La Casa de los Perros: Amargura guinda en Zacatecas

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

Cuando a Guadalupe Rojas Chávez le dieron las gracias como director de Apoyo Parlamentario en el Poder Legislativo, cansado ya de aguantar a 30 ignorantes que llegan a hacer de las suyas cada tres años al Congreso del Estado, predijo: en tres meses se les cae esta chingadera.

Y todo parece indicar que su augurio no andaba tan errado. Sin duda Rojas Chávez sí tiene voz de profeta.

Hoy, la LXIV Legislatura vive su momento más complicado, y que conste que eso ya es mucho decir.

Lo sucedido en la sesión ordinaria de ayer no es más que un reflejo de lo que todos los días sucede en Zacatecas: una total y enorme falta de conducción política que conlleva a un desorden que tiene a la entidad sumida en la ignominia, el deshonor, el descrédito y la vergüenza.

Pero lo peor es que esto apenas comienza.

La jugada de la oposición ampliada, al llevar a cabo el reacomodo de las comisiones para atajar un poco el agandalle de una bancada de Morena que nunca supo actuar como mayoría, dolió hasta lo más profundo de su corazón guinda.

Desesperados se les vio a los morenistas al grado de no sólo soltar cuanto insulto se les vino a la mente desde la Tribuna, sino que además continuaron con su cantaleta de que el actuar del PRI, del PAN, del PRD y hasta del PT se debía a que les quitaron las llevadas y traídas herramientas legislativas.

Su discurso fue insistente: la oposición corrupta nos odia porque les vedamos ese dinero.

Pronto olvidaron que sólo el diputado Ernesto González Romo, y el hoy director del SEDIF, Humberto de la Torre, votaron en contra de la reforma al Artículo 65 de la Constitución Política de Zacatecas que “reviviría” las herramientas legislativas. Todos los demás, incluidas la coordinadora de Morena, Maribel Galván Jiménez; la del PES, Roxana Muñoz González (involucrada también en la Estafa Legislativa), la de Nueva Alianza, Susana Barragán Espinoza, las avalaron y pidieron a sus compañeros de bancada hicieran lo mismo. La del Verde Ecologista, Georgina Miranda Herrera, se fue sola porque Humberto de la Torre la ignoró.

Ayer intentaron con intervenciones repetitivas que se olvidara que medio gabinete, encabezado por Gabriela Pinedo Rojas, la que dice ser secretaria de Gobierno en la nueva gobernanza, está más que involucrado en las supuestas corruptelas de la Estafa Legislativa.

Son ellos de memoria corta.

Los 17 votos a favor no sólo del reacomodo en las comisiones, sino de que la Junta de Coordinación Política (Jucopo) sea dirigida por el petista Xerardo Ramírez Muñoz; y que la mesa directiva sea presidida por Enrique Laviada Cirerol –algo que cayó como balde de agua super helada–, no es el fin de esta estéril disputa. Esta triste historia digna de un capítulo de la serie de Silvia Pinal o de la Rosa de Guadalupe, apenas comienza.

Resulta que los de Morena se pusieron creativos, y cuando se percataron que ya no tenían los votos requeridos, y que el diputado Armando Delgadillo Ruvalcaba estaba a punto de ser retirado del Órgano de Administración y Finanzas (OAF), para que ese lugar lo ocupara la morenista hoy integrada a la bancada de Nueva Alianza, Priscila Benítez Sánchez, revisaron hasta por debajo de las alfombras un resquicio legal para llevar a tribunales esa decisión unilateral.

Antes de que el exalcalde de Nochistlán entregara las llaves de la OAF a Benítez Sánchez, elaboró en infinnitum una querella y la presentó en el Tribunal de Justicia Electoral del Estado de Zacatecas (TRIJEZ). Su argumento: a él lo eligieron por seis meses y seis meses se tenía que quedar disponiendo a su libre albedrío de los recursos del Poder Legislativo.

Después, muy eficiente, elaboró una solicitud a Ricardo Olivares Sánchez, titular de la Secretaría de Finanzas (Sefin), para que tenga a bien “retener” todas las ministraciones al Poder Legislativo, en tanto no se resuelva el juicio.

Hoy, en conferencia de prensa, Morena, el Verde Ecologista y el PES presentarán en sociedad el documento que Armando Delgadillo guarda celosamente bajo siete llaves.

Anunciarán, además, que van a presionar a la Sefin para que los 30 diputados, y suponemos también los trabajadores del Congreso, no reciban esta quincena, ni la que sigue, ni la sigue…

Quieren meter en su embrollo a Ricardo Olivares, quien sí está en lo que debe estar, para que diga que “no hay certeza de quién puede recibir y administrar el recurso”, porque para ellos la diputada Priscila Benítez no cuenta.

Juran los morenistas que hay dos decretos: uno donde se nombra a Armando Delgadillo por seis meses, y otro en donde se designa a Benítez Sánchez por cuatro. Aseguran que el segundo no anula el primero. “Un detalle que no cuidó la oposición”.

Pero parecen olvidar que los poderes Legislativo y Judicial, los órganos autónomos, los organismos descentralizados y los municipios, para el fortalecimiento de su autonomía, ojo, de su autonomía, ejecutarán su presupuesto a través de sus propias unidades de administración y bajo su más estricta responsabilidad.

Además de que la Sefin, en su carácter de órgano hacendario, tiene que realizar la transferencia de recursos a los entes públicos en su calidad de ejecutores del gasto con base en el Presupuesto de Egresos, ese que los mismos diputados aprobaron.

Así pues, hoy Maribel Galván, como cabeza de Morena en la LXIV Legislatura, la misma que como coordinadora de esa bancada lleva cuatro votaciones al hilo perdidas (la designación del titular de la Comisión de Víctimas; la del consejero de la Comisión de Derechos Humanos del Estado; la presidencia de la OAF, y ayer las comisiones, la mesa directiva y la Jucopo), algo que, hay que decirlo, nunca le ocurrió a Imelda Mauricio Esparza, en compañía de Roxana Muñoz y Georgina Miranda saltarán al ruedo para echarle más leña al fuego a esta decadente legislatura.

Seguirán en su afán de privilegiar sus venganzas, revanchas y amarguras al trabajo por el que se les paga, y bien.

Dejarán un rato en el cajón del olvido que están ahí, como lo rezó Violeta Cerrillo Ortiz, antes de abandonar con lágrimas de cocodrilo en los ojos, no sólo la presidencia, sino la misma Comisión de Hacienda y Fortalecimiento Municipal: “para velar por el bienestar de los zacatecanos que votaron por nosotros porque no venimos ni por espacios ni por dinero”.

Insistirán además en el hecho de que Enrique Laviada, muy muy, se sentó en la presidencia de la Mesa Directiva y hasta sesionó sin haber rendido protesta.

¡Ay, Guadalupe Rojas! Como se te extraña. Eres el vivo ejemplo de cómo la 4T privilegia los compromisos políticos antes que la experiencia ganada a lo largo de años y años de trabajo. Ni modo.

Apuntado

Gerardo Luna Tumoine anda feliz de la vida porque se ha registrado como candidato a la presidencia de la Comisión de Derechos Humanos de Zacatecas. Como funcionario gubernamental, en los tiempos de la herencia maldita, su trabajo puntual y pulcro lo precedió siempre.

Tiene experiencia, capacidad y relaciones para hacer un papel digno y dar resultados a la sociedad zacatecana. La cuestión es si la nueva gobernanza lo dejará pasar o requerirá de esa posición para pagar otro favor político-electoral.

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