Damián y Yola lucha por la dignidad

SOLEDAD JARQUÍN EDGAR

Imagínese despertar en medio de la madrugada entre gritos de policías federales, vestidos de negro, encapuchados, con armas largas, emitiendo gritos y amenazas.

Así despertó Damián Gallardo Martínez, su compañera Yolanda Barranco y la pequeña Mariana un 18 de mayo de 2013. Ese día se rompió la tranquilidad, la felicidad y como un cáncer extendió el dolor a toda su familia.

Damián Gallardo fue acusado de delitos que no cometió. Fue torturado, no una vez sino muchas veces, para que se inculpara y señalara a la directiva magisterial de la Sección 22, que paralelamente estaba enfrentando persecución y criminalización por su oposición a la reforma educativa impulsada por Enrique Peña Nieto.

De manera paralela, Yolanda Barranco tuvo que dejar su casa varias veces, fue hostigada y amenazada por las oscuras fuerzas del Estado mexicano. El daño impactó y desquebrajó la estabilidad de toda la familia ampliada.

Damián Gallardo Martínez vivió además de las vejaciones y torturas psicológicas y físicas, enfrentó la estigmatización, el desprestigio que provocó la difusión de un señalamiento falso y una sociedad que consumió las mentiras y “la basura de los medios masivos de comunicación difundieron”, una vejación de sus vidas que se extendió de las mazmorras a la vejación pública mediática.

La entonces Procuraduría General de la República se desistió de las acusaciones hasta 2018, cinco años y siete meses de aquella terrorífica experiencia vivida por Damián y su familia. Sí, Damián y otros maestros y maestras fueron acusados por la entonces Procuraduría General de la República dirigida por el hoy preso Jesús Murillo Karam, solo que por sus desaseadas investigaciones en el caso de los 46 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero.

El pasado 18 de mayo, Damián, recibió una disculpa pública por parte del Estado mexicano, por las vejaciones a las que fue sometido, burlas y tortura de todo tipo, que lo privó de su libertad y la libertad a toda la familia, “porque cuando señalan a uno nos señalan a todos”, como dijo Yolanda Barranco. Una injusticia que se prolongó por cinco años y siete meses, “días de grandes batallas en la oscuridad y en silencio, fue agua y fuego que aun cargamos en nuestros corazones”, dice Damián Gallardo, con aparente serenidad, con esa misión de decirle cada día a su corazón que todo pasa y que nada es para siempre.

El caso de Damián Gallardo tocó un día las puertas de la justicia internacional ante el Comité contra la Tortura, de la Organización de las Naciones Unidas, quien el 14 de diciembre de 2021 concluyó que el Estado Mexicano violó la Convención contra la Tortura, porque es responsable de la detención arbitraria ocurrida el 18 de mayo 2013 y de la tortura en perjuicio de Damián Gallardo y su familia.

Así, en el acto público realizado en el emblemático atrio de Santo Domingo de Guzmán,  diez años después, Alan García Campos, oficial de Derechos Humanos de la oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, señaló que el Estado mexicano aceptó las violaciones perpetradas y asume su responsabilidad, por la violación a ocho artículos de la convención internacional de la ONU contra la tortura que fueron violentados en el cuerpo y el alma de Damián y su familia.

Gallardo Martínez lo dejó claro el pasado 18 de mayo, es necesario hacer justicia, exigió la libertad de Pablo López Alavés y Orlando Ávila “injustamente presos por causas sociales”, la disculpa pública es una “pequeña gota de verdad en medio de un mar de mentiras”, ciertamente -la disculpa pública- mitiga el daño moral ocasionado a mi persona al inculparme injustamente de un delito que no cometí, pero advirtió que “mientras no se castigue a los responsables de este montaje y a los perpetradores de actos de tortura en mi contra y de otros compañeros, la medida que hoy nos convoca perderá sentido y decantará en un triste acto de simulación”.

Más de mil  600 días privado de su libertad, malos tratos y abuso de poder han marcado la vida de Damián Gallardo, un defensor de los derechos humanos, un maestro ayuuk, un padre que no vio crecer a sus hijos, un compañero de Yolanda que empieza a recobrar y con mucha fuerza su dignidad.

Así que a Murillo Karam y a sus colaboradoras y colaboradores todavía hay cola que les pisen.

Este andar de Damián y de Yolanda para resarcir esa herida profunda, esos días que les fueron arrebatados, su tranquilidad que van recuperando, estuvieron diversas organizaciones, pero quien les acompañó cerca fue Consorcio Oaxaca, de ahí que tocara a Yésica Sánchez Maya agradecer todo el acompañamiento local, nacional e internacional en estos “10 años de prometer y apostar, esta no era una lucha por la libertad solamente, sino también por la dignidad”.

La defensora recordó que Oaxaca ha sido escenario de muchas luchas, pero también el laboratorio político del Estado mexicano “donde hemos enfrentado diversas maneras de represión: desaparición forzada, prisión política, ejecuciones extrajudiciales, asesinatos, operativos policiacos y militares, acompañados de una profunda impunidad”.

Yolanda Barranco, compañera de Damián, es también maestra y defensora de derechos humanos, la fuerza de sus palabras, deben hacer eco aún en las calles de Oaxaca. Lo sabe nada reparará el daño causado, pero también sabe que deben intentar empezar de nuevo.

Algo que Damián también tiene claro, por eso fue con sus ancestros y recordó que el 18 de mayo, es en el calendario del pueblo Ayuuk, el día 8 Carrizo, del año Obsidiana, es el día de hacer justicia, de decir la verdad y dirigirnos al corazón el cielo.

Así ya es.

Anunciarán una nueva estrategia

Frente a la delincuencia que gana terreno y pese al dicho oficial de que Oaxaca es una de las ocho entidades más seguras del país, hay un dicho muy bueno que dice que “mal de muchos, consuelo de tontos”.

Hoy mismo adelantaron que pronto el gobernador Salomón Jara Cruz “presentará una estrategia para reducir los cinco delitos de mayor impacto que se registran en la entidad, como son homicidios dolosos, secuestro, los diferentes tipos de robo, feminicidios y violencia familiar”.

No es para menos, Oaxaca está en el lugar 13 de homicidios dolosos, secuestro en el 11, feminicidio en el lugar nueve. Estos tres delitos graves ponen a Oaxaca entre la mitad de los estados con problemas serios de inseguridad ¿o usted qué opina?

Y si la estrategia es preventiva, muy bien, que sea efectiva y no esfuerzo tirado a la basura como pasó en la reciente campaña anunciada en marzo pasado que se volvió papel mojado, pero que no se les olvide que la mejor estrategia contra la violencia es cero impunidad, no hay de otra.

Ojalá que el gobierno de Oaxaca no se dilate más de la cuenta, porque en lo que se sacan el as de la manga, la violencia sigue su camino: en este sexenio de apenas casi seis meses, 58 mujeres han sido asesinadas. Grave de verdad.