¿Qué hacer ante la ausencia de solución a las demandas populares?

OSVALDO ÁVILA TIZCAREÑO

A lo largo de 48 años el Movimiento Antorchista ha encabezado a la gente de la ciudad y el campo con el propósito de educar y organizar a los sectores más vulnerables en la búsqueda de construir una sociedad más justa. La tarea no ha sido sencilla, desde el primer día auguraban que pronto abandonaríamos nuestros planes, y ante el fracaso de los pronósticos se emplearon todos los recursos al alcance de los grupos caciquiles a efecto de frenar nuestro avance entre las masas populares.

A la par de lo anterior los gobiernos también promovieron campañas de desprestigio y cerraron en rotundo la atención de modestas solicitudes en pro de pueblos y colonias, ante tal circunstancia la respuesta fue la exigencia, la denuncia pública y la manifestación pacífica. En consecuencia, arreciaron los actos represivos y se negó en rotundo la solución a las demandas, ejemplo de la cerrazón oficial fueron las administraciones estatales de Manuel Bartlett y Mario Marín en Puebla, de Cuauhtémoc Cárdenas y Rosario Robles en el Distrito Federal; no se quedaron atrás las de Lázaro Cárdenas Batel en Michoacán y de Francisco Garrido Patrón en Querétaro.

Caso especial fue lo que sucedió con el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), negó en absoluto dar respuesta a las peticiones y en contraparte desplegó acciones represivas y calumniosas, nada nuevo.

Claro que como titular del ejecutivo federal, López Obrador arreció la persecución y no sólo declaró que no se atendería a organizaciones sociales, sino que además desplegó una calumniosa campaña acusándonos de enriquecimiento ilícito sin aportar absolutamente ninguna prueba de su dicho y no dudando en congelar cuentas personales de distinguidos antorchistas; ahora a su antojo repite cifras estratosféricas que supuestamente entregaban a los líderes, mientras que persiste cerrazón absoluta ante la gestión de nuestro movimiento.

En concordancia hay réplicas de la política asumida a nivel federal (y si bien es cierto que las circunstancias han variado por el carácter excesivamente centralista del Gobierno de México), la autoridad que tenga la voluntad de atender las peticiones de los antorchistas puede hacerlo con facilidad, pues se trata de servicios básicos como agua entubada, energía eléctrica, pavimentación de calles así como la inclusión en programas sociales para dotar de despensas, o apoyar con boiler solares, tinacos o paquetes de materiales para mejoramiento de vivienda, y en algunos casos el anhelado deseo de lograr la regularización de la vivienda mediante la escrituración por la vía de los programas institucionales.

Y las acciones que demandamos corresponden a derechos contemplados en nuestra Carta Magna como el de atención a la salud o a tener una vivienda digna que están contenidos en el artículo 4. Además, con nuestra labor refrendamos la existencia del artículo 8 de la Constitución que a la letra dice: “Los funcionarios y empleados públicos respetarán el ejercicio del derecho de petición, siempre que ésta se formule por escrito de manera pacífica y respetuosa”; pero también nos respaldamos en el artículo 9 donde expresamente se garantiza el derecho de asociación: “No se podrá coartar el derecho de asociarse o reunirse pacíficamente con cualquier objeto licito”

Como puede verse, el marco legal ampara el derecho de organización y las peticiones deben ser atendidas por obligación constitucional. Con estas facultades, desde el inicio de las administraciones municipales presentamos por escrito modestos pliegos petitorios que contenían demandas básicas, en la gran mayoría de los casos encontramos una actitud comedida e incluso la dirigencia antorchista estableció diálogo directo con los Alcaldes de Fresnillo, Loreto, Zacatecas, Vetagrande, Villanueva, Pánuco o Tepetongo, por mencionar algunos, se nos expuso que existían serias dificultades financieras producto de las administraciones anteriores, pero se estableció el compromiso de que en este 2022 se definiría con puntualidad que sería posible atender.

No es mi interés realizar una denuncia en específico, quiero llamar la atención de mis compañeros de distintas latitudes a efecto de que tengamos claro que estamos ante un problema común que ha adquirido carta de naturalización acorde con el actuar de AMLO.  ¿Qué hacer ante tal situación?, ¿acaso debemos disolvernos ante la declaratoria de guerra sostenida en nuestra contra desde el inicio del sexenio morenista?, ¿será casualidad la tónica asumida por los ediles?

Como ha quedado demostrado en las primeras líneas de este escrito, desde el surgimiento de Antorcha hemos enfrentado múltiples problemas, pero sabedores que tales males son resultado de la desigual distribución de la riqueza que ha generado insultantes fortunas en manos de las elites económicas de un lado, y del otro 59 millón de pobres contabilizados en la actual administración, no hay otro camino que disponernos a dar la batalla porque los derechos no se mendigan, sino que se exigen. La historia enseña que más temprano que tarde el pueblo siempre triunfa, por lo que deseo firmemente que este llamado no sea en vano y que, con respeto, pero con mucha firmeza y valentía nos dispongamos a luchar para materializar nuestro anhelo de una vida más digna para todos.