99 años no han sido suficientes para la Constitución Mexicana

RAÚL SILVA

La Constitución Política Mexicana de 1917 cumplió 99 años de existencia. Fue la primera en el mundo en establecer los derechos sociales de los individuos; es decir, fue pionera y modelo a seguir internacionalmente. Se le reconoce como “la primer Constitución social del Siglo XX”.

La Ley Suprema de los mexicanos comprende la base de la organización política del país mediante apartados como: la soberanía popular; las garantías individuales y sociales; la división de poderes; el sistema representativo; el control de las leyes y la separación del estado-iglesia.

¿…Pero cuánto se ha respetado nuestra Carta Magna?. El concepto de soberanía popular se refiere “al ejercicio de la voluntad general del pueblo, indivisible e inalienable” como lo explica el filósofo Juan Jacobo Rousseau, en su obra El Contrato Social.

En la actualidad, el pueblo no es el que manda, sino la clase política, los que gobiernan. Únicamente se da esa potestad en tiempos electorales cuando se le utiliza para encumbrar a los candidatos y partido políticos al poder. De ahí en adelante la voz del pueblo no cuenta.

No importa que tan mal se gobierne y el descontento social que se genere, a los gobernantes como el actual presidente de México, Enrique Peña y del gobernador de Zacatecas, Miguel Alonso, solo les interesa el poder por el poder.

De lo contrario se someterían al escrutinio social mediante el plebiscito y la revocación del mandato, ahí el pueblo tiene derecho general de “mandar” como en toda sociedad democrática si continua o no en el cargo. Es lo lógico.

Más allá de las críticas personales a un gobernante, lo que la ciudadanía debe de analizar son las acciones, por ejemplo en el actual sexenio han dejado mal parado al mandatario, no solo en el país sino en el mundo, la desaparición de los normalistas en Ayotzinapa y las reformas políticas que según beneficiarían al pueblo.

Sin dejar de lado la adquisición de la casa blanca de su esposa; el incremento de la inseguridad, el alza de los precios de los alimentos y servicios, la cotización del dólar, la fuga y recaptura del Chapo, entre otros temas.

En 99 años, vemos que la Carta Magna sólo es un papel que los gobernantes se han atrevido a trasgredir, desobedecer y vulnerar a sus caprichos. De nada sirvió que se plasmarán los derechos sociales de los mexicanos cuando no los tenemos.

Las garantías individuales y sociales se fundan en más de 29 artículos de la constitución de 19197 y hablan sobre la propiedad de la tierra, las jornadas de trabajo de 8 horas, la educación laica y gratuita, la libertad de expresión y la libre asociación de los trabajadores.

En la práctica esas leyes son violentadas con “descaro”, pues la educación dista de ser gratuita, las jornadas de trabajo superan las horas establecidas con salarios irrisorios, la libertad de expresión es coartada por los del imperio político y el sindicalismo está prohibido.

Estos ejemplos demuestran que en México la soberanía no es del pueblo, los derechos individuales y sociales son sólo para la clase política.

El 5 de febrero se considera día de fiesta nacional, pues se promulgó la constitución mexicana de 1917 como producto de los movimientos revolucionarios de 1910, pero no hay mucho que festejar en un país herido por la violencia y la pobreza.

La Carta Magna de nuestra nación se conforma por 136 artículos y 19 transitorios, y ha sido reformada en más de 600 ocasiones bajo la premisa de mantenerla vigente de acuerdo a los cambios sociales y económicos. Sólo 22 artículos se conservan intactos.

Una de las reformas más importantes es la hecha en 1953 que otorgó el derecho al voto a las mujeres y las que garantizan la libertad de voto a cargos de elección popular; la de derechos humanos; y la que permite a los indígenas a votar y ser votados en condiciones de igualdad.

La mayor parte de esas enmiendas constitucionales se han efectuado en las cuatro décadas recientes, es decir, que el 75% de las reformas se realizaron durante los últimos ocho sexenios presidenciales.

Diversos estudios indican que Felipe Calderón es el presidente que más modificaciones hizo a la Constitución, con 108 reformas. Le sigue Ernesto Zedillo, quien promovió 76 cambios. Miguel de la Madrid formuló 62 reformas.

Y los que menos cambios propusieron a la Constitución Política fueron Vicente Fox, con 30 reformas; José López Portillo con 34 y Luis Echeverría con 40.

El actual presidente, Enrique Peña Nieto ha promovido hasta ahora más de 20 reformas constitucionales, algunas de ellas muy polémicas, como la del sector educativo, energético, telecomunicaciones y en materia político electoral.

En su discurso por el aniversario de la constitución, este señaló que las reformas constitucionales se sustentan en la idea de “construir un México más incluyente y equitativo, más competitivo y prospero”.

Para ello, adelantó que con motivo del centenario de la promulgación de la constitución de 1917, presentará un paquete de iniciativas de reformas para garantizar el derecho efectivo a la justicia cotidiana.

No importa cuántas modificaciones se realicen, el pueblo pide que los que dirigen el país se apeguen irrestrictamente a los lineamientos de la Carta Magna, donde se establece que los mexicanos tenemos salvaguardados nuestros derechos a la educación, a seguridad nacional, a trabajo digno, al acceso a justicia.

En pocas palabras, habla de dar condiciones para una vida digna. Ojalá que llegue el día en que se cumpla a cabalidad nuestra Ley Suprema…

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