La Casa de los Perros: Peñasquito ¿a huelga?

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

Si bien la huelga en la Mina San Martín, en Sombrerete, propiedad del Grupo México, lleva 16 años, sí, 16 años sin resolverse, obviamente con las consecuencias que esto ha traído a la economía de este Pueblo Mágico, son casi dos años los que tardaron los integrantes de la LXIV Legislatura en darse cuenta del problema.

Sí, porque fue hasta ayer que los diputados, los que asistieron a la sesión, aprobaron felices el Punto de Acuerdo para exhortar, y no es broma de mal gusto, al titular del Poder Ejecutivo federal, osease Andrés Manuel López Obrador, y al gobierno estatal, es decir al inquilino de La Casa de los Perros, a que solucione la huelga.

Y si no pueden, entonces que retiren la concesión para explotar la mina San Martín, a la empresa del magnate Germán Larrea Mota Velasco, sí, ese mismo personaje que dobló a la 4T que, tras un amague de expropiación de 120 kilómetros férreos en Veracruz, al final terminó otorgando “algunos beneficios” sobre las concesiones de la firma ferroviaria para esquivar una posible demanda de la firma.

Debemos recordar que son 16 años durante los cuales las negociaciones entre el poderoso Grupo México y el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana están empantanadas, y seguramente así seguirán.

A menos que el exhorto de los diputados locales de Zacatecas, los mismos que privilegian otros asuntos antes que presentarse a trabajar, ponga a temblar al líder de la fallida 4T, al mero mero de la nueva gobernanza y, sobre todo, al amo y señor del Grupo México.

Fueron los nueve diputados de Morena, la del Verde Ecologista, la de Nueva Alianza y el independiente, los que están pendientes de las efemérides y recordaron que este 30 de julio se cumple un aniversario más de este caprichoso paro laboral al que, por cierto, se suman otros iguales en Taxco, Guerrero y Cananea, Sonora.

La cuestión es que la Minera Peñasquito, la misma que sostiene la economía del comunidades y municipios del semidesierto zacatecano, como lo hacía hace 16 años el Grupo México en Sombrerete, El pasado 13 de mayo recibió un emplazamiento a huelga por parte del Sindicato.

¿Qué alegan los sindicalistas?: incumplimiento del Contrato Colectivo de Trabajo, incluyendo el pago de la Participación de los Trabajadores

en las Utilidades (PTU).

El emplazamiento a huelga tiene fecha de vencimiento hoy 7 de junio a las 18:00 horas, y se trata de un conflicto laboral que “potencialmente puede afectar nuestras operaciones y entregas”.

La minera asegurar haber seguido hasta el momento, el proceso y los procedimientos legales, además de mantener un diálogo abierto con el Sindicato, “priorizando el cumplimiento de nuestras obligaciones y de todos los derechos de los trabajadores”.

De hecho, aclara la empresa Peñasquito, el 30 de mayo se pagó en tiempo y forma la PTU correspondiente al 10 por ciento del ingreso gravable sin

tope a todos los trabajadores elegibles.

Y aquí fue donde la puerca torció el rabo, pues a los sindicalistas se les hizo poquito lo recibido y quieren una rebanada más grande del pastel, a pesar de que la repartición de la PTU tiene reglas muy precisas para su cálculo y no pueden guiarse según el humor de un líder laboral.

La cuestión es que, como hace 16 años en Sombrerete, el impacto potencial de este conflicto laboral en el semidesierto sería hoy desastroso, sobre todo si se toma en cuenta que Zacatecas, hoy, se encuentra sumido en una situación económica y laboral muy, pero muy deplorable.

La interrupción de las operaciones en Minera Peñasquito no sólo afectaría significativamente a más de cinco mil familias de los trabajadores, sino también a comunidades, contratistas y más de 28 mil trabajadores adicionales de la cadena de suministro local y nacional.

Además de que, ojo, legalmente la acción implicaría la suspensión de los salarios de todos los trabajadores sindicalizados, efectiva una vez iniciada una posible huelga.

Para Minera Peñasquito, la huelga no es el camino para abordar cualquier cuestión relativa a la determinación de la PTU, ya que la legislación mexicana establece medios legales para hacerlo.

De ahí que hoy la empresa dice estar más que dispuesta a resolver este conflicto a través de los recursos legales. El diálogo está abierto. Ojalá se privilegie la razón y Zacatecas no tenga en su territorio otro San Martín.

Pero sonría que, todo va a estar bien…

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