La Casa de los Perros: Primero colombianos, ahora canadienses las víctimas en Zacatecas

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

Siempre ha resultado fácil, y muy cómodo, culpar a otros de los yerros propios, de ahí que esta estrategia hoy, menos que nunca, sirve ya para maldita la cosa.

La 4T, todos los mexicanos lo saben ya, para tapar sus nulos resultados, busca de cualquier manera culpar hasta de las fallas en el Sistema de Transporte Metro, a personajes como Genaro García Luna, que tiene casi cinco años sin injerencia, suponemos, en las decisiones que desde Palacio Nacional se toman.

Y si Genaro García Luna no sirve, pues para eso está el expresidente Felipe Calderón y hasta el periodista Carlos Loret de Mola. Eso sí, ni a Enrique Peña Nieto, y menos a Joaquín Guzmán Loera y sus Chapitos, que nadie los toque.

En Zacatecas, con eso de que también hay 4T, culpar a los de atrás, y hasta a los vecinos, también es fácil y sencillo.

Tras la masacre en contra de una familia de colombianos, la mejor opción para salir del paso: culpar a quienes podrían estar relacionados con el tráfico de personas.

Porque, bien simple, como ya hubo un secuestro de más de cien migrantes de diversas nacionalidades en el vecino San Luis Potosí, a cargo de bandas inteligentes y bien organizadas de polleros, la manera supuestamente más factible de atajar críticas que ahora vienen desde Colombia es una: culpar a quienes se dedican a la trata de personas.

Pero eso sí, la recomendación es hacerle al Tío Lolo sobre el hecho de que la carretera federal 54 se encuentra a la buena de Dios. Hoy, más que nunca, transitarla es como jugar a la Ruleta Rusa.

La cuestión es que nadie, absolutamente nadie, hace frente a esta problemática. Tiene que ser temporada vacacional para que, al menos en la UNIRSE de Villa de Cos, haya personal.

Pero una vez atravesando este retén, como bien dice el inquilino de La Casa de los Perros, que Dios ayude a los valientes, porque hasta esas bandas de halcones que, ha sido ampliamente denunciado, operan en las gasolineras de Concepción del Oro con impunidad total.

Y de gestionar una antena que logre haya al menos señal de celular en el tramo, para pedir auxilio, nada de nada.

Pero el problema de la inseguridad se hizo mayor cuando dos canadienses, que viajaban en lujoso automóvil, fueron las nuevas víctimas de la violencia en Zacatecas.

Ahora ya no fueron colombianos que en su intento por cruzar la frontera sin papeles tuvieron la mala suerte de toparse con un grupo de la delincuencia organizada. No. Ahora fueron dos canadienses a quienes despojaron de su auto en la salida a Río Verde, ahí en la comunidad Corralillos, en el municipio de Genaro Codina.

Eso sí, no sólo fueron los dos canadienses, hubo dos víctimas más a quienes los malos les quitaron su vehículo, lo que provocó que policías municipales del propio Genaro Codina y del vecino Ciudad Cuauhtémoc, y elementos de la Policía Estatal les hicieran frente.

El saldo: un policía muerto de Ciudad Cuauhtémoc y cuatro estatales más heridos.

Pero debemos reconocer que ya cuando se armó un operativo en forma, desarticularon una célula delincuencial que probablemente esté relacionada con la agresión.

Ya bajo el mando del secretario Arturo Medina Mayoral, las Fuerzas de Reacción Inmediata Zacatecas (FRIZ) aseguraron armamento, se desmantelaron cinco campamentos y se detuvo a Brian Ulises N, de 21 años; Miguel Ángel N, de 29 años; Esteban Alberto N, de 27 años, y un menor de edad, todos originarios de Durango.

Los duranguenses traían consigo nada menos que 11 armas de fuego largas, dos mil 614 cartuchos, 32 cargadores, equipo táctico y estrellas metálicas conocidas como ponchallantas.

Por lo pronto, los canadienses, que no obedecieron la sugerencia de su país de no viajar a Zacatecas, se llevaron el susto de su vida. Y una familia en el municipio de Ciudad Cuauhtémoc está hoy de luto con el homicidio doloso del policía municipal que se suma a los tres que ayer se cometieron en Zacatecas y que, a su vez, se agrega a los 75 que en el país acontecieron.

Prófugos

Darío Gamón Rodríguez, abogado defensor del exalcalde de Guadalupe, Julio César “N”, confirmó lo que todos en Zacatecas saben: se encuentra “sustraído de la acción de justicia”, como quien dice, es prófugo de la ley.

En entrevista con La Jornada Zacatecas, el representante legal de quien es señalado por la Fiscalía General de Justicia del Estado, como presunto coautor del homicidio de Raúl Calderón Sarmiento, confirmó además que María de Jesús “N”, esposa de quien fuera presidente municipal de Morena, anda en las mismas.

Según Gamón Rodríguez, Julio César “N” está en Zacatecas, ¿en dónde?, eso sólo Obama lo sabe.

Y todo porque, si bien ambos personajes lograron un amparo para solicitar la suspensión provisional, al tratarse de un delito grave por el cual son señalados, la orden de aprehensión sí se puede cumplimentar.

Por eso, lo más fácil es: aquí corrió…

Pero, reconoció el abogado, no podrán tener acceso a la carpeta de investigación completa, esa que querían leer de pe a pa los diputados de Morena, en tanto se encuentren como los pollitos: en fuga.

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