Breves Recetas de Economía. Las intenciones reales del presupuesto

JAVIER LARA CABALLERO

No hay manera más sencilla de darnos cuenta de las verdaderas prioridades de alguien, que con la distribución presupuestal que promueven. Realizando un análisis de las cifras, nos daremos perfectamente cuenta de lo que se quiere promover y de lo que se pretende limitar. Ello aplica no sólo hablando de la esfera pública.

Si cada uno de nosotros hiciera el mismo ejercicio a conciencia, nos daremos perfectamente cuenta de cuáles son nuestras prioridades. Es como si quisiéramos ir al cine, pero resulta que nos gastamos el dinero en otra cosa y entonces no nos queda ni para el boleto de entrada, ni que decir de los dulces y palomitas.

Al contrario, si desde que cobramos nuestras quincenas, apartamos cierta cantidad para ello, pues entonces contaremos con las condiciones para hacerlo. En materia del presupuesto del país, sucede exactamente lo mismo. Si yo declaro públicamente que mi prioridad será tener un sistema de salud que preste cobertura de calidad a cada uno de los mexicanos, entonces deberé vigilar que se destinen los recursos suficientes para ello, porque de lo contrario, todo se quedará en una buena intención, en palabras y no en hechos, y en materia de presupuesto, hechos son amores.

Estamos justo en esa época del año en donde nuestros Diputados se enfrascan en acaloradas discusiones de cómo se destinarán los recursos públicos de los que dispondrá nuestro país para el próximo año. En esta ocasión, la discusión en el pleno duró cuatro días y la mayoría del partido en el poder y sus aliados, se impuso a razón de 270 a 219 votos sobre la oposición, por lo que está claro que la visión gubernamental será la que prevalezca, Veamos algunos datos.

En términos globales, el Presupuesto contempla un gasto de ocho billones 299 mil 647.8 millones de pesos, que es un billón 211 mil 397.5 millones de pesos más que lo etiquetado para 2022, un incremento en términos reales de 11.6%, respecto a lo aprobado para 2022; y contempla un déficit presupuestario, con una deuda pública, de un billón 134 mil 140.7 millones de pesos.

Como es de dominio público, desde siempre ha existido un desdén del equipo gobernante hacia los órganos autónomos, por lo que no es de sorprender que dichos entes públicos hayan sufrido un recorte de seis mil 437.5 millones de pesos. Entre los organismos que tendrán menos recursos, en comparación con el que el gobierno federal propuso entregar, el más afectado es el INE con cuatro mil 475.5 millones de pesos menos, y como siempre hemos repetido en esta columna, en materia económica, en donde alguien pierde, alguien gana, y en esta ocasión, la gran ganadora ha sido la Secretaría del Bienestar, quien contará con un total de seis mil 342 millones adicionales, mismos que serán destinados para reforzar la estretegia de entrega de programas de apoyo directo a la población.

Dentro de los perdedores también debemos anotar al Consejo de la Judicatura Federal que perderá mil 286 millones de pesos respecto a 2022, y tal y como venimos comentándolo, el presupuesto contempla un aumento de alrededor de 21% en obras físicas, considerando que el gobierno federal tiene como meta concluir en 2023 el Tren Maya, la Refinería de dos Bocas y el Tren Interoceánico. ¿Así o más claro?