La Casa de los Perros: Zacatecas, otra vez, en llamas

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

La sonrisa de oreja a oreja que con orgullo mostraron ayer el líder de la fallida 4T, Andrés Manuel López Obrador, los gobernadores de Morena (los otros mandatarios una vez más fueron excluidos del Club Toby), y los delegados del Malestar, sin duda contrastaron con las escenas de autos incendiados, vías carreteras bloqueadas, enfrentamientos y terror, sí, terror en los rostros de los habitantes de los municipios de Jerez, Tepetongo, Montes Escobedo y Susticacán.

Mientras en Palacio Nacional se reunían para arreglar el mundo de fantasía y otros datos de Morena y López Obrador, los zacatecanos fueron testigos de cómo la carretera federal 23 fue bloqueada con vehículos en llamas.

Y también padecieron los rumores de enfrentamientos, de decenas de cuerpos sin vida tirados en la vía pública en Monte Escobedo, supuesta detención de un cabecilla, y detonaciones de bala por aquí y por allá.

Todo esto ante el vacío de información de la autoridá que, con escuetos comunicados, pretendió minimizar los hechos. Lo malo es que los videos de los automóviles ardiendo fueron más contundentes.

Así, a plena luz del día, y como un mensaje a quienes departían alegres en Palacio Nacional, automovilistas fueron despojados violentamente de sus vehículos, mientras otros, a unos metros de la Unirse de Malpaso, sufrían daños en sus automóviles al ser víctimas de los ponchallantas.

Para colmo de males, el incendio de un tráiler terminó por dañar cables de telecomunicaciones, por eso en Jerez y sus alrededores, en momentos cruciales, se quedaron sin Internet y sin televisión por cable.

A esto se le suma el perturbador mensaje que en la avenida Fernando Villalpando, ahí en donde tiene su sede el Congreso del Estado, dejaron los del crimen organizado e inteligente: sus cuatro siglas pintadas en la pared. ¡Ay nanita!

Pero que no cunda el pánico, en amlolandia todo marcha requetebién, aunque, como lo alertó la senadora del Partido del Trabajo, Geovanna Bañuelos de la Torre, en Zacatecas, y todo México, sigan siendo los menores de edad los que más riesgos corren al ser el blanco perfecto de los reclutadores del crimen organizado.

La petista, que ya en campaña rumbo a la reelección en el Senado, dedicó sus días a organizar los foros “Trabajemos Juntos por la Paz” y con ello aprovechó para placearse por los municipios de Pinos, Loreto y Trancoso.

En estas reuniones en las que participaron académicos, estudiantes y sociedad en general, se puso especial acento en el hecho de que más de 250 mil menores están en riesgo de ser reclutados por el crimen organizado, luego de que hoy, son unos 30 mil jóvenes los que ya forman parte de los cárteles de las drogas.

Y Geovanna Bañuelos fue puntual: “Lo más triste es que niñas y niños entre 9 y 11 años ya son reclutados por las células delincuenciales. A los 12 años comienzan a cuidar casas de seguridad y transportar droga. A los 16 años les están enseñando a utilizar y portar armas, secuestrar e incluso asesinar”.

Pero que esto no borre esa enorme sonrisa de satisfacción de los convidados a platicar, sabrá Dios y Obama de qué cosas, a Palacio Nacional, porque el hecho de que tres de cada 10 personas que están en la cárcel o centros penitenciaros sean jóvenes de entre 18 a 28 años, y que el 6 por ciento de la población penitenciaria sean mujeres cuyo hijo nació o está en prisión son, al final, peccata minuta para quien sólo está ocupado en afinar su estrategia electorera.

Lo importante es ganar elecciones. La seguridad, la economía, la estabilidad eso, eso vendrá después cuando la cuarta transformación sea una realidad. Y no se ría, que es en serio.

La felicidad de los amiguis de López Obrador, inmortalizada en fotografías ampliamente difundidas, se tiene que contrastar con el hecho de que, en los últimos 10 años, según lo relató Geovanna Bañuelos, 10 mil niñas y niños, nacieron en las cárceles, y de que, en Zacatecas, el 80 por ciento de los detenidos por homicidio doloso son jóvenes y adolescentes.

Entonces, nos preguntamos todos… ¿de qué se ríe Señor Presidente?

Pero no se preocupe, usted sonría porque… ¡ya ganamos!

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