La Casa de los Perros: Protección Civil y el cerro de El Temeroso

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ 

Su desaparición fue reportada por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), al final fue localizado colgando del puente que conecta al lomerío de la comunidad de Bracho. Sí, porque el joven, con visibles muestras de tortura, era un soldado.

En Zacatecas, en lo que va de este 2022, ya suman cinco los soldados que han sido asesinados en ataques directos; tres aparecieron colgados en puentes y dos encobijados. La mayoría, encontraron la muerte en su día de descanso.

La macabra estadística nos dice que el 16 de enero, a un costado de la carretera estatal 120, a la altura de la comunidad de Picones, en esta capital, dos encobijados fueron hallados. Uno era un militar asignado a la Guardia Nacional.

Unos días después, dos militares activos, Gabriel y Luis Ángel, originarios de San Pedro Coyutla, municipio de Chalma, en el estado de Veracruz, fueron privados de su libertad, asesinados a balazos y después colgados del puente vial en el municipio de Ciudad Cuauhtémoc, sí, en su día de descanso. Sí, en Zacatecas, en donde estaban asignados al combate a las organizaciones de la delincuencia organizada.

El 28 de abril, dos soldados fijados en Fresnillo fueron atacados a balazos en una tienda de reparación de teléfonos celulares, en pleno centro de la ciudad; uno de ellos falleció cuando recibía atención médica. Los dos militares gozaban de su día de descanso.

Hombres con vestimentas negras llegaron a dicho lugar y comenzaron a disparar contra las víctimas. El terror se apoderó de los transeúntes y varios negocios cerraron sus puertas inmediatamente.

Hasta hoy, las ejecuciones de estos cinco soldados permanecen impunes. Nada se sabe de los responsables de sus muertes. Y de la autoridad local lo de siempre: el silencio.

Vigilancia ganadera

El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA por sus siglas en inglés) ratificó a Durango su estatus zoosanitario como Acreditado Modificado. Esto les permite a los productores vecinos exportar su ganado a cualquier parte de mundo.

Pero para que conserven este estatus deben cumplir con ciertos requisitos, entre ellos uno costoso pero muy necesario: establecer una zona de amortiguamiento y vigilancia permanente con los estados vecinos: Zacatecas, Nayarit y Sinaloa.

Y por qué piden le piden eso a los de Durango, pues porque Zacatecas, al igual que Nayarit y Sinaloa, no tienen acreditación para exportar animales y existe el riesgo latente del tráfico de reses, lo que obviamente contaminaría el ganado bien cuidado de los duranguenses.

La recomendación de los estadounidenses es costosa porque implica establecer una línea de vigilancia en Zacatecas que empezaría en Mazapil para terminar en Huazamota. Hablamos de un terreno demasiado grande y agreste.

Claro que los vecinos deberán tener cuidado también con la línea de vigilancia con Sinaloa, pues incluye el famosísimo Triángulo Dorado, en El Durazno hasta Cosalá”.

Así pues, mientras en Zacatecas se prioricen las fiestas familiares a las necesidades de los ganaderos, seguirá siendo el estado un obstáculo para el avance de los vecinos. Y luego se preguntan por qué se habla tan mal de la entidad fuera de las fronteras.

Bendita naturaleza

Durante años, una dependencia que funcionaba como reloj suizo sin duda era Protección Civil del estado de Zacatecas. La experiencia de su coordinador, Juan Antonio Caldera Alaníz, fue siempre un respiro para los zacatecanos que tenían la certeza de que, ante cualquier contingencia él y su equipo serían siempre los primeros en responder.

Pero llegó la nueva gobernanza y todo se acabó. Ahora, las prioridades de Protección Civil nadie sabe cuáles son, porque atender a los zacatecanos es obvio que no lo son.

Y la muestra fue la tardía respuesta ofrecida a los habitantes de la zona de Mazapil y Concepción del Oro que aterrados observaron cómo las llamas incontrolables arrasaron con el Cerro El Temeroso.

Lo bueno es que, ante el abandono de la autoridad, la madre naturaleza salió al quite y regaló una lluvia que fue la que, al final, logró detener el avance de este incendio forestal que afectó no menos de 545 hectáreas confirmadas por la Comisión Nacional Forestal (Conafor).

Jeu Márquez Cerezo, bueno para la grilla, pero malo para cumplir con sus obligaciones para las cuales se le paga, presumió que, gracias a un helicóptero que participó en las acciones, el incendio “ha sido liquidado de manera importante en las últimas horas”.

Lo que omitió el flamante funcionario estatal es que la renta de dicho helicóptero tuvo un costo de un millón de pesos por 10 horas, recurso que salió de la cooperación de los municipios de Concepción del Oro y Mazapil y del boteo ciudadano. El problema es que todavía se adeuda la mitad y, según el diputado David González Hernández, hasta hoy, el estado no había aportado un solo peso. Vaya, vaya…

Twitter: @lasnoticiasya @claudiag_valdes

[email protected]