Política y gobierno
JUAN GÓMEZ
Zacatecas se está convirtiendo en una especie de “caja de resonancia” ante los innumerables acontecimientos políticos que se están generando, y que obligan al mandatario estatal Miguel Alonso Reyes, acelerar los cambios en su gabinete, antes de que la actual inestabilidad que se observa haga crisis en la conducción del estado.
La semana que recién terminó fue rica en acontecimientos que generaron una serie de movilizaciones, denuncias, filtraciones y acusaciones, que ponen en evidencia la inestabilidad a la que se ha llegado en la política interna del estado, pero además, desnuda la incapacidad no solo para resolver los conflictos sino la falta de conducción y manejo de la política doméstica.
Los conflictos en la Universidad Autónoma de Zacatecas, en el Colegio de Bachilleres; la represión a protestas urbanas de los estudiantes de la Normal Rural de San Marcos; las filtraciones de presunta corrupción de diputados de la 60 legislatura, las multitudinarias movilizaciones de organizaciones sociales y maestros disidentes en contra de la reforma educativa, desnudan la falta de conducción de la política zacatecana.
Pero además, el gobernador Alonso Reyes debe aprovechar esta coyuntura del conflicto para realizar los cambios que, por diversas circunstancias se han retrasado, pero que son estratégicos en momentos en los que necesita definir al equipo que le acompañará al final de sexenio, y con el que enfrentará la sucesión gubernamental en el 2016.
Si el Ejecutivo del estado no aprovecha el actual escenario correrá el riesgo de mostrar un gobierno débil e incapaz de darle conducción a Zacatecas, pero lo que es peor, si no hace los cambios correctos puede perder el control de la gobernabilidad.
Es la oportunidad que tiene el mandatario como jefe político del estado para poder mover, ajustar y reacomodar a su gabinete, pero son también las facultades que le confiere la constitución zacatecana, para darle certidumbre y claridad a su gobierno.
En este contexto la primera secretaría que está en la mira de registrar un ajuste en su titular, es la Secretaría General de Gobierno a cargo del maestro Francisco Escobedo Villegas, quien es presionado por el Partido del Trabajo (léase Ricardo Monreal Ávila), para dejar la titularidad de la dependencia a su cargo.
La filtración de la grabación que la semana pasada se subió a las redes sociales en la que se escucha a la diputada Geovana Bañuelos aludir a una presunta intromisión gubernamental, a través del Secretario General de Gobierno Francisco Escobedo Villegas, en la cooptación de legisladores de la 60 legislatura, es una prueba fehaciente de estimular cambios en el gabinete.
Sin embargo, independientemente de una eventual participación en la cooptación económica de un poder, en este caso del Legislativo, lo cierto es que la dependencia a su cargo no ha podido resolver el cúmulo de conflictos que se han suscitado en los últimos días y por ende demanda un cambio en dicha dependencia.
De hecho se maneja con insistencia la llegada del Procurador de Justicia del estado, Arturo Nahle García a la Secretaría de Gobierno, una posición que ya le tocó encabezar al originario de Río Grande, quien salió de ahí durante la administración del gobernador Ricardo Monreal (1998-2004) para irse a la diputación federal, de la que ya no regresó al estado puesto que la perredista Amalia García Medina (2004-2010) no solicitó sus servicios.
Si este cambio se ejecutara en los próximos días, quien estaría listo para entrar al relevo en la Procuraduría de Justicia, sería Jorge Alberto Pérez Pinto, actual Secretario Ejecutivo del Consejo Estatal de Seguridad Pública.
En la Secretaría de Educación y Cultura tal parece que también el tiempo se le empieza agotar al profesor Marco Vinicio Flores Chávez, una vez que su esposa Ericka del Carmen Velázquez Vacio ha llegado a la 61 legislatura con la Comisión de Vigilancia bajo el brazo.
Dicha dependencia podría ser asumida por Ana María Romo Fonseca, quien también ha sido considerada para encabezar la rectoría de la Universidad Tecnológica del Estado de Zacatecas (UTEZ).
Empero una de las dependencias que también están en la mira de los cambios que podría realizar el Ejecutivo del estado en próximas fechas, es la Secretaría de Finanzas a cargo de Fernando Soto Acosta, quien ha hecho un buen trabajo al frente de la dependencia pero hay viejas nostalgias que acechan en las inmediaciones.
Quien ha querido regresar a esa dependencia que manejó durante una buena parte del gobierno de Ricardo Monreal Ávila, es sin duda el actual Secretario de la Función Pública, Guillermo Huizar Carranza, quien salió de ahí para hacer campaña de verano para llegar a la diputación federal y en cuyo lugar, en la Secretaría de Finanzas, llegaría Patricia Salinas Alatorre, actual Secretaria de Desarrollo Económico.
Guillermo Huizar se ha convertido en uno de los hombres de mayor influencia con el gobernador Miguel Alonso Reyes, tanto en materia política como en la formulación de algunas leyes de la reforma administrativa que realizó el mandatario estatal.
Pero también en el escenario de los enroques y cambios que pudieran generarse está Uriel Márquez Cristerna, quien podría ser tomado en cuenta en los ajustes dentro del gabinete alonsista.
En Palacio se especula que la filtración de la grabación en redes sociales, replicada por los medios de comunicación, impidieron la realización de los cambios puesto que ello, conjugado con actividades de agenda fuera de Zacatecas del gobernador Alonso Reyes, lo mantuvieron durante casi toda la semana pasada fuera del estado.
Son cambios que ya no deben retrasarse mucho puesto que en los próximos días se consensará el formato y la lista de los secretarios de despacho que deberán comparecer ante el pleno de la 61 legislatura, para dar cuenta del análisis de la glosa del tercer informe de gobierno.
Cabe mencionar que esa grabación a la que he aludido con anticipación no solo frenó los cambios y quizá hasta podría atrasarlos más, sino también modificó en esencia el verdadero fondo de la visita del líder nacional perredista, Jesús Zambrano Grijalva, invitado por el diputado perredista Rafael Flores Mendoza a Zacatecas, no solo para ganar su apoyo en el escenario de una transición de la dirigencia estatal del Sol Azteca, sino para sentarlo a dialogar con el gobernador Miguel Alonso, a fin de llegar acuerdos para la reactivación de un pacto político en el estado, lo cual al parecer no sucedió.
Y es que Flores Mendoza busca fortalecer una alianza con el mandatario estatal luego del desgaste sufrido en las últimas semanas, por las denuncias enderezadas en su contra a causa del endeudamiento y falta de liquidez en la presidencia municipal de Guadalupe, que gobernó en el pasado trienio y que hoy, los fantasmas que soltó el alcalde interino, Gilberto Álvarez Becerra, pretenden descarrilar su carrera política.
¿Se actuará con rapidez en la operación de los cambios?
Al tiempo.