Políticos e instituciones de México en tiempos de Morena

JACOBO CRUZ  

Están de moda las evidencias que Layda Sansores, Gobernadora de Campeche ha hecho públicas en contra de Alejandro Moreno Cárdenas “Alito”, presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), exponiendo audios, videos y fotografías para evidenciarlo como ser despreciable que no tiene derecho a representar a la dirigencia del tricolor.

La conducta del político no está en discusión, toda persona que se desempeña en un cargo público dependiente de los recursos del erario debe ser de conducta intachable además de estar en la vigilancia de los organismos de fiscalización para evitar la corrupción o prevenirla, por otra parte las instituciones correspondientes deben cumplir con el papel que la sociedad les ha dado, pero a pesar de que estamos en el cuarto año del morenismo siguen sirviendo para el beneficio de unos políticos y en contra de otros.

Es lamentable que el dirigente priista esté envuelto en escándalos de este tipo al ser representante de un ente público y estar en la coyuntura política por la pelea del poder federal, cuando su desempeño debería ser intachable para tener de forma natural el apoyo no solo de sus compañeros, sino de la mayoría de los mexicanos que se encuentran siempre extraviados por ofertas políticas que han resultado en contra de sus intereses y necesidades.

Por otra parte, debo insistir que lo que pase con los partidos políticos es de interés público y debemos preocuparnos por su desempeño pues forman parte de la vida democrática de México, que contribuyen con la vía pacífica que los ciudadanos hemos elegido para que nuestros hijos crezcan en una tierra de oportunidades y prosperidad.

Seguimos teniendo una oferta de partidos como el PRI, PAN, PRD y ahora Morena para votar por sus candidatos para que luego del proceso electoral correspondiente asuman el poder y desde allí apliquen las acciones que redunden en el bienestar de todos. Sin embargo, en los hechos las cosas son muy distintas, ahora seguimos viendo como Morena echa mano de todas las instituciones para someterlas y respondan a los intereses de la clase gobernante actual que exigía la salida de los corruptos del pasado para poner en su lugar a una nueva especie de humanos alejados de la maldad y las manchas de la sociedad humana.

Empero, estamos viendo como Morena no hace la diferencia pues aplica todos los vicios de los partidos y personajes políticos del pasado que pretenden ser ejemplos de honestidad de la vida pública y privada; pero si repasamos la historia de algunos descubriremos que no se pueden imitar. Con un ejemplo basta: Layda Sansores militó en el PRI en el periodo 1966 a 1996; pasó al PRD de 1996 al 2000, después se va a Convergencia del 2001 al 2011, luego brinca a Movimiento Ciudadano (2011-2014).

Esta morenista ya se vistió de todos los colores, tira un ropaje sucio para ponerse uno nuevo con el fin de seguir colgada del erario, pero los políticos no cambian de principios ni de mañas de la noche a la mañana y es increíble que la gente los acepte con su pasado marcado por visos de corrupción solo purificados por la mano del presidente y es quien acusa al líder nacional priista con la complacencia del poder federal tomando el papel de fiscal y usando los recursos del estado en actividades que no le corresponden. ¿Acaso pasar por todos los partidos y gastar el erario es moralmente aceptable?

Pero recordemos también cómo se aplican “consultas” para que la gente opine sobre si debe investigarse y castigarse a los presuntos delincuentes cuando la postura es obvia: si alguien es culpable se le debe aplicar castigo ejemplar de acuerdo a la ley, pero este es un distractor de los problemas sociales como la inseguridad, el desempleo, el alza del precio de los productos básicos, en fin, se busca que olvidemos la incapacidad de Morena por lograr un  país que nos lleve a las sendas de riqueza, progreso y bienestar.

En México hubo un simple cambio de partidos y nada más, fue la transmigración de los priistas a un nuevo cascarón llamado Morena con verdaderos trapecistas busca huesos, son chapulines traicioneros sin decoro y sin vergüenza. ¿Qué podía esperarse de esta mezcolanza alquimista hecha por López Obrador?

Por eso la persecución actual demuestra que  es solo escándalo mediático para acalambrar a los enemigos y posibles rebeldes de la oposición toda vez que Morena ha tenido siempre la intención de ajustar cuentas con el pasado, tiene mucha vocación para confundir, pero también revela que los recursos del estado no se usan para detener a la delincuencia que se pasea con toda impunidad; en tanto, la tarea de hoy sigue siendo educar y politizar al pueblo de México para que descubra dónde está el engaño, debemos saber que la política no es solo ir a votar, sino participar de forma activa y permanente en las decisiones trascendentales de la patria para no seguir siendo víctimas del mismo sistema político.

A los mexicanos nos debe quedar ya muy claro  que a cuatro años de la 4t las instituciones se han prostituido para perseguir a quienes no piensan igual y que todo es como en el régimen autoritario de  antes, porque los “ajustes de cuentas”, las cacerías de antiguos enemigos aunque se disfrace de elemental justicia, lejos de empujarnos en el sentido propuesto nos llevan  en el sentido contrario; es decir, siembran y ahondan la división entre nosotros mientras los problemas se hacen más graves y no se propone una opción medianamente aceptable para lograr la prosperidad y pacificación de México.