En Zacatecas sufrimos las consecuencias de la organización eficaz de los violentos: Obispo
Zacatecas, Zac.- El obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, durante la Jornada por la Paz, en la que participó el líder espiritual de los budistas, Dalai Lama, dijo que en todos los países de la tierra, “en nuestro querido México, en el estado de Zacatecas, que se honra en recibirle, somos testigos y sufrimos las consecuencias, de que los violentos, los malos se han organizado para hacer el mal, para robar, destruir la paz en el corazón de las personas, las familias, la sociedad y la creación”.
Dijo que estas personas se han organizado en cárteles, mafias, bandas, “equipos para el mal. El resultado es que nuestro futuro es incierto porque se pierde la orientación y el sentido de la vida y compromete el buen gobierno de los pueblos”.
El obispo remarcó que el horizonte “parece sombrío y, la situación ambivalente y convulsa que vivimos, no suscita motivos para construir y esperar. Pareciera que el mal va triunfando sobre el bien, que el egoísmo mata el amor, que los buenos se repliegan, que la maldad es la ama y señora de lo que queda en las conciencias. ¿Será así nuestro futuro? ¿Por qué? ¿Qué nos pasa? Si los hijos de la luz nos organizáramos con la misma prontitud y eficacia la paz sería un fruto precioso del que gozaríamos todos.
Ante un auditorio lleno, el líder católico preguntó: “¿Por qué no nos organizamos para el bien? ¿Por qué no somos tan eficaces? ¿Será la paciencia pasiva el único estilo de vida válido en el futuro? Si no sembramos y cultivamos paz no vamos a cosechar paz. Si no sembramos y cultivamos los valores fundamentales de la justicia, la verdad, el amor, la compasión sufriremos las consecuencias de su ausencia”.
En su discurso, el líder católico en Zacatecas así le dio la bienvenida al Dalai Lama: «Bienvenido, hombre de paz, sembrador de paz, cultivador de paz, promotor universal de valores humanos entre los seres humanos y las naciones de la tierra. Bienvenido, hombre bueno, forjador de esperanza en un futuro de hombres y mujeres afectuosos, compasivos, pacíficos».
Y agregó: «Bienvenido, hombre creyente, representante de una tradición espiritual muy importante en Oriente y para muchas personas en el mundo entero».
Noriega Barceló destacó que no se tiene dudas sobre los adelantos y desarrollo en todos los campos de la vida personal y social, «pero también hay miserias escandalosas, inconcebibles en un mundo que se define como mundo moderno, que presenta tantas posibilidades para el bien ser y el bienestar de las personas y los pueblos».
Ante alumnos de algunos colegios católicos y representantes de la sociedad civil, el obispo de la Diócesis dijo: «Vivimos en un mundo ambivalente, con grandes conquistas pero también con grandes deficiencias, con la conciencia fragmentada y el pensamiento debilitándose. Nos resistimos a que los intereses económicos y políticos, la productividad, el mercado y el consumismo sean quienes dirijan conciencias, dicten los valores –no siempre humanos– que deben regir la sociedad, determinen su jerarquía y marquen sus ritmos. Nos resistimos a que esta nueva cultura sea la cultura del futuro».
Y para concluir dijo: «Hay un dicho que dice «siembra vientos y cosecharás tempestades». Sabiduría popular que refleja la experiencia del mal que se siembra y se planta con sus consecuencias inevitables: más mal, más males, deshumanización, más sufrimiento, anarquía, caos».