La Casa de los Perros: En salud, de fracaso en fracaso con la 4T

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

Ante el enorme fracaso que resultó el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), ahora el presidente Andrés Manuel López Obrador dio a conocer su nueva ocurrencia: federalizar la salud a través del sistema IMSS-Bienestar.

El programa arrancará el 1 de abril en Nayarit, pero son 13 los estados (unas cuatro mil 747 unidades médicas) que están en la mira del presidente de la 4T y sí, Zacatecas como buena entidad gobernada por Morena, está incluido en esta nueva ideota que buscará, a través de este nuevo esquema, otorgar servicios de salud y medicamentos a las personas que no tienen seguridad social. Algo así como el Seguro Popular de los otros gobiernos, los de las herencias malditas, pero mal pintado de guinda.

Como una promesa gubernamental llegó también la aclaración de que los trabajadores que supuestamente estaban en el Insabi no verán vulnerados sus derechos laborales ni se despedirá a ningún. Es más, juran que “hasta agregarán” a los médicos que estuvieron trabajando durante la pandemia por Covid-19. Habrá que creerles.

Pero aquí hay una trampa. Como en todo lo que hace Morena como gobierno, dejan escondrijos en sus proyectos. Supuestamente, la participación voluntaria de los trabajadores en este nuevo esquema, que reiteramos, sólo es un revoltijo de lo que hacían los de antes y lo que dicen hacer los diferentes de hoy, los trabajadores, “de manera directa”, primero tendrán la gran oportunidad de conocer las condiciones que se les ofrecen. Ya después, libremente, podrán tomar “la mejor decisión. ¡Ah! Pero sin despedir a nadie, sin liquidar a nadie”. Vaya, vaya…

Supuestamente, el propósito del gobierno de la transformación es que para 2024, los hospitales de salud a cargo de los gobiernos de los estados se conviertan en hospitales del IMSS-Bienestar. Algo que jamás permitió, por ejemplo, el gobernador de Aguascalientes, Martín Orozco Sandoval que, hasta la fecha, presume la decisión de no alinearse como un logro. El fracaso del Insabi le da hoy la razón.

Desde el momento en que el mandatario del vecino estado dijo no a la inclusión de su entidad al Insabi, los que no pudieron decir ni pío tuvieron que aguantarse y obedecer. A algunos como Quirino Ordaz Coppel sí le costeó el arrodillarse. De gobernador de Sinaloa pasó a embajador de México en España. A otros, como Alejandro Tello Cristerna, nomás en recuerdo les quedó la promesa.

La brillante nueva ingeniosidad del gobierno de López Obrador es que los centros de salud que son del estado, pero que ahora pasarán al IMSS-Bienestar, trabajarán bajo tres principios: continuidad de los servicios de atención médica, libre asociación de los estados, libre adscripción de los trabajadores y transparencia. ¡Ajá!

López Obrador ya calculó que para este nuevo chiste se necesita una inversión en todo el país de 200 mil millones de pesos. Lo importante sería que primero cumpliera sus promesas y atendiera, por ejemplo, las necesidades de los niños con cáncer, antes de embarcarse en otro nuevo proyecto.

Además, los problemas con la salud en México nunca habían estado tan mal. Y nadie en la 4T podrá decir lo contrario.

Quienes lo hagan sería muy bueno que se dieran una vuelta a Zacatecas, en donde, para arrancar, el secretario de Salud, Uswaldo Pinedo Barrios, a pesar de las denuncias y la violación recurrente a la ley, se mantiene con su doble trabajo sin que nadie, y nadie es nadie, diga está boca es mía.

Este funcionario de la nueva gobernanza divide su tiempo entre sus labores sindicales y las de titular de la Secretaría de Salud. Cuando la gente lo ve de inmediato le viene a la mente ese personaje de las películas del Cine de Oro Mexicano que se limitaba a decir: ya viene vieja… ya me voy vieja…

En el mismo caso está Angélica Ramírez, que en las mañanas dice cumplir con sus obligaciones en el ISSSTE y, por las tardes, si no está muy cansada, acude a fungir como directora del Hospital General de Jerez. Claro, esto lo hace ya pasadas las dos de la tarde.

Como ella es la que manda, todo el trabajo lo tiene centralizado. Si hay una urgencia nadie puede firmar ni resolver nada. Hay que esperar a que Angélica Ramírez cheque de salida su tarjeta en su otro trabajo.

Si las cosas no estuvieran tan mal en el tema de salud en Zacatecas, nadie se hubiera dado cuenta cómo a los trabajadores de todas las jurisdicciones sanitarias los obligan a inscribirse en una red –les encantan las redes a estos de la 4T–, denominada: “Convencidos por la 4ª Transformación de México”. Y no es broma.

Las hojas de registro que circulan deben ser llenadas, sí o sí, con datos como su nombre, teléfono y dirección. Cumplido este primer requisito, el compromiso posterior es mantenerse como soldados listos para el llamado de la cuatroté. ¡Ámonos!

Y así, mientras los trabajadores de la salud en Zacatecas no están en lo que deben estar, los usuarios son los que padecen un desabasto de medicamentos que da miedo. Los anaqueles en las farmacias, como en la Clínica de Loreto, ni cajas de Paracetamol para curar la Covid-19 tienen.

Puras penas ajenas…

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