El presupuesto de un solo hombre. Reseña de 4 días en San Lázaro

RAYMUNDO ROMERO MORENO

El lunes 8 de noviembre por la mañana, con la presentación del denominado “Presupuesto por México” de la coalición legislativa Va por México -PRD, PAN, PRI- comenzó de facto la discusión para destinar los poco más de 7.08 billones de pesos que considera el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el año 2022, fue un inicio en el que se mantenía la esperanza de un acuerdo político, de cierta prudencia y apertura por parte del bloque lopezobradorista.

Durante las primeras horas del domingo 14, luego de 4 días y sus noches -a eso de las 3am- el presupuesto se aprobó y, como era de esperarse, las y los diputados de Morena, del Verde y del PT, traicionaron a México y a Zacatecas. En un hecho inédito, el dictamen del PEF no incluyó una sola de las propuestas de la oposición, todas las reservas presentadas -casi dos mil- fueron rechazadas por una mayoría artificial oficialista que se negó a dialogar, mucho menos a negociar. ¿Cuál fue el resultado? Que esa mayoría -Morena, PT, Verde- se negó a respaldar el regreso de programas como el 3×1 migrante, el seguro popular o las estancias infantiles; igualmente rechazaron garantizar recursos para albergues de mujeres violentadas, medicamentos oncológicos -en especial para niños-, tratamientos renales, insulina o antirretrovirales para personas que viven con VIH. A pesar de las exigencias de diputadas con discapacidad, votaron en contra de etiquetar una minúscula parte del presupuesto para la inclusión y movilidad de personas con esa condición, y rechazaron el Fondo Minero, aun cuando diputados de sus propias fracciones -entre ellos Alfredo Femat- se habían expresado a favor.

Todas y todos los diputados zacatecanos del bloque “Juntos haremos historia” votaron por aprobar el PEF de un solo hombre, el presidente de la República, no de una nación, lo hicieron sin moverle una coma, a pesar de que eso signifique menos recursos -en términos reales- para las y los zacatecanos. Las y los legisladores federales de Morena, el PT y el Verde se negaron a destinar un centavo para las deterioradas carreteras del estado o a apoyar la petición desesperada de cientos de alcaldes y alcaldesas que ven a sus municipios en la quiebra (luego de 3 años de reducciones en los programas concurrentes y el nulo acceso a recursos extraordinarios). Los diputados afines al gobierno federal -meros levantadedos incapaces del más elemental raciocinio- no quisieron cumplir con su responsabilidad constitucional, ni sugerir o defender mejoras a un PEF claramente perfectible.

Alfredo Femat Bañuelos, Banelly Hernández, Carlos Puente, Magdalena Núñez Monreal y el impresentable Marco Flores (a Reginaldo Sandoval no lo cuento ya que él hace mucho dejó de considerarse zacatecano) optaron por obedecer sin chistar la instrucción de Palacio Nacional, antes de defender a sus paisanos; decidieron destinar cuantiosas cantidades de dinero público al tren maya (cuyo costo se ha incrementado al doble), el aeropuerto de Santa Lucía/Felipe Ángeles y la refinería de Dos Bocas, dejando de lado la necesidad imperiosa de crear una bolsa de infraestructura para el resto del país, incluido nuestro estado.

El gobernador de Zacatecas se queja cotidianamente de la quiebra de la entidad, pero está solo, no tuvo el respaldo de “sus” legisladores federales. El estado, en 2022, no recibirá más recursos por parte de un gobierno federal que no nos ve, ni nos escucha, y que está concentrado -lo mismo que las y los diputados oficialistas- en cumplir los caprichos del presidente.

Hubo zacatecanos que si dieron la batalla por nuestro estado y su gente: de #VaPorMéxico Miguel Torres del PRD, Noemi Berenice Luna Ayala y Miguel Varela del PAN, Fuensanta Guerreo y Carolina Dávila del PRI, así como Jorge Álvarez Máynez y Amalia García Medina de MC. A ellas y ellos mi reconocimiento.

La bochornosa votación del domingo en la madrugada -con un sin fin de expresiones desafortunadas, insultos, agresiones y circos mediáticos- tendrá otra consecuencia: las reformas eléctrica y electoral del presidente, que exigen mayoría calificada, nacieron muertas.