Un fantasma se apodera de América: el fantasma de la izquierda

FILOMENO PINEDO ROJAS

Con el triunfo del candidato de izquierda a la presidencia de Colombia, Gustavo Petro, en los comicios de este domingo, ya son 10 países que tendrán gobiernos progresistas en América Latina, estando aún en puerta la elección presidencial de Brasil, donde se avizora el regreso del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, quien se muestra como favorito en todas las encuestas hasta hoy.

El resultado de esta elección tiene especial importancia para el continente, ya que Colombia es, hasta hoy, el principal socio del gobierno norteamericano en América del Sur y lugar estratégico desde donde se acosa al gobierno de Venezuela, con el cual ambos tienen una política de agresión constante tanto en lo económico, político y de amenaza militar.

Es de recordar que en Colombia existen ocho bases militares de Estados Unidos y hasta hoy, siempre ha sido gobernado por una oligarquía criolla conservadora que mantuvo el poder durante más de 210 años, con una guerrilla aún viva que ya cumple cincuenta años, y que es el país desde donde se producen y envían los mayores cargamentos de cocaína que consumen los adictos de la potencia del Norte, generando en toda la región un clima de violencia provocada por el narcotráfico, donde se incluye México.

El país, estratégicamente ubicado con costa hacia el Mar Caribe y el Océano Pacífico, mantiene fronteras con Venezuela, Brasil, Ecuador y Perú y, con 50 millones de habitantes, es el tercero en población en Latinoamérica después de Brasil y México, políticamente caracterizado por su autoritarismo en contra de todo movimiento popular, generando, por décadas, una situación de rechazo que este domingo se manifestó votando mayoritariamente por Gustavo Petro quien, como López Obrador, llegó a la presidencia al tercer intento, llevando como vicepresidenta a Francia Márquez, afrodescendiente, la primera mujer en ese cargo en la historia colombiana.

En una gran concentración el mandatario electo por el 50.5 por ciento de los votos, manifestó que su gobierno “del cambio” dejará atrás la venganza, el odio y el sectarismo, que será una “política del amor y la esperanza”, con diálogo y comprensión con todos, para lograr la unidad de toda Colombia, construir una “economía de la vida” y una nueva relación con Estados Unidos

Cabe destacar que, en América Latina, la izquierda, de distintos matices, gobierna en Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Venezuela, Honduras, Nicaragua, Cuba y México, todos ellos con una política económica que incluye reivindicaciones de los grandes sectores de la población, antes excluidos, y poniendo énfasis en su independencia respecto de la política de Estados Unidos a los que se sumará ahora Colombia.

El presidente Andrés Manuel López Obrados al felicitar al nuevo mandatario señaló en un mensaje que “el triunfo de Gustavo Petro es histórico. Los conservadores de Colombia siempre han sido tenaces y duros. El escritor José María Vargas Vila relataba que los dictadores de su país “mojaban en agua bendita su puñal antes de matar”.