Alejandra vs Delfina, primer round

RAÚL MANDUJANO SERRANO

Delfina, esquina guinda

Delfina nunca se casó. Ni quería –dice-. No tiene hijos; de hecho, ella ha platicado que su objetivo de vida era jubilarse como profesora de primaria y realizar activismo social, incluido un refugio para mascotas (perros y gatos) en el municipio de Texcoco –refiere el periodista mientras sorbe su café americano-.

“La maestra” se involucró en la política a invitación del PT y Movimiento Ciudadano, quienes la postularon como candidata a la presidencia municipal de Texcoco (2012-2015). No era militante de ninguno, pero “¡¿y qué tiene?!” … Lo curioso es que ganó. Y desde ahí se involucró en la pepena de militantes del Movimiento de Regeneración Social. Algo que la manchó es que, en ese proceso edilicio, desvió recursos de la nómina municipal para financiar de manera ilegal a Morena. Descontó el 10 por ciento de su sueldo a 472 trabajadores del ayuntamiento. El diezmo fue comprobado con denuncias, por lo que autoridades electorales sancionaron a Morena con 4.5 millones de pesos.

Delfina inició campaña (bueno, precampaña pues) ante unos 5 mil “acarreados” que llegaron a Toluca a bordo de un “chorro” de camiones. Venían, sobre todo, de la zona oriente, en la que tiene Morena –gracias al despreciado Higinio Martínez- una de sus principales trincheras de voto duro, y quien además era el más serio aspirante a la gubernatura.

Alejandra, esquina roja 

Alejandra es madre de unos gemelitos nacidos en marzo del 2022. Traían torta bajo el brazo. Paulina Alejandra del Moral Vela está casada doblemente. “No me mire así” –me dice-. Es que, desde muy joven, se ha involucrado en la política. A los 19 años se involucró en actividades políticas. A los 21 fue candidata a diputada local, si, perdió, pero en 2009 se convertiría en la alcaldesa más joven de todo el país luego de ganar las elecciones municipales en Cuautitlán Izcalli.

Algo que se le debe reconocer es que nunca, ni por casualidad, se le ha visto coquetear con otro partido. La lealtad política la ha perseguido como miembro del Consejo Político en Cuautitlán Izcalli, dirigente estatal de Mujeres Jóvenes, consejera política nacional, presidenta del PRI Edomex, secretaria de Educación mexiquense, diputada local y federal, secretaria de desarrollo social. Una trayectoria limpia y cuidada que le permitió superar a Ana Lilia Herrera, Ricardo Aguilar Castillo, Ernesto Nemer o Martha Hilda González Calderón.

Parece que quienes llevarían a Del Moral a registrarse como precandidata única a la gubernatura no llegaron. Tuvo que pedir un Uber moto y así al fin llegó (oh, cotorrié).

Por cierto, tan pronto como lueguito, arrancaron los ataques contra la que será candidata de la Alianza Mexiquense, acusándola de realizar con pintas de bardas y espectaculares, actos anticipados de campaña. Los mismos que ya tenía Delfina o Claudia. ¡Tranquilos, aguanten vara!

El primer round es un empate.

Elecciones apocalípticas 

“El pueblo sólo es soberano el día de las elecciones”, decía Alfonso R. Castelao, escritor y político español. Y siempre ha ocurrido así. Este año, las elecciones serán apocalípticas. Si el PRI perdiera, estaría firmando su sentencia agónica. Así de catastrófico se ve el panorama.

Morena, de ganar, pintará al país de guinda, le arrebatará al PRI su fortificación, acabará con la leyenda del Grupo Atlacomulco y verá como sonríe pedante “ya sabes quién”, dicen ellos.

Si pierden, lo pelearán con todas las argucias y desde la Mañanera, acusarán de la derrota al INE y al IEEM, a los tribunales del planeta, a los del Metro y hasta solicitarán a la Guardia Nacional.

Comienzan los juegos del hambre… Hasta otro Sótano.

Twitter: @raulmanduj