Ana Vásquez: ¡No te creemos!

SOLEDAD JARQUÍN EDGAR

La gestión de Ana Isabel Vásquez Colmenares al frente de la Secretaría de las Mujeres de Oaxaca en el sexenio de Alejandro Murat, fue desde el primer momento un verdadero desastre como resultado de la ignorancia que tiene sobre la problemática de la condición social de las mujeres, su reiterada actitud clasista y racista, además de su componente de soberbia que mostró de forma reiterada.

El costo de su gestión, que inició el 15 de enero de 2018 y concluyó el 31 de noviembre de 2022, fue muy alto para las oaxaqueñas que pagaron con dolor y sangre, en algunos casos, y en otros, con sus vidas, las omisiones, la simulación y la falta de conocimiento para hacer frente a las tareas responsabilidad del aparato de gobierno, en prevención y atención de la violencia contra las mujeres y, en su caso, a la aplicación de las sanciones y la erradicación de ese fenómeno social que terminó por costar más de 700 vidas de mujeres de todas las edades en el sexenio de Murat caracterizado por complicidades e impunidad.

No era para menos. Ana Vásquez Colmenares quien en aquellos primeros días al frente de la Secretaría reconoció no saber nada, mucho menos ser feminista, se atrevió, en solo unos meses a “impartir conferencias magistrales”, como sucedió en Quintana Roo en el marco del 65 aniversario del sufragio universal, es decir, en octubre del 2018, donde, por cierto, habló de la sororidad, una palabra que en ella suena hueca de manera sistemática.

Y no es que no fuera capaz de aprender, porque nunca la hemos acusado de incapaz sino de oportunista, por colgarse de una problemática al que le encuentra el “filón de oro” y favorecerse de manera personal, como buena ególatra. Ana Vásquez, como lo hacen otras funcionarias, utilizó la institución para todo menos para cumplir con la tarea encomendada, no por el gobernador quien la nombró al frente de una institución que demandaba el compromiso de una mujer al menos con algo de conocimiento, porque como ya mencioné la curva de aprendizaje tuvo costos altísimos para las mujeres; una funcionaria menos egoísta y más capacitada, porque de ocurrencias está llena la administración pública y los resultados, insisto, están a la vista.

La secretaría de las mujeres en tiempos de Vásquez Colmenares y de Murat se convirtió en algo así como en una academia de capacitación vía redes sociales en tiempos de la pandemia y más tarde en la consecutiva realización de pequeños actos sin consecuencia. Una experta en el engaño. Ni duda.

La exfuncionaria anunció la semana pasada “el nacimiento” de su libro titulado ¿Feminista, yo? Guía básica para entender los feminismos y sus debates hoy, y envió toda clase de solicitudes para que le ayuden a organizar presentaciones del mismo. Sin duda un enorme atrevimiento, insisto, no por incapaz, sino por oportunista.

Las reacciones no se han hecho esperar, y una de las más claras es la expuesta por las Mujeres Autónomas organizadas Oaxaca, quienes a través de sus redes sociales, ponen “pinta y pareja” a Ana Vásquez Colmenares, la reina del webinar, quien ya se queja amargamente.

Reproduzco aquí el texto, que no tiene desperdicio alguno:

¿Ana Vásquez Colmenares Feminista?

Al igual que Ivette Moran, quien hizo y sigue haciendo extractivismo de los textiles en Oaxaca aprovechándose de su posición de poder y privilegio de clase, Ana Vásquez Colmenares hace uso también de su condición privilegiada como hija de un exgobernador de Oaxaca, no solo para ocupar un puesto de poder con el que no pudo y nunca entendió cuál era su trabajo, ahora también utiliza discursos que le son ajenos, porque en Oaxaca nunca tuvo ninguna autoridad moral ni intelectual ni mucho menos como funcionaria o política para poder ahora decirle a las mujeres qué es el feminismo y cuáles son sus debates.

¿Ana Vásquez Colmenares, una mujer blanca, burguesa, de derecha quiere enseñar qué es la desigualdad?

¿Ana Vásquez Colmenares, que jamás ha tenido que padecer hambre, desempleo, violencia en el transporte público ni injusticias por su condición privilegiada, quiere decirnos qué es sufrir opresiones?

Ana Vásquez Colmenares, hija de un exgobernador poderosos de Oaxaca, muestra una vez más su oportunismo para lucrar con mujeres, cuando como secretaria de las mujeres fue cómplice de un gobierno feminicida y jamás realizó actividades sustanciales para prevenir la violencia contra las mujeres, no tuvo gestiones significativas que impactaran en la alerta de género.

Ana Vásquez Colmenares es una mujer a la que solo le importaban las fotos para seguir perpetuándose, a pesar de todas las críticas y señalamientos de madres y familiares victimas de feminicidios, a pesar de los señalamientos de colectivas, organizaciones y mujeres de la sociedad civil, ella siempre siguió en un puesto en el que nunca operó con responsabilidad, pero sí con mucho dinero.

A Ana Vásquez Colmenares le gustaba que le cargaran la bolsa, su termo, que las mujeres siempre se sintieran subordinadas, señaló de revoltosas a las activistas, fue racista y clasista en sus comentarios con las mujeres que seguían casos de violencia, porque para ella el feminismo solo es un accesorio con el que puede verse bien para seguir su “carrera” política. ¿Y qué decir del presupuesto que no fue ejercido como debía en la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM), de su insensibilidad, de su maltrato con profesionistas que laboraban con ella?

No Ana Vásquez, tú confundes la sororidad y crees que las mujeres te tienen envidia, porque eso decías, pero nosotras ya no podemos estar cegadas, sabemos quién eres, sabemos que sororidad no es apoyar a gente que solo utiliza a conveniencia individual el feminismo, tú jamás has hecho colectividad, siempre te has erigido como una persona supremacista. ¡NOSOTRAS NO TE CREEMOS!”

Hasta aquí el texto.

Sin duda todavía existen colonizadores que buscan cambiar espejitos por oro y eso fue lo que le pasó a la editorial que publicó “la obra” de la exfuncionaria que no hizo nada para evitar la violencia contra las mujeres, tarea que está mandatada claramente en la Ley Estatal para una vida libre de Violencia contra las mujeres.

Lo cierto es que no se puede tapar el sol con un dedo. Los resultados están a la vista. Más de 700 mujeres fueron asesinadas en Oaxaca durante el gobierno para el que sirvió. Y a ella le tocó asumir, sin resultado alguno, la famosa Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres. Lo que vivimos hoy es consecuencia de sus actos. Nunca hizo nada para prevenir la violencia ni para evitar la impunidad.

Una exfuncionaria que se equivocó muchas veces en la respuesta que dio a la prensa y luego argumentó que le habían sacado sus declaraciones de contexto.

Una exfuncionaria que protegió y encubrió a un presunto violador sexual a quien largo rato y a pesar de las denuncias mantuvo como jefe del Departamento de Fortalecimiento a los Procesos Educativos, M.A.L.M.

Una exfuncionaria que vituperó a las feministas, a quienes despreció por “feas” y por “lesbianas” que solo tenían envidia en contra de ella, “bonita y rica”, como comentó a sus cercanas colaboradoras, mismas que se encargaron de hablar sobre la reacción de su jefa después de una reunión.

La historia del libro que busca presentar Ana Vásquez en Oaxaca y otros lugares del país todavía no termina, dicen que hay mar de fondo y que ninguna mentira permanece oculta para siempre.