quedan en puerta dos elecciones, una federal (2015) y otra estatal (2016), para cerrar el capítulo de la alternancia zacatecana.

Es evidente que no se está haciendo una lectura correcta y que al contrario, se están cerrando los cauces para la conducción de la vida pública y política del estado.

Si el Ejecutivo no tiene una asesoría correcta que le permita no solamente entender el momento de efervescencia que se vive la entidad, así como obtener la información puntual para tomar decisiones correctas, estaría acelerando el deterioro de una administración.

De suceder el anterior escenario, Miguel Alonso Reyes deberá tomar decisiones de inmediato al interior de su gabinete, si es que no quiere entregar la administración a un partido diferente al que lo postuló.

Al tiempo.

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