La Casa de los Perros: Llegan las vacas gordas y enfiestadas de la Fenaza

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

Desde finales del siglo XVI, en Zacatecas se llevan a cabo, durante septiembre, las fiestas para celebrar el aniversario de la fundación de la ciudad (1546) y las fiestas de Nuestra Señora del Patrocinio.

Cuando se acerca el momento de que la Feria Nacional de Zacatecas todos se vuelven locos, pero más en la administración gubernamental del momento. El tiempo de las vacas gordas, como por arte de magia, llega.

Y es el gobierno del estado, con los impuestos, el que se da su tiempo para organizar desde las corridas de toros y las peleas de gallos –hoy consideradas actividades en donde más que alegría hay maltrato animal–, hasta armar los carteles de artistas para el Teatro del Pueblo y el Palenque.

¡Claro!, una parte más que importante es vender los espacios comerciales, en especial todos los que tienen que ver con antros y restaurantes. Los amigos, compadres y socios alistan portafolios con dinero para obtener el espacio ideal. ¿Conflictos de interés? Para nada. Todo con un leal prestanombres se arregla.

Al final, cuando la resaca de la Feria se acaba, los desfalcos salen a la luz mientras los organizadores se esconden para no rendir cuentas. Y eso ha sucedido año, tras año, tras año. Porque, hasta hoy, las cuentas de la Fenaza nomás nunca han cuadrado.

En la organización de la máxima fiesta de los zacatecanos normalmente meten mano los familiares del gobernante en turno. Y son ellos los que parten plaza no sólo regalando boletos a sus cuates para ocupar siempre las primeras filas en los espectáculos (ya será testigo de eso), sino agandallando los mejores espacios para antros y restaurantes. El pueblo bueno y sabio, ese que se aguante, total, lleva años haciéndolo, qué tanto es tantito más.

Este año, cuando los indicadores demuestran que la nueva gobernanza no ha cumplido con sus obligaciones, y que el rezago ya no es todo por culpa de la herencia maldita, resulta que serán ellos, los integrantes del gabinete, los que organizarán la Feria Nacional de Zacatecas.

Hoy se les ocurrió la brillante idea de que los funcionarios de primer nivel se den su tiempo para que armar la Feria que, ya lo prometieron, será “la más digna, con honestidad y transparencia, que dé felicidad y bienestar al pueblo de Zacatecas”. ¡Ámonos!

Esta vez, será un Comité Organizador el que demostrará, “con hechos, que sí es posible realizar una Feria de calidad”.

Todos, supuestamente, estarían coordinados por Yaseth Hernández Huerta, cercanísima al secretario de Turismo, Le Roy Barragán, que también, de paso, tendrá vela en el entierro.

Pero, además de coordinar el nuevo Crédito Ganadero, versión nueva gobernanza, Jesús Padilla Estrada, actual secretario del Campo, tendrá que organizar las Exposiciones Agrícolas. Rodrigo Castañeda Miranda, que dice ser el secretario de Economía, establecerá las Exposiciones Industriales. A Francisco Javier Flores López, presidente de la Cámara Nacional de Comercio de Zacatecas (Canacozac) le tocarán las Exposiciones Comerciales, y a Ximena Reyes, subsecretaria de Desarrollo Artesanal, obvio, las Exposiciones Artesanales.

Los “Actos Culturales” estarán a cargo de María de Jesús Muñoz Reyes, directora del Instituto Zacatecano de Cultura (IZC); mientras que los “Actos Deportivos”, estarán a cargo de Javier Núñez Orozco, director del Instituto de Cultura Física y Deporte de Zacatecas (Incufidez).

Los “Actos Artísticos y Cívicos”, su mero mole, le corresponderán a Le Roy Barragán, y Gustavo Zamora de la Torre encabezará el Comité de Reinas. Como quien dice, ¡pura feria!

Así, a dos meses de que se corte el listón inaugural, arrancan los preparativos de la Feria Nacional de Zacatecas que, supuestamente, será la del menor costo posible, pero eso sí, con “un variado programa de actividades de calidad nacional, que permitan detonar la actividad y la reactivación económica del estado”, cuando todos en la entidad saben que los menos favorecidos con esta enorme parranda son, justamente, los comerciantes locales.

Pero, la verdad, para evitar que este festejo, que siempre ha sido “negocio de unos cuantos”, reditúe verdaderamente en la economía, sería necesario que los empresarios agarrarán al toro por los cuernos y fueran ellos los que organizaran de pe a pa la Fenaza. Le quitarían al gobierno la responsabilidad financiera de realizarla con recursos públicos y, sobre todo el tiempo, permitirían a los integrantes de la nueva gobernanza estar en lo que deben estar, y no enfiestados o entregando cheques electoreros que el Gobierno Federal envía al pueblo bueno y sabio.

Ideal sería que los miembros de la Iniciativa Privada le entrarán a la celebración y le ahorraran unos cuantos millones de pesos al gobierno en el mantenimiento de las instalaciones y en el altísimo costo administrativo.

Maravilloso sería que la Fenaza no se siguiera pagando los nuestros impuestos y que fueran los empresarios los que arriesgaran su dinero y la organizarán. Pero como ya dijimos, la Feria los vuelve locos y difícilmente dejarán pasar este tiempo de las vacas gordas y fiestadas.

A hurtadillas

El pésimo manejo que la nueva gobernanza, y su secretario de Salud, Uswaldo Pinedo Barrios –sí, el mismo que un rato es funcionario de gobierno, otro dirigente sindical en el IMSS, y otro médico familiar–, ha impedido que la transparencia acompañe la apertura del Hospital de la Mujer en Fresnillo.

El inquilino de La Casa de los Perros prometió que, para beneficiar a miles y miles de mujeres y sus recién nacidos, dicho nosocomio pasaría a formar parte de la nueva ocurrencia del presidente de la 4T, Andrés Manuel López Obrador –luego de su fracaso con el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi)–: un monstruo llamado IMSS-Bienestar.

Pero, desde un inicio, los trámites legales con el terreno, así como la contratación del personal se han visto envueltos en la opacidad, la corrupción, la falta de diálogo y, sobre todo, el incumplimiento de los compromisos. Una vez más, como sello característico de la nueva gobernanza, la palabra no se honra.

Trabajadores del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud (SNTSA) Sección 39, que lidera Norma Castorena Berrelleza, se mantuvieron un mes en plantón a las afueras del citado hospital, en espera de diálogo. Obtuvieron, al final, la promesa de que las 450 plazas se entregarían de acuerdo con la antigüedad. Ilusos.

Las cosas supuestamente caminaban por el camino adecuado al grado que en la entrega de dos mil 153 becas de aprovechamiento para los hijos de los trabajadores del SNTSA, felices como hermanos estuvieron Norma Castorena y el mismísimo Uswaldo Pinedo (sí, ese del que la líder sindical pidió su renuncia). La camaradería entre los dos deslumbró a propios y extraños. ¿Renuncia? Eso, ¿con qué se come?

Al final, todo cae por su propio peso. Ayer, un grupo de trabajadores del área de enfermería, adscrito a la Secretaría de Salud de Zacatecas (SSZ), denunció que las plazas, esas prometidas por la nueva gobernanza a los de mayor antigüedad, no se estarían entregando como juraron por el Santo Niño de Atocha se haría.

Resulta que, a 50 trabajadores, a escondidas, los citaron en el Centro Platero. Y sí, todo fue a hurtadillas porque, según los denunciantes, los 50 suertudos que ya habrían ganado una plaza en el Hospital de la Mujer de Fresnillo, no cumplen con ese pequeño requisito. Lo peor, se presume, serían familiares de trabajadores que laboran en el Comité de la Sección 39 del SNTSA.

Si esto resulta ser verdad, muy mal parada quedará Norma Castorena, porque Uswaldo Pinedo y la nueva gobernanza ya no tienen remedio.

Lo que procede es que salga a la luz la lista de los 50, y después de los 450, y se demuestre que se actuó con honorabilidad, sin vicios ocultos, sin trampas. Sin mentir, sin robar ni traicionar, faltaba más.

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